Creo que he estado corriendo para demasiados lados
sin detenerme a ver que siento o que me pasa y justo hoy me detuvo la
naturaleza para mostrarme el lado triste de la supervivencia, un pajarito
nuevo, un pichón de zorzal estaba en el suelo, un pichón que no sabe volar se había caído del nido.
Cuando pasé no pude detenerme,
cuando volví a verlo… mi cabeza me detuvo, mis sentidos de madre me conmovieron
y mi conciencia me reclamo que no importa llegar tarde, si se hace algo bueno,
pero no pude hacer nada bueno, o debo decir que no alcancé a hacer nada…
como dijo el chico que me ayudo al verme frente al pajarito tratando de sacarlo del camino: “hay que dejar que
la naturaleza haga su trabajo.”
Y las lágrimas rodaron sin control mientras me
lanzaba a tratar de olvidar lo que había visto, el pajarito estaba mal herido,
ambas alas rotas, su postura era de un pequeño asustado, probablemente esperaba morir y en su espera se hundía
su cabeza en su cuerpo. La imagen me pareció tan conmovedora que me detuve, aunque
no tenía tiempo para nada… me detuve y trate de ayudarlo… pero no pude y las lágrimas
me anegaron los ojos otra vez... corría rumbo a la oficina el viento sumaba mis oídos, trate de
recuperar el tiempo corriendo en la bici, corriendo para olvidar lo que había
visto.
Llame a mi madre y me contesto mi papá, trate de hablar pero
mis palabras eran retazos de lo que pensaba, que entre ir pendiente del camino,
dejar mi lado sensible a un lado y parar de llorar solo fue algo así como “se
calló un pajarito nuevo… papa se va a morir… papá porque pasan estas cosas?...
no puedo parar de llorar”…
Bueno entre su consuelo, su palabras no me ayudaban mucho
así que trate de no pensar mas.
“Hija eso quiere decir que tienes
sentimientos, que tienes valores y que te importan las cosas, no sufras”… insistía mi papá.
Bueno cuando mi mamá tomo el teléfono, fue
algo más que complejo, porque no pude evitar preguntarle “Mamá, crees que empuje
fuera del nido a mi hijo?” y mi mamá guardó silencio un rato antes de suspirar
y decirme “Hija, no pienses esas cosas, tu no harías algo así con tu hijo.”
Pero y si lo hice… es tan pequeño y ha pasado por tantas
cosas… que no pude evitar recordad las alas rotas del pajarito… y si yo he
hecho lo mismo con mi hijo?... si en mi afán de salir adelante correr por
doquier, hacer todo sola, he dejado que mi hijo viva algo que no le
corresponde? Y si en realidad lo que podría hacer por él no lo hice del modo
correcto… mientras mi jefa me miraba con
algo de disgusto por llegar tarde, mis ojos se llenaron de lágrimas… esta
sensibilidad me cae mal, y le conté todo, para mi asombro ella me preguntó: ¿Y porque no te lo trajiste? y yo la mire desconcertada...
Era algo lógico, podría haberlo tomado y tratado de llevarlo a un veterinario... pero no pude y en ese instante que me ve llorar, me mira y dice: "tranquila alguien lo va a encontrar y va a ayudarlo, siempre hay gente buena". Si siempre hay gente buena, es solo que no confió suceda, pero si yo fui capaz de detenerme sin tiempo, porque no podría intentarlo una persona que tenga mas tiempo que yo?