Estaba recostada junto a la piscina
cuando Laila apareció, como era habitual, sin hacer el menor ruido, pero no me
sorprendió, lo ciertos es que me parecía que había demorado demasiado. Carlo
estaba acostando a la bebé y aunque ya se había ocultado el sol me parecía
extraño el calor que hacía durante la noche en esta ciudad.
“Bien, que propones que hagamos
primero?”- le pregunto continuando la conversación que habíamos iniciado por
teléfono.
“Tarde años en llegar a manejar bien
los hechizos, alguna vez sostuve la teoría que lo que me afectaba era mi falta
de humanidad… en fin, espero que tu no demores tanto como yo, debes tener claro
que lo que hiciste amenaza a mi comunidad y que el solo hecho de hablarte es
traición, claro que eso será a contar de una semana, así que tengo una semana
para prepararte lo mejor posible, voy a escribir la mayor cantidad de hechizos
que recuerde.”
“Como propones que Carlo nos deje
trabajar de corrido en esto?”
“Cariño… olvidas que hablas con una vampiro que sabe borrar la mente?”
“Cariño… olvidas que hablas con una vampiro que sabe borrar la mente?”
“Olvidas que detesto que hagan eso?”
“Bueno, es tu vida y la de tu pequeña
familia la que está en juego, ¿quieres discutir o hacer algo al respecto?”
“Bien empecemos.”
La noche fue larga, aunque no
cansadora, aprendí muchísimo de hierbas y me sorprendía, creo que memorice
cerca de 300 plantas distintas y sus usos, algunos hechizos eran simples y los
aprendía en un segundo, otros elaborados y tardaba, pero Laila era la más
sorprendida, se divertía viéndome hacer las cosas, decía que tenía un modo
natural de tomar las hierbas y de manipular correctamente los utensilios, pero
esto no era todo, el idioma que Laila utilizaba para hacer sus hechizos era una
lengua extinta, que ella recordaba porque era su lengua materna y no todas las
palabras tenían traducción al castellano, así que me había tocado aprender
además del nombre en castellano, el lenguaje de Laila.
El momento más extraño de la noche, fue
cuando le dije una broma en su lengua a Laila, la frase era sencilla, y en
castellano era algo así como ‘tan fea como esta rama’, pero lo extraño no fue
esto, fue la mirada de Laila que se iluminó por un segundo y luego volvió a ser
tan fría como antes, si no la conociera diría que estaba orgullosa de mi
creadora…
De pronto me pareció todo demasiado
extraño, porque si Laila era mi creadora como inmortal, la comunidad de
vampiros necesitaba constatar que no fuera un peligro para la humanidad? Es
acaso que ya habían creado antes seres híbridos como yo, ni vampiros ni
humanos? Y si este era el caso, existía algún registro de creaciones que
hubieran dejado algún desastre en la historia de la humanidad?
Miré a Laila, hace unas horas había
aprendido a hacer cosas que no hubiera necesitado jamás, pero ahora comenzaba a
entender que tal vez, equivoque mis pasos.
“Alguna vez intentaste crear un
inmortal?”
Laila se detuvo en seco, dejo todo de
lado lentamente y no me miró a los ojos, su voz parecía extrañamente lejana,
como si hablara desde el pasado, en el tiempo en que ocurrió todo.
“Yo… yo era joven, amaba el universo y
sus cosas, amaba la vida desde mi perspectiva todo era posible… cuando… cuando
las cosas sucedieron fue terrible, pero aprendí mucho, fui aprendiendo cada vez
más, Julián recuerda cuando llegue a su vida, lo seduje con la inmortalidad,
pero antes de él… antes había intentado otras cosas, estaba cansada de verme
sola, por eso lo volví como yo y no busque otra salida, pero antes…”
Laila hablo de otra época, una en la
que intento volver inmortal a un hombre común al que termino matando porque la
ira de este género una ola de muertes en ciudades pequeñas que no se
extinguieron porque ella lo detuvo, recordó como había tratado de volver
inmortal a una mujer que luego de volverse inmortal se quitó la diva de pena,
que aunque Julián la acompañaba ella siempre buscaba a través de los conocimientos
de su propio creador, transformarse en algo que no fuera… un ser de la noche,
pero que no lo conseguía, y en el camino se había quedado calva dos veces, sin
piel en las manos una, sin lengua otra y finalmente había conseguido la mezcla
de hierbas que le permitiera estar al sol por un periodo pequeño de tiempo,
había logrado hacer un hechizo que le ayudara a regenerar su cuerpo tan rápido como
se dañara y otras cosas, la receta de la inmortalidad la había probado con
animales, antes de con migo, pero había trasformado a un gato en zombi o algo
similar por error y no logro matarlo hasta volverlo cenizas, había conseguido avances
increíbles para su comunidad ella había trabajado en el proceso de eliminación
de la sed y de la ira descontrolada de los recién trasformados, ella había
construido una serie de métodos de aprendizaje para que los vampiros tuvieran
cualidades únicas, como la capacidad de volar y la interpretar correctamente el
futuro, y aunque no recibía merito o reconocimiento, sabía que gran parte de su
vida seguiría ligara a esto… sólo que ahora ya no le interesaba, ahora quería
ver que mi vida estuviera bien y si era necesario dar la espalda a su comunidad
lo haría, ahora tenía una razón…
“Cuál es tu razón Laila, habla dime cuál
es?”…
“Pero cariño que pregunta más absurda, ustedes…
tú y tu hija, Julián y Carlo, que debo decir que el universo sí que hiso un
buen trabajo juntando a los dos para que te conocieran… tu historia me ha
regresado el gusto por la vida, me ha ayudado a ver más allá… como es que no lo
sabes ya?”
La miré y entendí que era cierto, mi historia
la había hecho desafiar sus reglas, mi historia la había obligado a preocuparse
de otros y eso era ya algo peculiar en un vampiro. Laila se había vuelto una
vigilante de mi vida y yo no me había dado cuenta…
“Lo lamento… no debí decirles que no me
interesaba la respuesta, pero es que fueron tan arrogantes hablando de mi frente
a mi, como si no estuviera, y no se conformaban con nada… las pruebas absurdas
y ese Gaius… no medí mis palabras…”
“Está bien, no me molesta lo que hiciste
tal vez en tu lugar habría hecho algo similar, además siempre creí necesario enseñarte
a hacer hechizos, y esta es una buena justificación para que aprendas de una
vez lo necesario.”
Pala el amanecer, había conseguido
duplicar todas las pasiones que Laila había considerado debía tener a mano para
enfrentar a los vampiros, las hierbas y sus usos, y una compilado de hechizos
que Laila creía indispensables para sobrevivir a una batalla contra un grupo de
vampiros.
La miré a los y supe que estaba
cansada, no habíamos comido nada y francamente no había pensado en ello, la
invité a entrar y comimos en la cocina, mientras el sol comenzaba a salir por
el horizonte, todavía tenía dos días más antes de lo peor.