miércoles, 25 de enero de 2017

Ruido mental (P_1)

Después de un debate extenso con este amigo, sobre que no se puede decir que uno superó a una relación si es que no has visto él hombre aquel, hice lo que creía correcto, ubicarlo a él.
Podríamos decir que entremedio de encontrar su teléfono y reunirme con él, yo andaba tranquila por la vida, personaje me hace reír y me siento en esos instantes capaz de salir de cualquier situación sin problemas. Claro, no calculé el riesgo escondido, volver a hablar con él era algo simple, tenerlo en frente ya no tanto, así que verlo podría ser extraño, después de todo él no tiene porqué sentir como yo.

Así que el living de mi casa, nos sentamos frente a frente, como tenía habré yo comía un pan con dulce de membrillo y tenía una taza de chocolate caliente, cuando llegó.

Le explique, en resumen, que había hecho las paces con el pasado y que, a contar de ahora en adelante, podía contar conmigo para una taza de té o café, conversación y amistad gratis. Además de decirle que, de amarlo, había pasado a odiarlo y de odiarlo a aceptar que él podría ser feliz, así como yo también.

Hablamos así distantes, hasta que me pidió sentara en sus piernas y mientras me fumaba un cigarro para tapar el obvio estado de nerviosismo que me provocaba estar en sus piernas, pone su mano en mi espalda, me mira como si esto fuera un sueño y mientras hablo, él me soba la espalda justo donde me duele, sigo hablando pero ni me acuerdo que dije, mientras el me mira y pone cara de escuchar.
Me levanto cuando concluyó el cigarro y le digo que debo empezar a cocinar, que tengo que seguir con mi rutina y mientras me mira, me abraza... Rayos esto no estaba en mi plan, me alejo y le insisto. "Tengo que prepara mi almuerzo y luego hacer yoga para mi espalda."

Pero él se queda parado frente a mí y vuelve a abrazarme, me empiezo a ahogar porque entre que es muy alto y yo estoy empinada, no logro estar cómoda. Así que me alejo, camino a la cocina, botó la colilla y limpio el plato, recojo mi taza, él me mira.

"Tienes que irte, en serio - le digo-, no se cuanto más pueda resistente."

Camino a la puerta y él camina a tras mío, me mira a los ojos sin decir una sola palabra, mientras que cruza la distancia hasta la puerta, él está parado frente a la puerta pero no la abre, me río porque estoy nerviosa y le digo que debe irse, sonríe y me da un beso en la mejilla, largo cómo si quisiera decir algo más, pero no habla, así que la abro yo y semi sonríe.
"No quiero que acabe"-dice finalmente en un tono de voz ronca, como si se le arranca lo que dice desde el pecho. Voltea a verme y lo abrazo yo, pensando en un segundo en que decirle... cierra la puerta y me besa...
Lo que sigue es simple, pero no puedo detallarlo, me toma, me hace suya y me siento suya, me resisto a amarlo, alcanzando un punto en que casi puedo percibir con las manos cuanto amor podría darle, cuando todo acaba y me voy a la ducha, estoy mojando con agua tibia y sacándome la sensación de que estoy en otro lado, debo volver a la realidad, “él no me ama”, me repito, no quiero pensar en nada, esto fue… un sueño, uno de los tantos que he tenido con él, aunque esta excusa no explicar la sensación de estar en las nubes. Salgo del agua y él está esperando para entrar a la ducha, le busco una toalla, se viste y luego de un breve diálogo en el que le repito que no buscaba esto, se va.

Los siguientes días los paso entre la oficina y la casa, no veo a personaje y solo hablamos por wasapp, me siento extraña con la situación en general, por un lado, el hombre que amaba esta en mi vida nuevamente y por otro el hombre que escogí conocer y darle la oportunidad, esta demasiado ocupado, personaje me comenta sus mil reuniones, en ninguna me incluye, esto sumado a los moretones que me dejo él, no me siento de ánimos, para instar a personaje a que aparezca.

Pasa la semana, y mientras más hablo con él, más libre de preguntar me siento, así que pregunto un sinfín de cosas que siempre quise saber. Hago a un lado el miedo de que se enoje y cuando no responde o cambia el tema, le digo que responda, así que se ve obligado a responder, así como me veo obligada a responderle yo, cuando él pregunta.

El vieres, personaje confirma que no vendrá y mi amigo que está en la cuidad, decide pasar a verme, hablamos de todo un poco y le cuento lo contable de lo ocurrido y por alguna razón me pregunta lo mismo que yo vengo preguntándome en estos días, ¿te quería marcar?, ¿por qué te dejo esos moretones? Trato de hacer a un lado el tema, pero las marcas en mis piernas se veían con el short que llevaba puesto y cuando lo noto, no pude decirle me pegué con algo, las marcas eran tres dedos, uno junto al otro. Mi amigo, se va hablo con mis padres, quedo afectada por el extraño desenlace, en la casa de mis padres el tema esta revuelto y no puedo volver a llamar, así que, entre mi falta de sueño y las preguntas, le digo algo, pero luego él se queda dormido, yo concilio sueño cerca de las 5 am. Sólo personaje habla, está con sus amigos, espero en serio que disfrute su noche.

Personaje me habla en la mañana ya es sábado, sólo que yo no parto mi mañana a las 12, creo que tenía 28 años la última vez que partí mi mañana tan tarde, tengo un compromiso y me piden ayuda así que salgo de casa sin almuerzo cerca de las 3 de la tarde a ayudar a mi gente. El aparece a ratos y no puedo contestar todo, estoy algo ocupada hasta que llega la noche, en casa de mi prima bebiendo cerveza, me relajo hablando con ella de la vida. Vuelvo a casa, mi prima me lleva en su auto, estoy agotada, le hablo y le pregunto algo que nunca le había preguntado antes en la vida, con tanta sinceridad ¿me amaste?, se me cierran los ojos mientras escribo, concilio el sueño aparece él, trato de despertarme de cada sueño, pero los dos bazos de cerveza me impiden tener el control de mi vigilia.

El domingo desperté y como siempre después de beber, no puedo mentir, no sé porque no puedo evitar decir las cosas tal cual las pienso. Salgo a ver lo de la cama de mi hijo, paseo por Franklin y cotizo en unas 12 tiendas, estoy agotada, hace mucho calor y mi acompañante se debe ir, regreso a casa a las 4 y después de ducharme, almuerzo, pero el calor es tanto que me duermo y vuelvo a soñar con él, esta vez despierto sobresaltada, en mi sueño él se metía a la cama y me abrazaba, “vamos a dormir” me decía al oído y yo me dormía. Pero me desperté en la vida real sobresaltada, por automático tomó el teléfono y le escribo lo que ha pasado, pero entre la falta de introducción del tema y que no ha leído lo anterior, para cuando lee me responde algo nada que ver, luego de explicarle, tengo una extraña sensación de querer verlo, pero no me atrevo a decirle nada, no quiero preguntarle... mi cabeza da vueltas, tengo mucho ruido mental, no se que es correcto ya.

miércoles, 18 de enero de 2017

Caer y levantarse.

Ha pasado un año, creo que un poco menos, desde la última vez que me sentí así, ansiosa, expectante, esperando algo que no tenía idea que era. Porque la vida es cíclica y uno no siempre puede evitar que algunos siclos vuelvan a pasar, después de la caída en la oficina, empecé a revivir el principio del año pasado, cuando una fuerza mal hecha me terminó dejando con dos fisuras en la espalda y un mes y algo de licencia médica.

Reconozco que el dolor no ha sido igual de intenso, o que los medicamentos tampoco y o mi capacidad de moverme, en serio no son similares, por eso esta vez me lleva a estar trabajando y no en cama esta caída. Aún así, esto me resto me trae recuerdos y remueve el pasado, hace un año atrás yo aún amaba a un hombre, hace un año a tras no me habría imaginado conocer a personaje, hace un año, intentaba lidiar con la sensación de estar sola contra el universo, hace un año atrás no era capaz imaginar lo que el año traería.

A modo simple, no era completamente feliz y no quiero culpar a nadie por esto, la felicidad la construye uno y digamos que ni siquiera la procuraba. Pero hace un año, no era feliz, me sentía en proceso de… de salir adelante… de construir mi vida… de tomar decisiones… de salir de mi estado “Sola contra el mundo”… y no era para nada fácil, la suma de trabajo y la falta de tiempo personal me pasaran la cuenta al punto de que rara vez me miraba al espejo, rara vez me sentía atractiva, o querida, o deseada y la presencia o ausencia de ese hombre al que amaba, poco o nada ayudaba a salir del estrago y las preguntas de ¿y ahora que rayos hacer con mis sentimientos?

Recuerdo que febrero del año pasado, fue tan amargo que cuando reaccioné y decidí tomar acciones para no volver a vivir nada igual, corte de una con una serie de asuntos que me perpetuaban la ambigüedad, entre ellas, sacar al hombre, sacar de mi vida las quejas sobre el mundo, aceptar mi derecho a no estar conforme y dejar de reclamar por lo que no se hace o no se puede hacer, para hacer las cosas, del modo que se pudieran, estas fueron las únicas armas con que contaba, porque en algún otro minuto de mi vida tuve que sacar a malos amigos, o malos amores, o malas relaciones para seguir a delante, pero nunca lo había hecho sola, siempre tenia a mis padres o me podía sentir hija y por lo tanto cuidada, esta vez era yo sola contra el mundo.

Y de pronto, ya no me sentía que estuviera sola contra el mundo, para nada ahora sólo estaba sola, y el mundo seguía siendo el mundo, ya no me rodeaba una sensación de que me van a ahogar en la masa de gente que había en esta capital y dejaré se ser única, no ahora sentía que seguía siendo una persona particular, de pronto me gusto mi propio cuerpo otra vez, está bien tengo unos quilos más que hace 10 años, pero no soy esa persona de hace 10 años. El revés de la vida más duro fue mi enfermedad, la que por un lado entiendo y por otro detesto, y honestamente aún no logro hacer las paces con mi tiroides, entre octubre y diciembre, fueron los meses de más calma y felicidad que he sentido desde que mantengo mi casa y vivió en esta ciudad por mi cuenta. Me sentí hija, nieta y hermana, volví a darme cuenta de la grandeza de mi familia extendida y traté de procurar demostrarle a mi hijo que existe esa grandeza, ese amor, que es incondicional.


Caerme y tener miedo a lo que sucediera, me recordó que he vivido un proceso, que no quiero retroceder ni un solo paso, tengo fe en mi misma, tengo fe en mi presente, tengo ilusiones y sueños por cumplir, el resto se ira acomodando solo en el camino.

MGD

lunes, 16 de enero de 2017

Resumen.

Después del traspiés del jueves, que me dejó visitando al médico por accidente laboral, pasé gran parte del día viernes durmiendo, durante la tarde del viernes, esperaba saber algo de personaje y así fue, en tenía planes para la noche, ya ha pasado una semana o un poco más, desde que entro a mi vida y confesiones hechas yo aguardaba en mi esquina su próximo moviente, esperando que este nos acercara.  “Que bien que tenga planes -pensaba mientras tomaba el segundo relajante muscular que por prescripción médica debo tomar en las noches- yo no sería capaz de salir hoy”.

Sábado, el día largo, acalorado y con más de una siesta, seguimos hablando por mensaje de texto con personaje y a eso de las ocho, me vuelve a decir que tiene planes para la noche… En mi cabeza empiezan las preguntas, nadie dice que después de tan poco tiempo te deban incluir, pero por lo menos no dejar fuera…. ¿O es que a él no le parezco suficiente para su grupo de amigos? Y si le parezco suficiente y sabe que yo no tengo un lio en que haga lo que se le plazca, ¿por qué no invita?, si personaje debería saber que no podría aceptar salida alguna, por causa del relajante muscular que me hace dormir… entonces, no va a decir nada… no va a sugerir, proponer o expresar un ¿ojalá pudieras venir?... Nada…

Cerré los ojos, admito que estaba mareada, pero mis ideas eran algo claras, si le he contado que me caí, que me dieron un remedio que me dejó durmiendo hasta la una del día siguiente, si le explico que no podré hacer nada por ahora, si hasta le sugiero que se divierta en su salida, ¿por qué no se le ocurre una simple:  "que pena no puedas venir"? Y empiezo una pregunta con una serie de conflictos personales para preguntar, porque convengamos que las emociones las tenía revueltas, en resumen, le pregunto “¿Quería saber si vamos para alguna parte?” y espero algo nerviosa su respuesta. Bueno, como esperaba él no tiene intenciones de tener una relación ni conmigo, ni con nadie, personaje explica medio fastidiado por la situación, lo que él ve y quiere.

Así que le agradezco de corazón su respuesta directa, que convengamos siempre fue la misma, solo que en alguna parte del camino creí yo equivocadamente que era otra y trato de cerrar la conversación, diciéndole algo como “podríamos seguir de amigos…”

A pesar de haber pasado los últimos dos días en mi casa encerrada por el costalazo, me las arreglo y bajo a comprar el sushi, mientras esperaba él me habla y yo respondo, decidida a no pasar el trago amargo sola, recibo el pedido de sushi y hablo con mi prima, el relajante muscular me lo debería tomar a las 11 así que tenía tiempo para ir por una conversación y amistad a la casa de mi prima, a desahogarme con ella y arreglar el mundo entre ambas.

Cuando llego hablamos por encima el tema, el pololo de mi prima está cerca y no tengo tanta confianza como para hablar detalles, comemos el sushi y el hijo de mi prima trata de tomar la atención de su madre, que después de darle una leche y lo manda a la cama, son las ocho y algo de la noche, mientras que yo espero en el living su pololo se va a dormir, estoy sola mirando mi reflejo en la ventana.

Es tarde, vamos a comprar mis cigarros y en el camino de regreso, un motorista se pasa por el cruce peatonal y casi atropella a mi prima, entre la risa nerviosa por el susto, y la frase de mi prima “vi la luz”, volvemos a casa riendo y nos servimos un vaso de cerveza para cada una, en el balcón empezamos a hablar ahora mas enserio.

Paso gran parte de la noche, tratando de no decir que tan triste estoy, porque me siento absurda diciéndolo en voz alta, hablamos de una y mil cosas, hacemos el paralelo de nuestras vidas y me doy cuenta que mientras mi prima había vivido su adolescencia de un modo, yo de uno casi totalmente opuesto, a ella la utilizaban de ejemplo por ser la hija mayor, mientras que mi vida pasaba más desapercibida, enredada entre los que ocurría con mis 3 hermanos mayores y mis dos hermanas menores, por lo tanto con menos presión que ella, mientras que mi prima, recién hoy se siente más fiel a sí misma y aún le cuesta aceptar su pasado o se pregunta como seria si pudiera cambiarlo, por mi lado, yo siempre me he sentido fiel a mí misma y en cuanto a mi pasado, creo simplemente que no lo puedo cambiar y así que rescato que es la suma de quien soy hoy, por lo tanto estoy en paz con lo vivido.

Luego de una copa de vino blanco, dos vasos de cerveza y dos copas de espumante, eran las doce y cual cenicienta, tomaba el carruaje de regreso a casa, el Uber que me llevaba, estaba conducido por un hombre grande, que al verme entre risueña y feliz, no quiso hacer comentarios, ni porque le cambie la radio, ni porque empecé a cantar a voz en cuello (y probablemente desafinadamente), una canción de los años noventa, es más al bajarme le pedí disculpas por mis modos algo caprichosos y me dice sonriendo, que le había levantado el ánimo. 
No tengo idea como entremedio de todo lo anterior, me di el tiempo para hablarle a personaje algo coherente, contarle que estaba algo borracha y que llegaba a casa… recuerdo que subí las escaleras corriendo y riendo, recordando la vez que las subí junto a él, entré a casa y cerré la puerta con llave (lo supe al día siguiente cuando me desperté y revisé que las llaves estuvieran en la puerta), me tendí en la cama y me quedé dormida vestida.

La mezcla de tristeza y conformidad, se apoderaron de mis sueños, en uno soñaba que estaba a mi lado, que me besaba en una escena romántica, llena de magia y química… el otro sueño no lo recuerdo bien, pero el algo opuesto, despierto de cada sueño y miro el reloj, sobresaltada me doy cuenta que es solo un sueño, y vuelvo a dormir. 

Reconozco que he hablado todos los días con personaje, que en alguna parte tengo una vaga idea de que tal vez este no sea ese final del camino, pero mi lado realista me devuelve a la noche del sábado y su franqueza, es mejor no crear falsas ilusiones, personaje ya lo dijo todo.

viernes, 6 de enero de 2017

Salir

Anoche salí con un perfecto desconocido.

La larga historia de porque estoy soltera, y los argumentos de que debería hacer algo al respecto me llevaron a instalar una aplicación en mi celular para conocer personas. No entiendo ni la mitad de estas aplicaciones, la verdad por texto, no soy más simpática, como mi familia sabe, no soy fotogénica, así que tenía todo en mi contra.

Después de mirar un catálogo de fotos el primer día, me aburrí y deje a un lado el tema, una semana más tarde por la misma insistencia del medio, volví a ingresar y entre mirar a un par de personas que entre sus perfiles, el texto escrito y sus fotos me parecieron interesantes, terminé haciendo mach con un personaje, le pondré por nombre personaje, porque él aun no tienen idea que tengo un blog, y cuando le cuente le explicaré que no sabía si quería que dijera su nombre en este medio.

Bien estamos a 2017, miércoles 4 de enero, ciudad capital, donde la noche es calurosa, el día es caluroso, el verano ha cobrado su par de incendios. suena mi celular, y me saluda personaje, la conversación simple y divertida, la mitad de las veces le tenía que pedir más información respecto de sus preguntas, fluyo simplemente, mi frase celebre de "quieres la respuesta políticamente correcta o la verdad" lo hizo reír más de una vez, y cuando me dijo que quería conocerme, tenía tanto sueño que no me daba para arreglarme y salir, así que le dije que cuando y alargue la historia.

Así que ayer, mientras mi cabeza daba vueltas entre el gasto del departamento, el desorden que no puedo arreglar y que mi hermana aún sigue con un pie en su casa nueva y la mía, me llevaron a decir que sí a su invitación.

Llego puntual, mientras que yo, entre buscar las llaves y hablar por teléfono con mi prima, llegue tarde, nos saludamos y partimos, me preguntaba que había hecho que coincidiéramos en este preciso instante de la vida mientras él manejaba. Llegamos el restaurante y empezamos a hablar, fue tan gracioso la cantidad de cosas que hablamos y la de veces que me reí simplemente, que cuando me pare al baño llevábamos dos horas y algo, aunque para mi parecían diez minutos.

La cuenta el regreso al auto, y luego a casa, camino a la puerta de mi edificio en el laberinto de calles de los edificios y finalmente después de subir junto a mí, los 5 pisos, me dejo frente a la puerta. Al abrirla, mi hermana que duerme en el living pese a que aún no desocupa su pieza, me saluda, así que volver y lo abrazo, mareada aun por la subida. Me da un beso en la mejilla, me rio porque en serio me carga que me besen en la mejilla, pero su beso me dio una sensación distinta. Entro a casa y me voy a la cama, relajada y riendo aún con mis recuerdos.