lunes, 20 de febrero de 2012

Ayer lloré, lloré mucho…

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Tenía tanta pena, mis padres retornaron al sur con mi bebé y aunque me mantuve hasta el final (sin expresar abiertamente la pena que tenía), no pude evitar que se me quebrara la voz cuando les decía “Los veré pronto”. El auto partió y cuando me voltee, me largue a llorar. Por extraño que parezca, no lloraba porque mi hijo se iba en el auto con mis padres, lloraba porque me sentía sola, y es algo que no logro quitar de mis cinco sentidos, hace mucho rato.
Después de ser madre, el sentimiento con que más he luchado ha sido con el de la constante necesidad de mi hijo por mí, ósea esa dependencia incansable que en los primeros meses se traducía ha todas sus funciones vitales, y que ahora un niño de tres años, camina solo, va al baño solo, se viste a medias solo, pero me necesita igual para muchas cosas, su comida, sus leches, su cuidados en general durante el día, enseñarle las cosas más simples… hasta las más complejas, ese extraño sentimiento con el que pelee por mucho tiempo para sacármelo de encima, hasta que aprendí a que era parte del proceso de ser madre lidiar y saber como manejar la dependencia de un hijo, no ser demasiado aprensiva o demasiado permisiva, etc., en fin, ese mismo sentimiento, desconocido en parte, es el que ahora me hace este hoyo en el pecho, que me duele tanto… y me hace sentir tan sola, una soledad que no sé cómo enfrentar, no lo considero una depresión, puesto que no me deprime, no lo considero un problema, para mi es parte del proceso, uno que me está enseñando algo, pero ayer cuando me despedía ni todo el razonamiento lógico del mundo me pudo sacar la pena y el llanto que tenía.
Analicé todo desde los puntos más diversos, y no lo logré, simplemente estaba allí, ente medio de mis metas y mis propósitos esta ese hoyo al que temo caerme de pronto, porque se ve profundo, y el que me hace sentir más vulnerable de lo que quisiera, porque como parte del proceso, no he aprendido a vivir con él aún.
Volverme madre ha sido un proceso extrañísimo, no he cambiado al grado de no reconocerme, no he olvidado que soy mujer y debo seguir siéndolo, no he olvidado el resto del mundo (aunque debo admitir que si me han olvidado en alguna medida), cambie mis horarios de sueño, y eso en parte no es tan malo, tengo menos ojeras y mas animo durante las mañanas... emocionalmente no ha sido tan diferente, tener un hijo a tener un trabajo, aunque admito que en este el jefe soy yo, que el trabajo no tiene fin de contratación y que cuando uno quiere renunciar el cordón umbilical te recuerda que no se puede, así que sacas fuerza de mil partes impensadas para concluir la tarea. He igual no lo catalogaría como trabajo, (si alguna vez lees esto hijo mío, nunca fuiste mi trabajo perce, es solo un modo de explicar la diferencia entre ser simplemente una mujer y volverse madre), lo catalogaría como la transición de una mujer, hay un antes, tal vez la mayoría cree que el antes es el matrimonio, para mí no fue así, nunca me casé con el padre de Luca, para otras puede ser un después de un gran anhelo, para mí no fue así, lamentablemente no planifique este hijo (lo que no significa que no lo quisiera o que no lo quiera, amo a mi hijo desde que era un cigoto), para mí fue un abrir los ojos, a lo que pasa después de hacer las cosas sin preocuparte demasiado de las consecuencias, lo cierto es que no me preocupe de traer al mundo a mi hijo en un ambiente en el que pudiera mantenerlo, y gracias al payo de mis padres es que he llegado tan lejos, no sé qué habría pasado son ellos.
Así que mientras se alejaban y mi madre me hacía señas, me largue a llorar con esa sensación de que el cuerpo no era mío, sino de alguien más, y creo que me hubiera caído al suelo de no ser por el sentido común que me repetía, llega a casa y desmorónate dentro de las cuatro paredes de la casa. No supe cómo entre a casa, si supe que me caí sobre la cama y lloré mucho rato, hasta que simplemente la tele me trajo de regreso al presente y al hecho de que estuviera o no estuviera aquí mi hijo aquí, me necesita, y debo dar lo mejor de mí aunque eso sea larga distancia, así que debía continuar, quiere darle un fututo y eso si mueve mis entrañas más que las miles de explicaciones que pueda encontrar, debo ser responsable ahora para que tengamos un presente y un futuro tranquilos, así que debo llorar hasta sacar fuera esta pena y levantarme.
Y eso hice, llore hasta que no hubieron mas lagrimas.

jueves, 16 de febrero de 2012

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Porque el no tener miedo a lo desconocido, no te hace fuerte?
Ayer estaba en ese minuto del día en que partía de regreso a casa y pensaba en las cosas buenas y malas del día, no tuve grandes problemas con el regreso a casa en el trasporte público, es que estuvo rodeado de cosas agradables y de espacio de acción, si el metro no iba colapsado como comúnmente.
Hoy no tengo las dudas sobre el valioso contenido de mi cartera (que no es tal, porque nunca manejo dinero o nada en efectivo), se me han ido olvidando al paso del tiempo, aunque eso no significa que voy a estar despreocupada ni mucho menos de ella, solo significa que ya no me inquieta tener mi cartera colgada bajo mi brazo en un tumulto de gente.
La incertidumbre de las cosas ya no me inquieta. No me inquiera no conocer a nadie, caminar sola la gran parte del tiempo, o comer sola, pero aun así no soy una persona más fuerte. Me sigue dando miedo los ciclistas que pasan rápido por mi espalda, me sigue dando pena las cosas tristes y definitivamente me sigue conmoviendo la gente pobre o que vive como indigente.
Al parecer la fuerza del espíritu de una persona no se da en la confianza que pueda adquirir de su entorno, y eso me inquiera, que pasara con mi hijo? Como le enseñaré el valor de un entorno sano y de un grupo estable de amigos, si tengo que esperar a que se equivoque y renueve amistades así como las pierda, como le voy a enseñar a que después de que e parten el corazón se debe ir viendo lentamente como seguir adelante, para ser más fuerte, si no se yo como levantarme de una relación fallida?
Cuando vivía sola, no me importaban las chicas de la esquina casi sin ropa y ofreciendo sus servicios, ahora miro el lugar con recelo. Y aunque veo más cosas que las simples y obvias equivocaciones, mi mayor preocupación no es que pasara con migo, y por esto es que lo de ser fuerte más me preocupa, es lo que pasará con mi hijo, seré lo suficientemente fuerte para poder decirle a mi hijo que “no” aunque me duela hacerlo? Seré suficientemente fuerte como mamá?
Confió en mi entorno, confió en el ambiente que le estoy preparando para venirse a vivir con migo, en mis redes de apoyo, en mi intuición… pero no confió en mis flaquezas, eso me hara mas débil? Espero que no.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Anacronismos.

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Porque a las personas que habitan la capital olvidaron ya el terremoto?

Porque gran parte de la tragedia quedó post puesta a una sin fin de normas… burocracias… y desencantos.

Hoy miro a mi alrededor y sé que casi nadie recuerda lo que ocurrió, mas allá del susto, de los cuestionamientos iniciales, la capital siguió funcionando y es como en todo, cuando sigues funcionando simplemente dejas atrás, no es que olviden, algunos tiene trágicas historias con mucho dolor, pero hablar del dolor es cosa extraña, ver los restos de los edificios se hiso algo común, no sobresalta, no llama la atención, allí están a medio caer.

Hace años investigaba sobre historia de la ciudad descubriendo nombres y personas que marcaron la construcción y desarrollo de esta capital nuestra, recuerdo como volvía una y otra vez sobre los nombres encontrando cosas locas, interesantes y a veces hasta genuinamente heroicas, y me preguntaba, cómo la gente pasa por esta calle y no siente el espíritu patriotita del nombrado para este tramo, o no percibe el amor que tuvieron con nuestro país los personajes increíbles que tuvimos. Simple, nos acostumbramos a ellos, no les damos su valor, porque no lo tiene pasan a ser comunes, simples, carentes de esa emoción.

Alguna vez me pregunté qué sintió Colon al pisar suelo después de la aventura de su recorrido, y cerré los ojos, imagine esa angustia de los largos día de mar y la soledad, y después estalle en alegría, jubilo, una suerte de locura temporal, como es que en los libros de historia no es posible leer de esto, simple no transmiten el arrojo, porque no es necesario, Colón descubrió América y ya.

Pasa lo mismo con el terremoto, ocurrió, fue muy fuerte, uno de los más grandes de la historia, pero ya fue, dejo grandes desastres en todo nuestro país, gran aparte del sur quedo en ruinas, ciudades enteras en el suelo, personas perdieron amigos, familiares y conocidos, pero ya, eso ya sucedió, y qué decir del patrimonio, quedo resquebrajado y ya, hay que esperar que alguien mágicamente lo arregle, total nuestra ciudad capital siguió funcionando, casi a la perfección, mientras que aun tenemos ciudadanos viviendo en media aguas, viendo de allegados porque perdieron todo, aquí en la capital, no importa mucho, todo eso ya ocurrió.

A veces me pregunto si nos volvemos indolentes, o somos indolentes colectivos, como nadie se preocupa, yo no me preocupo, una suerte de “nadie me dijo nada, así que no soy culpable”. Y no puedo evitar pensar que ese tipo de pensamientos colectivos nos lleva a una sociedad indolente, fría, seria, impersonal, individualista incluso en el seno de la familia.

Esta es la sociedad que queremos para cuando seamos viejos? Este es el futuro que prendemos dejar a nuestros hijo?.

No lo sé, creo que la hipersensibilidad emocional tampoco es el camino, pero el estado actual es realmente el más conveniente?

Que pasa con las personas que no quieren verse inmersas en la indolencia colectiva? Deben volverse personas más duras? Personas que terminen dándose a entender o escuchar por la fuerza? Porque eso es lo que veo en mi país, una suerte de rebeldía necia que si no estás con migo, estas en mi contra y una serie de cosas que no son exactamente como las quisiéramos, y por supuesto no van para nada con mis ideas sobre una sociedad democrática, por si fuera poco la tan anhelada aceptación por las diferencias y la diversidad, se va a la punta de la loma, con este predicamento de o te unes o te unimos a la cauda.

Sigo sin lograr situar la mentalidad del capitalino y la de las personas de las diferentes regiones, quizá es porque para estas personas somos anacrónicos, nos quedamos en el pasado en esa falta de eversión de la que están tremendamente orgullosos, pero a mí no me gustaría evolucionar así, no me gustaría volverme una persona indolente, fría, distante, sigo prefiriendo saludar al micrero al subir a la micro, sigo pendiente aunque lea en el trayecto, de la gente que me rodea en especial de las personas que están más próximas, sigo pidiendo disculpas si me tropiezo con alguien aunque la culpa sea de la otra persona, sigo dándole las gracias a la niña de la caja del supermercado cuando me da el vuelto y le doy cien pesos a la chica que pone todo en la bolsa, sigo siendo en general como era y no pretendo verme teñida de esta suerte de alejamiento social de la capital, creo que es un gran error el cumplir el dicho “Al lugar donde fueres, haz lo que vieres”, no al menos en esta ciudad.

Pondré todo de mi parte para no olvidar que ocurrió una tragedia de la que aun mi país no se levanta, a pesar de los intentos por hacerlo, pondré todo de mi parte para no dejarme influir por los medios de comunicación que hipersensibles a todo, sólo muestran las cosas cuando los estudiantes dejan un desastre de proporciones y no las protestas masivas, y pondré todo de mi parte por mantener viva la esperanza de que algún día exista esa aceptación por las diferencias de clases sociales, etnias, tendencias y pensamientos.

Macarena.

lunes, 13 de febrero de 2012

Estoy simplemente tranquila.

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara
Después del año nuevo, no tuve oportunidad de viajar al sur, así que no había visto a mi hijo y aun que ya estaba en etapa de colapso por el tema, no pude, aunque quise varias veces, hacer nada más por el tema. Este jueves en la noche llegaron del sur mis padres con mi hijo, cuando lo vi, el me abrazo, y no me soltó más, solo me abrazo.
Sus pies apretados contra mi cintura y sus brazos ahogándome en un abrazo sin palabras. Pasaron varios minutos antes de que me dejara ir, y aun así no se bajó hasta que el solito quiso volver al suelo como siete minutos más tarde. Me tomo la mano y no me dejó sola, la verdad es que yo lo extrañaba igual y solo pensaba que es raro el amor hacia los hijos, por una parte se quiere tener al lado, por otra sabes que debes dejarlo ir y venir tranquilo, para que se relacione con el mundo y disfrute de los primos, los juegos, la tarde en general.
Cuando me toco irme a dormir recordé lo que más había olvidado, a mi hijo le gusta dormir con migo, y se acurruca junto a mí y se duerme, a veces basta con que duerma en la misma cama que yo duermo, otras simplemente se duerme apoyado en mi brazo.
Aunque lo tenía en el último rincón de mis pensamientos, lo cierto es que aun recordaba lo agradable que es dormir junto al, y que una vez dormido, lo puedes sacar y dejar en su cama, si solamente es eso, el quedarse dormido lo que él mas disfruta.
Sábado y domingo fueron un suspiro, nunca había tenido un fin de semana más corto y mas corrido que este, el bautizo, los primos, los sobrinos, los tíos, los parientes de Colombia… uf! En fin todo lo demás.
Llegó el lunes, como debe ser, y no tengo sueño, no estoy agotada, no me faltan las ganas de venir al trabajo, bastaron estos días con mi bebé para recordar porque es que me vine en primer lugar, para que hice todo lo que he estado haciendo, para que me levanto temprano y para que quiero seguir en esta ciudad, claro que a veces creo que si lo tuviera aquí con migo toda la semana sería mi vitamina para no olvidar nada, pero lo cierto es que aún hay que esperar un poco más, a que las cosas estén mas aclaras y la estabilidad me permita traérmelo para no volver más al sur y asentarnos en esta ciudad, en definitiva darle un futuro apropiado.

jueves, 9 de febrero de 2012

Me parece que estoy cayendo en un agujero sin fondo.

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

No tengo miedo del mundo o del porvenir, tengo miedo del daño que me están haciendo. Llegue a ese punto en que no solo es mi cabeza con quien argumento tratando de encontrar respuesta a lo que pasa, sino que trato de buscarlas en mi gente, y tampoco encuentran la respuesta que busco.
Hace ya tres meses que me vine a vivir a esta ciudad dejando a mi hijo al cuidado de mis padres, y desde ese minuto que cerré la puerta hasta ahora la angustia nunca ha disminuido. Los primeros conflictos fueron cuando me percaté de que mis padres no asumían el cuidado de mi hijo como yo esperaba y me cargaban con temas tan vánales como esperar a que viajara para cortarle las uñas, hasta esperar a que viajara para que yo ordenara los juguetes. Vivir lejos inicialmente me ayudo a valorar la compañía de mi hijo, lo extraño, y es algo difícil de solucionar, después de tres años en lo que lo más alejado que estuvimos fue una semana, ahora podían pasar mas semanas y las cosas se complican mas.
Mis padres por una de las cosas que no entiendo, no quieren lidiar con un problema, así que cuando llamaba si mi hijo salía de la habitación en vez de llevar el celular con el y ver si quería hablar, o de cortarme, prepararlo y luego llamar, se ponen hasta el día de hoy a pelear con migo… “es que no te quiere hablar” suele ser la frase mas recurrente, al principio me partía el alma, ahora creo que solo hierre, aunque debo admitir que igual me hace llorar.
Así se sumaban, que mis padres no quisieran pasarme el teléfono, no quisieran que les hablara de los que pasa acá en Santiago, no entendieran mi insistencia en hablar con el pequeño… insistieran en que la única solución es que viaje al sur, siempre, porque así es mas simple… ahora cuando he viajado, el ambiente es de clara hostilidad. Primero porque me fui de allí y “no me acuerdo como son las cosas” según mi hermana, segundo porque “no estoy para ver lo que pasa” según mi madre, “no he sido capaz de entender la dinámica familiar” según mi padre.
Lo cierto es que una vez que entro a casa, tengo que ir viendo que hacer, nada de descansar porque tuve una semana larga, no para que, o que viaje toda la noche… nooo, hay que hacerle la leche a pequeño, tengo que guardar su ropa, ver cómo está el tema de los juguetes, ordenar la pieza en definitiva, después intento aunque no es muy útil, andar por casa y jugar con mi hijo, pero allí empieza el tema, que hay que hacer el aseo, insisto vine desde lejos, no quiero pasar la aspiradora. A eso se le suma el buen o mal humor de mi madre y por supuesto el buen o mal humor de mi hermana, que claro, si andan de buenas, son agradables, pero de malas no van a parar hasta que te desmoralizan.
La última vez que fui estuve escuchando durante un día y medio “ lo único que quiero es que te vayas” de parte de mi madre, y mejor ni contar lo que paso con mi hermana, lo más triste de todo es que yo estaba enferma, ni un té mi hiso mi vieja, ni un cuidado, obviamente tuve que llevar a peque al doctor, porque resulta que mi mamá cree que la faringitis se cura por osmosis, no para que llevar al niño al doctor, y después ni siquiera le dio los remedos al pequeño… media semana más tarde lo debió llevar otra vez al doctor, aún no entiendo como mi madre vino a enterarse que lo que le decía sobre la gastrocolitis era cierto, sólo cuando llamo mi a mi abuela y ella le comentó que mi prima, que también vive en la capital estaba enferma… en qué cabeza cabe que no me creyera hasta ese minuto, y que me llamara para decírmelo…
Creo que estoy resentida con mis padres, con la poca protección que me dan, con sus constantes alegatos porque creen que tengo que pasarles más dinero, no pedir absolutamente nada con relación a mi hijo, dicho sea de paso, no lo hago ya, y además completa despreocupación por mí , no llaman ni para preguntar si estoy bien, y si no llamo yo y espero esos interminables minutos a que me dejen habla con mi hijo, no hacen ni el esfuerzo siquiera de comunicarse con migo…
A veces creo que crecí en otra familia, una que ya no existe, una que muto a través de los años y se volvió la sombra de la que fue, porque yo recuerdo que éramos una familia más unida, una en la que mis padres si se preocupaban de sus hijos, y eran cariñosos, no recuerdo la última vez que me abrazaron o que me felicitaron, y lo más triste, es que mi hijo está con ellos, no creo que le den el cariño o la suficiente atención solo porque ya no son los padres que fueron, están volcados sobre un sinfín de temas que les permite justificar sus actos, sus decisiones, y hace mucho tiempo que yo aprendí que cuando uno necesita justificarse para hacer algo, es porque no quiere admitir que lo que hace no está bien, no es tan bueno como creía, o esta ciertamente equivocado y va incluso contra sus propios principios. Lo más triste es que las justificaciones uno las puede argumentar y si se piensa un poco mas allá, uno incluso, es susceptible de dejar de ser uno mismo porque las razones te permitirán cambiar incluso tu moral.
Los conflictos siguen, mis padres se alejan mas y mas de mí, no entienden nada de lo que les digo, hay mas y mas peleas… si es un hoyo sin fondo, y no tengo ni la más remota idea de cómo voy a subsanar esta situación, este conflicto en el que me ponen con mi propio hijo, espero que el tiempo me enseñe a tolerarlos, o a tal vez dejarlos ser… no se…. Simplemente ya no se que mas hacer.