jueves, 9 de febrero de 2012

Me parece que estoy cayendo en un agujero sin fondo.

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

No tengo miedo del mundo o del porvenir, tengo miedo del daño que me están haciendo. Llegue a ese punto en que no solo es mi cabeza con quien argumento tratando de encontrar respuesta a lo que pasa, sino que trato de buscarlas en mi gente, y tampoco encuentran la respuesta que busco.
Hace ya tres meses que me vine a vivir a esta ciudad dejando a mi hijo al cuidado de mis padres, y desde ese minuto que cerré la puerta hasta ahora la angustia nunca ha disminuido. Los primeros conflictos fueron cuando me percaté de que mis padres no asumían el cuidado de mi hijo como yo esperaba y me cargaban con temas tan vánales como esperar a que viajara para cortarle las uñas, hasta esperar a que viajara para que yo ordenara los juguetes. Vivir lejos inicialmente me ayudo a valorar la compañía de mi hijo, lo extraño, y es algo difícil de solucionar, después de tres años en lo que lo más alejado que estuvimos fue una semana, ahora podían pasar mas semanas y las cosas se complican mas.
Mis padres por una de las cosas que no entiendo, no quieren lidiar con un problema, así que cuando llamaba si mi hijo salía de la habitación en vez de llevar el celular con el y ver si quería hablar, o de cortarme, prepararlo y luego llamar, se ponen hasta el día de hoy a pelear con migo… “es que no te quiere hablar” suele ser la frase mas recurrente, al principio me partía el alma, ahora creo que solo hierre, aunque debo admitir que igual me hace llorar.
Así se sumaban, que mis padres no quisieran pasarme el teléfono, no quisieran que les hablara de los que pasa acá en Santiago, no entendieran mi insistencia en hablar con el pequeño… insistieran en que la única solución es que viaje al sur, siempre, porque así es mas simple… ahora cuando he viajado, el ambiente es de clara hostilidad. Primero porque me fui de allí y “no me acuerdo como son las cosas” según mi hermana, segundo porque “no estoy para ver lo que pasa” según mi madre, “no he sido capaz de entender la dinámica familiar” según mi padre.
Lo cierto es que una vez que entro a casa, tengo que ir viendo que hacer, nada de descansar porque tuve una semana larga, no para que, o que viaje toda la noche… nooo, hay que hacerle la leche a pequeño, tengo que guardar su ropa, ver cómo está el tema de los juguetes, ordenar la pieza en definitiva, después intento aunque no es muy útil, andar por casa y jugar con mi hijo, pero allí empieza el tema, que hay que hacer el aseo, insisto vine desde lejos, no quiero pasar la aspiradora. A eso se le suma el buen o mal humor de mi madre y por supuesto el buen o mal humor de mi hermana, que claro, si andan de buenas, son agradables, pero de malas no van a parar hasta que te desmoralizan.
La última vez que fui estuve escuchando durante un día y medio “ lo único que quiero es que te vayas” de parte de mi madre, y mejor ni contar lo que paso con mi hermana, lo más triste de todo es que yo estaba enferma, ni un té mi hiso mi vieja, ni un cuidado, obviamente tuve que llevar a peque al doctor, porque resulta que mi mamá cree que la faringitis se cura por osmosis, no para que llevar al niño al doctor, y después ni siquiera le dio los remedos al pequeño… media semana más tarde lo debió llevar otra vez al doctor, aún no entiendo como mi madre vino a enterarse que lo que le decía sobre la gastrocolitis era cierto, sólo cuando llamo mi a mi abuela y ella le comentó que mi prima, que también vive en la capital estaba enferma… en qué cabeza cabe que no me creyera hasta ese minuto, y que me llamara para decírmelo…
Creo que estoy resentida con mis padres, con la poca protección que me dan, con sus constantes alegatos porque creen que tengo que pasarles más dinero, no pedir absolutamente nada con relación a mi hijo, dicho sea de paso, no lo hago ya, y además completa despreocupación por mí , no llaman ni para preguntar si estoy bien, y si no llamo yo y espero esos interminables minutos a que me dejen habla con mi hijo, no hacen ni el esfuerzo siquiera de comunicarse con migo…
A veces creo que crecí en otra familia, una que ya no existe, una que muto a través de los años y se volvió la sombra de la que fue, porque yo recuerdo que éramos una familia más unida, una en la que mis padres si se preocupaban de sus hijos, y eran cariñosos, no recuerdo la última vez que me abrazaron o que me felicitaron, y lo más triste, es que mi hijo está con ellos, no creo que le den el cariño o la suficiente atención solo porque ya no son los padres que fueron, están volcados sobre un sinfín de temas que les permite justificar sus actos, sus decisiones, y hace mucho tiempo que yo aprendí que cuando uno necesita justificarse para hacer algo, es porque no quiere admitir que lo que hace no está bien, no es tan bueno como creía, o esta ciertamente equivocado y va incluso contra sus propios principios. Lo más triste es que las justificaciones uno las puede argumentar y si se piensa un poco mas allá, uno incluso, es susceptible de dejar de ser uno mismo porque las razones te permitirán cambiar incluso tu moral.
Los conflictos siguen, mis padres se alejan mas y mas de mí, no entienden nada de lo que les digo, hay mas y mas peleas… si es un hoyo sin fondo, y no tengo ni la más remota idea de cómo voy a subsanar esta situación, este conflicto en el que me ponen con mi propio hijo, espero que el tiempo me enseñe a tolerarlos, o a tal vez dejarlos ser… no se…. Simplemente ya no se que mas hacer.

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