miércoles, 15 de febrero de 2012

Anacronismos.

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Porque a las personas que habitan la capital olvidaron ya el terremoto?

Porque gran parte de la tragedia quedó post puesta a una sin fin de normas… burocracias… y desencantos.

Hoy miro a mi alrededor y sé que casi nadie recuerda lo que ocurrió, mas allá del susto, de los cuestionamientos iniciales, la capital siguió funcionando y es como en todo, cuando sigues funcionando simplemente dejas atrás, no es que olviden, algunos tiene trágicas historias con mucho dolor, pero hablar del dolor es cosa extraña, ver los restos de los edificios se hiso algo común, no sobresalta, no llama la atención, allí están a medio caer.

Hace años investigaba sobre historia de la ciudad descubriendo nombres y personas que marcaron la construcción y desarrollo de esta capital nuestra, recuerdo como volvía una y otra vez sobre los nombres encontrando cosas locas, interesantes y a veces hasta genuinamente heroicas, y me preguntaba, cómo la gente pasa por esta calle y no siente el espíritu patriotita del nombrado para este tramo, o no percibe el amor que tuvieron con nuestro país los personajes increíbles que tuvimos. Simple, nos acostumbramos a ellos, no les damos su valor, porque no lo tiene pasan a ser comunes, simples, carentes de esa emoción.

Alguna vez me pregunté qué sintió Colon al pisar suelo después de la aventura de su recorrido, y cerré los ojos, imagine esa angustia de los largos día de mar y la soledad, y después estalle en alegría, jubilo, una suerte de locura temporal, como es que en los libros de historia no es posible leer de esto, simple no transmiten el arrojo, porque no es necesario, Colón descubrió América y ya.

Pasa lo mismo con el terremoto, ocurrió, fue muy fuerte, uno de los más grandes de la historia, pero ya fue, dejo grandes desastres en todo nuestro país, gran aparte del sur quedo en ruinas, ciudades enteras en el suelo, personas perdieron amigos, familiares y conocidos, pero ya, eso ya sucedió, y qué decir del patrimonio, quedo resquebrajado y ya, hay que esperar que alguien mágicamente lo arregle, total nuestra ciudad capital siguió funcionando, casi a la perfección, mientras que aun tenemos ciudadanos viviendo en media aguas, viendo de allegados porque perdieron todo, aquí en la capital, no importa mucho, todo eso ya ocurrió.

A veces me pregunto si nos volvemos indolentes, o somos indolentes colectivos, como nadie se preocupa, yo no me preocupo, una suerte de “nadie me dijo nada, así que no soy culpable”. Y no puedo evitar pensar que ese tipo de pensamientos colectivos nos lleva a una sociedad indolente, fría, seria, impersonal, individualista incluso en el seno de la familia.

Esta es la sociedad que queremos para cuando seamos viejos? Este es el futuro que prendemos dejar a nuestros hijo?.

No lo sé, creo que la hipersensibilidad emocional tampoco es el camino, pero el estado actual es realmente el más conveniente?

Que pasa con las personas que no quieren verse inmersas en la indolencia colectiva? Deben volverse personas más duras? Personas que terminen dándose a entender o escuchar por la fuerza? Porque eso es lo que veo en mi país, una suerte de rebeldía necia que si no estás con migo, estas en mi contra y una serie de cosas que no son exactamente como las quisiéramos, y por supuesto no van para nada con mis ideas sobre una sociedad democrática, por si fuera poco la tan anhelada aceptación por las diferencias y la diversidad, se va a la punta de la loma, con este predicamento de o te unes o te unimos a la cauda.

Sigo sin lograr situar la mentalidad del capitalino y la de las personas de las diferentes regiones, quizá es porque para estas personas somos anacrónicos, nos quedamos en el pasado en esa falta de eversión de la que están tremendamente orgullosos, pero a mí no me gustaría evolucionar así, no me gustaría volverme una persona indolente, fría, distante, sigo prefiriendo saludar al micrero al subir a la micro, sigo pendiente aunque lea en el trayecto, de la gente que me rodea en especial de las personas que están más próximas, sigo pidiendo disculpas si me tropiezo con alguien aunque la culpa sea de la otra persona, sigo dándole las gracias a la niña de la caja del supermercado cuando me da el vuelto y le doy cien pesos a la chica que pone todo en la bolsa, sigo siendo en general como era y no pretendo verme teñida de esta suerte de alejamiento social de la capital, creo que es un gran error el cumplir el dicho “Al lugar donde fueres, haz lo que vieres”, no al menos en esta ciudad.

Pondré todo de mi parte para no olvidar que ocurrió una tragedia de la que aun mi país no se levanta, a pesar de los intentos por hacerlo, pondré todo de mi parte para no dejarme influir por los medios de comunicación que hipersensibles a todo, sólo muestran las cosas cuando los estudiantes dejan un desastre de proporciones y no las protestas masivas, y pondré todo de mi parte por mantener viva la esperanza de que algún día exista esa aceptación por las diferencias de clases sociales, etnias, tendencias y pensamientos.

Macarena.

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