viernes, 30 de agosto de 2013

Estas en mi vida (P64)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Parte 64

“Maura!”- dijimos al unisono.

Entramos a la habitación, tomé a mi hija en brazos y cerré los ojos, para cuando los abrí estábamos al otro lado y Julián estaba también allí, pero algo sucedía, al principio trate de hablarle pero él no respondía, finalmente me di cuenta que no me veía… aun sostenía mi hombro o su mano aún estaba allí pese a no verme y se me ocurrió que tal vez si podía sentirme, así que mirando su cara desorientada, tomé su mano y dibuje sobre el dorso una letra Y que era la manera que antes usábamos para responderle que si cuando estábamos en público, ya sabes el me trasmitía un pensamiento y yo escribía una  ‘y’ para decirle que si o una ‘n’ para decirle que no, en ese tiempo yo no era telepata. Este gesto tan nuestro tan íntimo que ni siquiera lo había mencionado antes, lo sacó de su desorientación y luego de unos minutos se tranquilizó.

“Maura,  hija sabes dónde puede estar Odette y Demeter?”
“Si mamá, están allí” -dijo mi hija apuntando a un lugar en el medio la ciudad y Julián movió su cabeza hacia dónde provenía la voz de mi hija.

Aunque yo no los había visto antes, supe que mi hija tenía razón, el problema era que no podía dejar a Julián solo en esta nada, tendríamos que volar para llega más rápido, pero como decirle?, miré a pequeña, miré a Julián…

“Maura, dile a Julián que vamos a volar hasta Odette y Demeter, que no suelte mi mano”

Mi hija se voltio y repitió lo que dije, Julián volvió a mover su rostro hacia maura y aprecio escucharla, pero no supo de donde venía su voz, solo respondió del mismo modo que yo lo había hecho antes, haciendo una ‘y’ en el dorso de mi mano, que según me dijo después, pudo ver por un momento mientras respondía.

Volamos y llegamos a la calle donde habíamos ingresado en esta dimensión, allí estaba Odette estaba agarrada del brazo de Demeter sin moverse, estaban tan quietos que parecían dos estatuas, Julián los vio y llego antes que nosotras, luego de hablar entre ellos tres, algo que no escuche, porque en ese momento entendí que así como él no me escuchaba yo tampoco, Julián me buscaba con la mirada y hablaba algo que no entendía pues no lo escuchaba, así que Maura voltea y me pregunta:

"¿Porque no le respondes mami?"

Y entonces entendí, esta es la realidad de Maura, es probable que ella pueda verlos y hacerse ver por ellos... así que le digo, pídeles que vallan a casa de Julián con nosotras, y mi pequeña lo hizo, volvieron a elevarse y regresaron a casa de Julián, Maura y yo llegamos unos segundos después, mi pequeña debió pedirles que se tomaran de las manos mientras yo sostenía a Julián y así volver a reaparecer en nuestra realidad.

Odette estaba algo incomoda y Demeter dijo que era la primera vez en mucho tiempo que se sentía solo y algo extraviado, luego de ponernos cómodos todos en el living la sensación de continuidad que atravesaba el ambiente, provocaba que Maura se incomodara, Carlo se había despertado cuando llegamos y bajó a reunirse con migo, al ver a los cinco vampiros reunidos no pudo evitar la sensación tensa de miedo y seguridad por una de calma, para él aunque estos cinco fueran amigos seguían siendo vampiros, criaturas que toman sangre y que son peligrosas, así que son de cuidado y el resto eran son de temer.
Pero él se fue relajando lentamente, y comenzó a hablar con los cinco mientras que yo llevaba a Maura a comer algo al balcón para darles privacidad, no quería enterarme de que le habían hecho y como lo habían hecho, sólo quería creer que estaríamos bien y con eso yo era feliz, aunque las marcar en su cuerpo digan otra cosa, quería creer que pasaran sólo había que darle tiempo.

Cuando caía el sol entramos a la casa , pequeña estaba cansada no había dormido su siesta y su mal talante frente a los vampiros la tenía más difícil que de costumbre, así que la hice dormir y la dejé en la habitación que Julián nos había dado a nosotros, regresé al living donde hablaban del secuestro y como Carlo había tenido la fortuna de no ser trasformado en vampiro gracias a la poción, como Mercurio se había hecho una furia y había roto reliquias del puro enojo y como él había visto pasar el día y las horas con miedo a no vernos nunca más.

“Creo que no soportaría otra tortura similar…”- dijo Carlo y no concluyo su frase porque yo entre a la habitación.
“Hola, ya estas mejor?”- dije acercándome a darle un beso que los cinco vampiros observaron con total curiosidad.
“Si, estoy mejor.”
“Vamos a comer algo?”
“Pero si no necesitas ir a la cocina para cocinar. En esta casa, Juliancito – dijo Odette- tiene un hechizo que te permite tener en frente  lo que desees comer.”
“Eso es extraño”- dijo Carlo y luego de un segundo se echó a reír.

La noche fue larga, la conversación se extendió por temas simples y por temas complejos, cuando nos fuimos a dormir con Carlo tuve la sensación de que comenzábamos una etapa distinta en nuestras vidas, ahora éramos los dos consientes de este lazo que teníamos con los vampiros, todo se está re-formulando y aunque no sabía si era bueno, era algo que quería aprender a vivir, las ultimas horas antes de encontrarlo había afianzado la sensación de que sin Carlo en mi vida, nada tenía sentido realmente, porque ni todo el amor de Julián, ni toda la eternidad podían compararse con la sensación humana de placer, amor y compañía que me daba Carlo.

Al día siguiente regresamos a casa, el viaje en avión no fue sospechoso gracias a que el pasaporte de Carlo tenía el timbre de ingreso al país, en el avión Maura se portó genial, sin vampiros a la vista jugó, rio y fue premiada por la azafata para ir a conocer la cabina donde el capitán la dejo acercarse a los controles, cosa que la dejó tan alucinada que no dejó de hablar de otra cosa en el resto del viaje.

En Santiago veníamos tan agotados, que nos quedamos en la casa de Santiago y aproveche de ordenar un poco y arreglarla hacía un buen tiempo que no veníamos así que estaba algo sucio todo, y la verdad nos servía para cambiar de escenario. Al día siguiente le pedí a mi ex médico que le diera una licencia médica a Carlo, porque había faltado dos días al trabajo, Cristóbal no tuvo problemas y ni siquiera preguntó porque había faltado originalmente al trabajo. Pasamos unos días más en la capital y regresamos el domingo en la noche…

“Estas bien?”
“Si, algo cansada y mareada, no debe ser nada”
“Después de conocer tus antecedentes médicos, eso no es bueno, porque no vas al médico”
“Está bien, mañana voy.”

Así que el lunes, deje a Maura en el Jardín y partí rumbo a la clínica, donde encontré al médico que me había tratado la última vez, hace dos años cuando Maura estaba recién nacida y yo al borde de la muerte por el cáncer. El médico me reconoció de inmediato, no necesite decirle nada porque estaba tan mareada que cuando se acercó me afirme de él, y mientras me pedía exámenes de rutina, hacia las preguntas de rutina me pregunta: “Fecha de su último periodo menstrual?”… y lo miro, miro mi teléfono y busco en la agenda… este mes nada, el mes anterior… nada….

“No lo recuerdo- respondo y sigo buscando, hasta que llego a tres meses y está mi nota- hace tres meses”
“Ha, entonces hazte este examen y con el resultado veo si necesitas algo más”

Extiende un papel y me levanto algo mareada, voy al laboratorio donde me hacen la misma pregunta y la enfermera me dice:

“Ha claro, este examen es para ver si estas embarazada.”
“Yo embarazada?”
“EL resultado está en media hora, lo quiere esperar?”
“Lo quiero esperar…”- dije y parecía más una pregunta que una respuesta.

Así que espero los treinta minutos más extraños de mi vida y entremedio llamo a Laila para contarle lo que estaba pasando y obviamente que ella parece en menos de diez minutos junto a mí y espera los últimos minutos tomando mi mano y yo mirando el infinito que se extiende por la ventana.  La enfermera sale, sonríe y me entrega el resultado, miro el papel como si fuera dinamita y luego abro y leo el resultado… positivo? Positivo… positivo?

“Quieres que llame a Carlo?”
“Yo… no, quiero decir si… no sé…”
“Que tienes?, no te alegra?”

Laila habla pero la escucho lejos y sentada en el auto la miro como si quisiera que entendiera la maraña de ideas que tenía en la cabeza, tantas cosas y sin orden alguno que no podía terminar de entender desde que quería, hasta como quería hacerlo… y finalmente le digo.

“Se supone que soy inmortal y además que puedo tener hijos?”- con un tono de voz incrédulo
“Si eres inmortal que tiene que ver tu esterilidad?”
“Mi hijo será inmortal también?”

“No lo sé…”- responde Laila, que recién comienza a entenderme.

Estas en mi vida (P 63)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Aunque no me gusta recodar lo que sucedió y admito que demoré en escribir, porque tenia una sensación en el pecho tan extraña que no podía definir y que hasta hoy me agobia, escribo esto porque es necesario dejar el testimonio y seguir adelante, según mi psicóloga este es el modo de hacer las cosas mejor.

Bueno íbamos en el avión, durante el viaje tenía miedo, que era una mezcla de pánico, ira y más miedo, la sensación de que todo esto estaba revuelto en mi pecho, así que sentía apretado el pecho a ratos. A veces tenía que recordarme respirar porque no lo hacía. A ratos miraba a mi Maura y solo trataba de sonreírle a medias, para olvidar un poco todo y sobrellevar mejor esta angustiosa travesía entre dos continentes, confinados en un avión y al lado de Julián.

Al final, lo único que tenía claro era que Julián había influenciado en mi para que me durmiera cuando debía hacerlo, porque en 12 horas era lo único que podíamos hacer en el avión, lo que me ayudo a no pensar, porque todo el viaje era una carrera contra el tiempo.

Maura estuvo en mis brazos todo el camino, aunque Julián parecía agradarle, bastaron dos horas para que mi pequeña comenzara a sentir la apatía que la había visto generar hacía los vampiros en otras ocasiones, esa sensación de no querer tenerlo cerca, lo que ya había explicado antes esa continuidad que se sentía estando al lado de un vampiro. Así que él tuvo que influir sobre mi hija para que no se pusiera llorosa o inquieta.

“¿Cómo estas?”

“¿Qué clase de pregunta es esa Julián?”- respondí fastidiada cuadro abrí los ojos y me di cuenta que ya habíamos aterrizado.

“Calma, todo va a estar bien.”-dijo él sonriendo.

“Calma, calma… calma”- repetí en voz baja con los ojos llenos de lágrimas, mirando a Maura en mis brazos dormir.

Julián nos abrazó y aunque trate se calmarme, no lo conseguí, él la tomo en brazos para bajar del avión, en la terminar había una gran cantidad de gente, pero la verdad la fila avanzaba rápido y cuando cruzamos policía Internacional, habíamos estado solo unos diez minutos esperando o eso me pareció, a la salida del aeropuerto, una especie de calor me recorrido el cuerpo y no me gustaba para nada la sensación.

El taxi, la casa de Julián, la inevitable espera para ver a Laila y sus hermanos, la necesidad de gritar contenida en la garganta, la expresión de mi hija al ver aparecer frente a ella su pastel favorito porque en casa de Julián se manifiestan las cosas que uno desea comer, tener o hacer y la inevitable sentencia de que el hechizo que había bebido Carlo ayer, podría dejar de hacer efecto en cuestión de horas y tal vez con suerte dudaría un día más.

La angustia de saber que no teníamos claro donde estaban y que si no lo encontrábamos pronto, no podríamos hacer nada para detener a Mercurio, hicieron que mis sentimientos se mezclaron de un modo extraño, tomé aire y de pronto simplemente desaparecí. La verdad no supe cómo lo hice, no sé a dónde fui, solo sé que estaba en el mismo lugar que antes, que tenía a Maura en brazos y no había nadie más a mi alrededor y de pronto en un total desconcierto regresé frente a Julián quien me miraba con cara de miedo, pero no me dijo nada.

Laila tenía en sus manos el cuadro que había pintado, Odette y Demeter crearon una fórmula similar a la que había dado a beber a Carlo para Maura y para mí, además trajeron lo que había quedado del hechizo de Carlo y me lo entregaron sólo por si acaso, todos trataban de ayudar y eso era bueno, aún que mi cabeza estuviera revuelta de emociones se los agradecía de la mejor forma posible.

Entre Demeter y Federic comenzaron a investigar la cuidad en busca de la calle que había pintado y cuando no tuvimos resultado alguno en eso sentí que en mi pecho crecía la angustia así que volví a mirar el cuadro, lo tomé en mis manos con el lápiz pasta en una de ella y solo ralle encima, no tenia claro que hacía, solo hacía rallas y formaba figuras… luego de terminar lo miré y parecía que había creado una suerte de paralelo, había distanciado la que era una sola calle en dos, había puesto faroles, nombres de tiendas y había hecho una calle anterior… no terminé de mirar los cambios y Federic tomo el cuadro mostrándoselo a Laila y ella solo dijo “Ya sé dónde es”.

Mis manos se me cayeron a los costados y el lápiz rodó por el suelo, ahora sentía que todo estaba armando una suerte de telaraña de la que no me podría librar y que me apegaba más y más al posible futuro que predije para Carlo, solo quería encontrarle, me sentía culpable por no haberle dicho nada de esto antes, por no haberle dado la formula en el desayuno, o haber hecho las cosas diferente de algún modo.

Julián tomo mis manos y las llevo a su boca, lo miré extrañada y luego entendí que estaba despidiéndose, pero no sabía porque lo hacía, luego Odette busco el bolso de Maura, Demeter la tomo en brazos y salimos a la calle los cuatro, caminamos por la calle lentamente, las tiendas que había aprendido a conocer tan bien como si fuera mi cuidad, la gente y el ruido me parecían tan falso como si este fuera una sueño, uno del que no despertaba.

Llegamos a un punto en medio de la calle, Demeter miraba en los edificios, Odette me miraba a mí y Maura estaba en completo silencio, de pronto mi pequeña solo dijo “papá” y apunto con su mano hacia un punto entre lo edificios, no supe si era norte o sur, pero hacia allá nos dirigimos, Maura seguir apuntando el camino guiándonos y nosotros la seguimos, porque después me explicó Demeter que mi hija tenía la capacidad de “encontrar” y era muy probable que fuéramos en el camino correcto.

De pronto Odette y Demeter se detuvieron sosteniéndome por el hombro, voltee y los miré extrañada, ellos me respondieron mentalmente que había más vampiros cerca y que había un rastro de Mercurio reciente, afirme a Maura en mis brazos y ellos siguieron caminando atrás de nosotros, pero por alguna razón dos pasos después estaba completamente sola, la sensación de haber vuelto a ese lugar que no era la otra dimensión que conocía, sino como una realidad paralela del mundo real en blanco y negro, ademas de vacía, donde a pesar de poder ver a todo a mi alrededor, edificios, calle, el cielo, no había nada más, por un segundo me quedé parada sin hacer nada, la primera diferencia era el silencio, luego que no podía ver la primera dimensión, estábamos solas y en cambio en la dimensión de Laila se podía ver mi alrededor, uno podía distinguir donde estaba la división de espacios como una puerta para cruzar, uno podía ver a los otros como a través de las ventanas gigante y se podían escuchar las cosas que pasaban al otro lado, aunque los sonidos eran apagados como amortiguados igual bastaba poner atención y uno podía escuchar, aquí en cambio no había absolutamente ningún ruido, nada…

Maura de pronto pareció dormida, yo estaba de pie donde mismo, algo más tranquila, de pronto escuche la voz de Julián en mis pensamientos.

“Recuerda tu condición es diferente a la nuestra, hay cosas que aun te quedan descubrir y vivir, la vida puede ser muy larga para ti, aunque se pasé en una abrir y cerrar de ojo. Todo lo que vivas ahora va a enseñarnos sobre tus propias condiciones, tienes nuestra fuerza, nuestras habilidades y nuestra inmortalidad, solo te diferencias en que no necesitas la sangre y nunca sentirás la sed…”- esa conversación en el hospital, cuando logró conciliar que Laila me hubiera vuelto inmortal, hace tanto tiempo recién parecía tener sentido.

Mi hija dormía envuelta en este silencio absoluto y aunque no quería moverme porque no sabía para donde hacerlo, recordé el cuadro que había pintado, Julián a un lado, Carlo al otro, Maura conmigo en medio… Y entonces solo lo supe, al principio caminé rápido luego miré y me convencí de que nadie me vería, así que salte y comencé a volar, cuándo estuve cerca del lugar que se parecía a mi cuadro miré las ventanas, esperando ver algo que me mostrara que estaba pasando en el otro lado de esta realidad… así que entré por un pasillo y compensé a recorrer por las escaleras, aunque en realidad levite sobre ellas, cuando llegué hasta donde sentía era el lugar correcto cerré los ojos y solo atravesé a la realidad…

Frente a mí Carlo atado a una silla, junto a él dos vampiros distraídos, la habitación estaba a oscuras y mientras procesaba lo que había a mi alrededor, solo cerré los ojos, necesitaba creer que nada malo nos podía pasar, necesitaba creer que podría sola con todo y por eso mientras que percibía como los vampiros recibían mi presencia, simplemente desaparecí antes de que me vieran y reaparecí junto a la venta, vasto que apareciera y que tomara las cortinas para ver como la piel de los vampiros comenzaba a hervir y luego a desaparecer en estelas de sangre que al llegar al suelo se volvían cenizas, tal como las que había dejado Laila en mi casas hace años. Uno alcanzó a abalanzarse sobre mí y yo solo estire mi brazo tan firme como una lanza y lo atravesé antes de que llegara a desaparecer completamente, dejando mi brazo lleno de polvo y cenizas. Cerré las cortinas y me acerque a Carlo, aún no habían iniciado la trasformación su cuerpo estaba intacto, sus ojos adaptándose a la poca luz, sus manos atadas a la espalda y no pensé solo actué, apoye a Maura entre él y yo, saque de mi bolso una botella con lo que quedaba del hechizo para evitar la transformación que me había pasado Odette y se la di a beber.

Carlo estaba medio consiente y la verdad no opuso resistencia, pero creo que fue porque sabía que era yo, cuando reaccionó abriendo los ojos y vio a Maura en sus piernas, lloró y sus lagrimas sólo rodaron por sus mejillas, yo le acaricie el pelo y susurré en su oído ‘Lo lamento, lo lamento’.

Dos segundos más tarde estábamos en la nada silenciosa, que aun no tenía claro cómo llamar y que ahora consideraba mi dimensión personal, me sentí segura, en calma para desalarlo y ayudarlo, Maura despertó cuando la dejé en el suelo y desataba a Carlo, mi pequeña se abalanzó a los brazos de su padre gritando:

“Heche tú… he tu papá…”

“Si cariño soy yo.- respondió Carlo tomándola en brazos- ¿Dónde estamos?”

“Esta es una realidad paralela, es mi realidad paralela o algo así, la verdad todavía lo estoy descubriéndolo… sólo puedo decirte que estamos seguros, que aquí no hay nadie más que nosotros y que podemos volver a casa.”

“¿Pero como vamos a volver?”

Sonreí divertida y solo me elevé por el cielo, esta era la segunda vez que Carlo me veía volar, aunque la verdad la anterior no me vio volar propiamente tal, solo estaba levitando sobre el suelo, lo cierto es que ahora si volaba sobre los edificios. Llegamos a la casa de Julián, donde atravesamos sin problemas a la realidad justo frente a la puerta de la casa, donde me esperaba Julián con cara de pocos amigos, luego de abrir la puerta y literalmente invitarnos a pasar, fue él quien nos ayudo cuidando a Maura mientras que nosotros nos dábamos un baño de tina y nos poníamos al día, tranquilizando el alma y el cuerpo.

Confieso que desnudarle me provocaba tantas cosas que no era lo normal, tenía la necesidad de ver qué estaba realmente bien, así que recorrí su cuerpo con esponja, recorrí su espalda con cariño para liberarlo del dolor que tenía, miré como su musculatura se relajaba y sentí como se volvía más seguro, más alegre y más tranquilo, tanto que lo que me provocaba de él no fue necesario decirlo, él simplemente se volteó a responder mis sensaciones con las suyas, devolviéndome a ese nosotros que me hacía sentir que todo estaba bien, esa sensación que conocía como nuestra.

En la habitación vestidos con la ropa que había puesto Demeter en las maleta y con la confianza de que pronto todo esto acabaría y podríamos volver a nuestras vidas nos recostamos en la cama, Julián toco la puerta y entro con Maura y una bandeja con comida.

“Maura escogió el menú”- dijo entregándonos la bandeja donde había helado, dulces, candis y una taza de chocolate para cada uno.

Después de jugar con pequeña, comer algo de lo que nos había traído y dejar a Carlo dormido, Julián me llamo a un lado.

“¿Qué pasa?”-pregunté extrañada.

“No quise decirte nada antes, pero Odette y Demeter no han vuelto.”-dijo en voz baja.

“Pero…"- no supe que decir.

“Federic salió a buscarlos y Laila está buscando de modo psíquico, pero no los encuentran, Laila cree que tal vez atravesaron contigo y no han vuelto porque no saben cómo regresar… la verdad no sé qué pensar.”

“Pero… para atravesar tendrían que haber estado sujetos a mí de algún modo y cuando atravesé no había nadie más... yo no los vi junto a mi… y que otra cosa podría haber pasado?”

“Entiende, es probable que no atravesaran hasta donde tú estabas, que quedaran en algún punto intermedio, nunca has atravesado con un vampiro, solo con tu hija viva y Carlo, otro hombre vivo…"-dijo él dándole un sentido nuevo a la realidad en la que había estado.

“¿Qué propones?”-dije sin más preámbulos.

“Cruzar contigo…”-Dijo Julián.

“Pero Julián, y si no llegas hasta donde estoy yo, ¿Cómo vas a volver a esta realidad?”

“Laila me va a ayudar.”- resolvió él.

“Bien, entonces vamos.”- respondí mirando a Carlo dormido en la cama y sintiéndome extraña al dejarlo solo.

Laila nos esperaba fuera de la habitación, había preparado un colgante con algún tipo de conjuro para atravesar y regresar conmigo o sin mí, Julián se lo colgó al cuello y yo cerré los ojos unos segundo, pero por alguna razón no atravesé al otro lado, luego de mirar a Julián, la respuesta vino sola.

“Maura”.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Agosto 2013

Me quería dejar llevar por la alegría, ya sabes eso de saltar y gritar, pero la verdad no pude algo me detuvo. Los 'sólo que'… 'sólo que'… mejor no comentar los detalles, el caso es que estaba alegre y sonreía sin poder evitar la sensación de que todo sería interesante…

Resumen, esta semana fue de gatos y vueltas, sin ánimo de ofender a los gatos, andaba regalona, con poca paciencia, con ganas de acurrucarme y que me hieran cariño, en fin como un gato y las vueltas, fueron las cosas que no logre solucionar por mucho que lo intentara con mi hijo, el aseo de la casa y la oficina, vueltas en temas que cansan porque a lo largo del día son tediosos y se repiten una y otra vez del mismo modo, dando vueltas y vueltas…

En fin, miraba mi sonrisa y no quería verla, era realmente este era un momento para saltar y 'sólo…

Cambiando de tema, tengo un reclamo indignado a esta semana, bajé de peso… si soy delgada y bajar es algo que a muchas personas les gusta, pues a mí no… siempre bajo de peso, parece que mi organismo me quiere regresar a los 25 años y voy a terminar pesando otra vez cerca de 50 kilos o menos, lo que podría ser interesante, pero que a mí no me agrada del todo, porque me doy nervio… si, me da nervio mis brazos huesudos, mis costillas marcadas y que la ropa me quede grande, prefiero verme más rellenita que un esqueleto con un poco de carne, además lo único que sobresale es mi trasero y la verdad es que no me puedo estar dando vuelta a retar a todos los que lo miran con cara de “Mmm … carne…”, porque a), no siempre me doy cuenta y b) cuando me doy cuenta me pongo roja…  y tal vez sea agradable alguna vez mantener un peso que me permita tener pechos… que es el otro efecto secundario de bajar indiscriminada de peso…

Retomando lo anterior, sonreía alegre y feliz, creo que al fin me pueden estar saliendo las cosas mejor, a grandes rasgos Luca esta saludable, me quedo en mi casa hasta nuevo aviso, he logrado hacer los arreglos para el cumpleaños de pequeño y créanme es muchos lo que voy a hacer, mi prima me prestara su casa, así que tendré mucho espacio para toda la producción, conseguí como imprimir las invitaciones que hice y se van a ver como compradas de bellas, diseño exclusivo, etc., tengo un panorama claro sobre las cosas que hay en mi vida y como moverme con ellas, afiatadas mis relaciones amistosas con mis amigos y estoy tranquila sin penas, sin sobre saltos, así que de verdad es para saltar de alegría, pero mientras más feliz estoy… más difícil es la vuelta cuando pasa algo y lo que me pasa es que tengo miedo.

No sé si es racional, no sé si esté bien, solo sé que tengo miedo de festejar mis alegrías, tengo una sensación de desconfianza a esta tranquilidad que no sé qué tan saludable puede ser… pero es así, me rodea esa incertidumbre y miedo a los rincones oscuros de mis emociones, creo que lo que más me afecta es saber que él no está junto a mí, para decirme “todo va a estar bien”, para hacerme cariño cuando ando como gato, aunque esta de algún modo bizarro que ya ni discuto, porque cuando pasa algo sobre mi vida y lo busco, suele ser buen consejero y cuando nos vemos podría decirse que somos buenos amigos… aunque apenas y nos conozcamos realmente… está desapareciendo y reformulándose en mi vida, no sé qué tan bueno es realmente, pero eso sucede y tengo desconfianza a avanzar y toparme con él diciendo “porque no me quede contigo” y me carga esa posibilidad de un arrepentimiento, porque cuando yo avanzo… yo no retrocedo, en más de una ocasión he dicho “si una reacción no funciona, no va a funcionar, no insistas”… Así como he visto a esos otros irse y volver arrepentidos porque no hay otra como yo… y créanme no hay nadie como yo, así como no hay nadie igual a otro, etc, los he escuchado decir "porque te deje"… Pero el tema no va por ese lado, va por el lado racional, no creo justo hacer líos por todo, no soy celosa, no me paso películas sobre lo que el otro hace, cree o piensa; no ando controlando a nadie, si le llamo y estas ocupado no insisto, etc.
Cosas que no suelen hace mi genero y que yo hago, no porque sea una persona tan extraordinaria, sino que porque el día de mañana si estoy ocupada y te cuelgo, espero entiendas que es eso y nada más; si me vez extraña dame tiempo, casi nadie entiende como funciona mi cabeza y suelo pensar cosas diferentes al común así que no te pases películas, ya te diré yo que me pasa y como norma siempre digo lo que me pasa, luego de que lo entiendo y no antes porque me puedo arrepentir de lo dijo y lo detesto; si llegas a sentir celos (que puede suceder), ni se te ocurra armarme una escena, y por el amor de Dios, no armes líos, busca las soluciones o solo acompáñame, nadie dice que necesites ser perfecto o tener todas las respuestas, a mi me vasta conque seas un ser humano con defectos y virtudes… si así soy yo… y si aun así, las relaciones con el sexo opuesto son un tema, más que un hecho concreto.

En fin, estoy feliz, aunque contengo la alegría y tengo miedo a esta felicidad...

miércoles, 14 de agosto de 2013

Estas en mi vida (Parte 62)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Bajé del auto, camine despacio, con miedo y pidiendo al cielo que todo estuviera bien, la verdad no tenía idea si es que Carlo había alcanzado a entrar a la casa, o si había alguna otra sorpresa aguardándome… tome las llaves y cuando iba a insertarla alguien abrió la puerta y entre risas, Odette me explico que estaba por salir y que coincidimos en la puerta.
La actitud despreocupada y las risas me alertaron, por alguna razón la risa de Odette no concordaba con su expresión. Salió rumbo al mini market y yo entré cerrando la puerta, basto que cerrara para que Federic me abrazara.

“Estas bien… estas bien…”
“Que pasa?- pregunté sin recibir respuesta…- Y Carlo?”

Laila miro a Demeter, el miro a Federic y yo miré para todos lados, donde estaba Carlo?, nadie dijo nada. Luego de un dialogo mental entre los cuatro, Laila desapareció tras decir una frase a medias en voz alta y Federic me sostuvo por los brazos, sin dejarme ir tras ella.
“¿Qué está pasando?”- dije por lo bajo con rabia en la voz.
“Maura esta por despertar- respondió en un susurro- y no quiero que se altere, así que ve a verla y sonríele cuando abra los ojos, ya ha sido más que complejo para ella estar con nosotros dos horas y medias para que ahora despierte y perciba que hay algo raro en el ambiente… piensa en ella, todo va a estar bien.”
Miré a Federic, desarmada, no podía decirle nada… como le explico a mi hija que paso dos horas con los cuatro si sé que para ella esto no es fácil soportar la continuidad de los vampiros… ha hace unas semanas había elaborado esa teoría que explicaba porque a nosotros los mortales nos molestaba la presencia de los vampiros después de un tiempo determinado, y era por la continuidad, la capacidad de no ver horas, no ver días, no verse alterados fácilmente, esa calma continua, según mi parecer, era la que provocaba el rechazó al poco tiempo y la tendencia a la locura, que créanme a veces me he preguntado cómo no he llegado a ella.
Canime al cuarto de Maura y cuando abría la puerta mi pequeña despertó, le sonreí como había dicho Federic y ella corrió a abrazarme, luego de tomarla en brazos la lleve a mi pieza y nos quedamos allí ella jugaba yo leía un libro, aunque admito que no leía nada y daba vuelta las horas con cierta regularidad para que pareciera que si, y cuando mi hija llamaba mi atención cerraba el libro y miraba lo que me mostraba como si nada pasara, aunque en mi cabeza veía a Mercurio esperando al atardecer para comenzar la trasformación de Carlo.
De pronto solo me levanté y caminé al living, revisando los lienzos que tenía pintados y buscando algo, pero no sabía que exactamente, y entonces lo vi, la escena que había pintado compulsivamente la primera vez, la escena en que había alguien cubriéndonos a mí y Maura, con Julián a un lado y Carlo al otro… esta escena… es en ….

“Se lo llevo a España”- dijo Laila entrando al living en ese minuto.
“Como?”
“Al parecer la pócima no hizo efecto de inmediato, y el alcanzo a inmovilizarlo… estuve recorriendo la calle, buscándolo y no lo encontré, así que busque en la mente del señor de la panadería el vio todo y a la vez no vio nada… porque todo ocurrió en una fracción de segundo… suficiente para acordarse pero no para saber que pasó exactamente…. “

La miré y la verdad es que seguía hablando pero yo no entendía nada. Miré el cuadro y la miré a ella, luego le mostré la escena y Laila no dejó de hablar. Demeter llego a nuestro lado con dos bolsos, Federic tenía a Maura en brazos y cuando entendí que estaban haciendo los miré con odio… con rabia… por qué rayos había pasado esto?… por qué no le dije antes a Carlo lo que ocurriría?, porque no le di la pócima antes?, porque no calcule mejor el tiempo?
Julián entro por mi habitación con Odette y traían los pasajes de avión para mi y Maura, luego de un beso en la mejilla de mi salimos a la calle donde nos esperaba Laila en el auto y partió como alma que se la lleva el diablo rumbo a Santiago, mientras yo miraba por la ventana el tránsito, Laila formulo una oración que nos hiso entrar en la otra dimensión, donde no había tránsito y podíamos correr sin problemas, llegamos a Santiago en 45 minutos… el viaje es de hora y media. Y aparecimos estacionados en el aeropuerto, me esperaban 12 horas de vuelo… 12 largas horas y por primera vez en mi vida no quería estar sola con Maura, como me callaría lo que estaba pasando.

Para mi sorpresa, Julián tomo mi mano y el pasaporte de Carlo, entramos juntos a policía internacional, en realidad era una alivio saber que estaría conmigo y con la pequeña.

Estas en mi vida (Parte 61)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Creo que nada de lo que ha pasado llamaría la atención a simple vista, ya que básicamente son las mismas cosas de siempre, maura al jardín, Carlo llegando a casa a eso de las 6 de la tarde, visitas a casa de mis padres, visitas a casa de mi hermana, salidas al supermercado, viajes por la costa el fin de semana, una escapada con Carlo a Bailar, pintar cuadros para vender y ver el tema de la galería de arte que tenía muy botado, desde que mi hija nació… 
En fin, todas cosas cotidianas, simples y detalles muy mínimos que marcaban las posibles amenazas, tan pequeños que para cualquiera que los apuntara era una exageración, primero fue una persona en la calle, luego la sensación de que me estaban vigilando y la inevitable pregunta de si era paranoia o realidad, por lo que había dicho Federic, pero es que era algo que uno no olvida, “ha llegado la hora de protégelas”… y esos detalles que pasaban casi inadvertidos, casi invisibles me hicieron deducir el tema…

Aunque tuve ayuda de parte de mis libreta, para entender cual era el asunto y como se estaba conspirando en mi contra, todo fue extraño y demasiado simple... es que debo admitir que los vampiros tienen paciencia para planear y no tiene urgencia emocional para atacar al enemigo, así que el plan se había ido realizando a paso tan lento que era casi inevitable que cuando se concretara fuera exitoso, así que tuve que verla.

“Laila esto es… simplemente horrible.”
“Lo lamento, pero es lo que ellos quieren que suceda, debes ser consiente de que si modificas algo en tu vida, tu rutina o la de Maura, se dan a dar cuenta que sabes algo, van a cambiar el plan, para comenzando todo otra vez, debes entender que a nosotros no nos importa cuando suceda algo, sólo nos interesa que suceda… podemos pasar años planeando y si hay algo que se aprende a lo largo de nuestras vidas es que todo se puede cobrar, solo hace falta un buen plan, y además considerar sus posibles vías de escape y reajuste.”
“Laila, cuando Julián me advertía que ustedes tenían un lado oscuro, no llegue jamas a dimensionar la maldad que guardan, debo admitir que nunca jamás imagine que era podrían ser así de mordaces, oscuros y perversos, acaso la maldad de Mercurio no tiene límites?”
“No, la maldad de ninguno de nosotros tiene límites, la única manera no ser así es considerando los sentimientos de ustedes y lamentablemente Mercurio no considera jamás los sentimientos de nadie, salvo los suyos propios.”
“Tengo que admitir que esto me pone la piel de gallina.”
"El planeaba que te volvieras su vástago para castigarme a mi y a Julián por haberte invitado, ahora que no puede hacerlo, cree que podrá por lo menos contribuir a que pierdas algo tomando a Carlo... es así de simple."
"Es horrible... es realmente horrible..."

Laila se levantó y luego de despedirse cruzo a la otra dimensión, quise relajarme así que me elevé un poco y levite por casa de espaldas, era lo que siempre hacía cuando quería relajarme, así que era algo que no sospecharían, así como hablar con Laila por horas, o tomar un té en la mañana y un café por la tarde… todo lo que hacía parecía exacto a lo que siempre hice… sólo que en mi cabeza daba vueltas que si yo no me hubiera enfrentado en Colombia a los vampiros, si Laila no hubiera debido entregar su poción para soportar la luz del sol, Mercurio no tendría la posibilidad cierta de capturar a Carlo y volverlo su vástago  con la consecuencia que eso tiene... estas sometido a sus instrucciones hasta que tenga 100 años y por lo tanto vivir bajo las reglas de Mercurio por todo ese tiempo...

Mientras volaba por la sala, tenía un ojo sobre mi hombro y la inevitable sensación de persecución que me alteraba el ánimo a ratos y que controlaba repitiéndome que esta era la única manera de salvar a mi familia del posible futuro que me había planeado Mercurio, y créanme las predicciones eran atroces, mercurio se cobraría de la muerte de Luisa, la hermana de Laila y de mi invitación a la comunidad, con Carlo... mi Carlo.

Con un pincel en mano y lienzo en frente, deje a mi mano moverse por la tela formando figuras, luego pintando a groso modo, para terminar pintando los detalles de un paisaje, cuando eran la hora de ir por Maura, mi celular pito dos veces y deje todo de lado para cambiarme la ropa y salir por mi hija, la sensación de que estaba cerca el desastre se acentuaba, la cercanía con ese desastroso final era tan palpable que podía decir que iba en el recorriera el carril del costado, todo esto me distrajo y casi choco como tres veces, para cuando llegué por mi hija, la patibularia me obligo a sentarme en una silla y tomar un baso de agua con azúcar argumentando que estaba muy pálida, pero la verdad solo quería correr a casa y ver llegar a Carlo sano y salvo.
Para cuando regresamos los veinte minutos, que demoró en llegar Carlo, me aparecieron una tortura, pasaban demasiado lentos y bastó la voz de Carlo entrando por la puerta, para acelera el reloj, así que sin darme cuenta eran las dos de la mañana y yo no pegaba un ojo mirándolo, sintiéndome extrañamente nostálgica y queriendo que sus brazos nunca se fueran a despegar de mi... 
Entonces supe que no podía decirle nada a Carlo, en el segundo que le dijera que Mercurio estaba buscando vengarse de nosotros, Mercurio lo sabría y entonces buscaría un nuevo plan, uno tan elaborado como este, uno tan complejo y lento que no me diera cuenta en que momento inició y cuando se gavillaría... era mejor saber que Mercurio acunaría el día y a la hora que lo haría a la incertidumbre, porque francamente no la soportaría, ya tendría tiempo Carlo de perdonarme por haber callado y ya tendría modo de solucionar las cosas con el... pero su vida es ahora lo mas importante. 
La mañana previa a ese día fue mas difícil de lo que imagine jamas, me dolía la garganta y cuando Odette entro a mi casa, llevaba algo que me obligó a beber y que me dejó un poco aturdida, Laila llevo a Maura al jardín mientras que Odette me obligaba a salir de la casa a comprar al supermercado para poder hacer una cena como la gente, aunque ambas sabíamos que esto era solo una fachada para aparentar normalidad y no era necesario.
Volvimos al medio día con dos bolsas de ropa y las compras del supermercado, la mirada de Odette era de alegría ella no había comprado ropa nueva hace tanto tiempo que se sintió libre de hacer y gastar, la acompañe a todos lados entramos a mirar hasta por si acaso  y cuando era demasiado notorio que esto a mi no me interesaba, nos fuimos a las compras del supermercado.
En casa ella preparo todo mientras yo pintaba y la verdad esto no era tan extraño, yo solía dejarla cocinar y ella simplemente no me daba oportunidad de preparar nada, dado que sus recetas eran mucho mas elaboradas, ricas y agradables que las que yo sabía, me faltaba media vida para poder llegar a ser tan buena cocinera como ella...
En fin, faltaban dos para las cinco de la tarde y salimos rumbo al jardín, a buscar a Maura, todo de acuerdo al elaborado plan de respaldo que habíamos hecho... En el jardín, pedí el baño y desaparecí en la otra dimensión, Laila hipnotizó a la patibularia para que dijera que me quedaba a una reunión de padres. Luego de eso le daría la mamadera a Maura quien debía tomarse la leche con las hierbas que la protegerían de cualquier vampiro que fuere Laila, Julian, Federic, Odette y Deméter, así que mi hija estaba a salvo, lo único que faltaba era encontrar a Carlo y darle a beber el hechizo que habíamos armado con Laila hace una par de noches y que demoramos cerca de un mes en elaborar correctamente.
Así cruce media ciudad volando de la mano de Julián y tratando de pensar que todo saldría bien, aunque la angustia me tenia el corazón apretado. Llegamos a la oficina de Carlo y aunque parezca extraño, el ya se había ido a casa, así que tratamos de seguirlo a casa, pero cada vez que estábamos a punto de alcanzarlo algo sucedía, finalmente lo encontré en la panadería a media cuadra de casa.

"Hola amor, pensamos lo mismo"- dijo divertido.
"Así parece."- respondí envolviéndole la sonoriza.
"Que traes en la mano?"
"Es sólo agua, quieres?"- respondí pasandole el hechizo y el abrió la botella y luego de un trago me la devolvió.

Le sonreí y tomé su mano camine hacia el mostrador y atravesamos al otro lado, Carlo pareció extrañado, el silencio, no había nadie a nuestro alrededor y luego de dos segundo entendió todo, yo esperé a que fuera asimilando lentamente lo que había pasado.

"Estas bien?"
"Si."
"Sabes donde estamos?"
"En la Otra dimensión?"
"Si, ahora podemos hablar tranquilamente, pero tenemos poco tiempo, así que bebe esto -le pasé la botella- y yo te explico."
"Pero..."
"Carlo tienes que creerme necesitas beber esto."
"Esta bien."

Así que en los cerca de dos minutos que tenía, explique todo lo que sucedía lo mas condensado  simple y rápido que pude, cuando terminé Carlo me miraba algo mareado.

"...Entiendes lo que te digo?"
"Si... entiendo..."
"Bien debemos volver, tu vas a volver a casa, yo estaré allí. en unos veinte minutos, los hermanos te van a estar esperando, yo voy a llegar en colectivo, se supone que estoy en el jardín infantil de Maura. Bien te llevaré hasta el otro lado, pero no cruzaré."

Carlo se acercó a mi y me abrazó con fuerza, me besó con fuerza y luego de eso lo deje junto al pilar donde habíamos desaparecido, con la bolas de pan llena y una mirada extraviada.

"Recuerda actúa normal"- le susurré antes de desaparecer para volver al jardín de Maura.

Julian reapareció junto a mi en la otra dimensión y luego de una mirada de significado que no supe entender, me acompañó hasta el jardín de Maura, me dejó en el baño y desapareció.  Luego de subirme al colectivo y emprender el regreso de casi treinta minutos, mi corazón se soltó un poquito, el miedo daba paso a la esperanza, si todo estaba bien encontraría en casa a Carlo, Maura y Laila con sus hermanos, tal vez incluso a Julián... El brillo del mar, la idea de miedo y la esperanza de mezclaban, 'que todo salga bien, por favor', repetía mentalmente... 'que todo salga bien...'

viernes, 9 de agosto de 2013

Estas en mi vida (Parte 60)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

La semana de altos y bajos, la mirada de Carlo preocupado por mi abrupto cambio con los hermanos de Laila y las preguntas de Maura sobre Federic, me hicieron estallar el viernes por la tarde y la respuesta a mis lágrimas llego de parte de Julián…

“¿Cómo llegaste hasta aquí?”- dije todavía llorando por haberle gritado a mi hija
“Estaba en la otra dimensión, Laila me contó lo que pasó hace un mes y medio, así que vine para cuidarte, si bien le prohibiste a ellos estar cuidándote, no dijiste nada respecto a mí.”
“Tú eres…- dije entre lágrimas- un manipulador, que rayos no entienden ustedes los vampiros de lo que digo… no quiero a nadie en la otra dimensión!- grité con rabia-... déjenme en paz por favor”- continúe con un la voz rota por los gritos.
“Primero cálmate, ven con migo- dijo tomándome por la cintura y llevándome hasta la silla más cercana- y ahora bebe esto".-dijo con un vaso de agua en la mano.
“No quiero- dije aun molesta- vete…”
“Bébelo y hablemos un poco me iré en cuanto te calmes.”

Lo miré desafiante, porque no se iba, que rallos tenía en su cabeza que no entendía una simple petición, bebí el agua y me comencé a tranquilizar, mi hija estaba en sus brazos y lo miraba con curiosidad, el parecido entre Carlo y Julián era tan grande, el color de su pelo, su modo de habar, incluso el tono de su voz era similar, así que mi hija creyó primero que era su padre, hasta que la tomo en brazos, tal vez fue su aroma o el hecho de que no la llamara “mi pequeña princesa” cuando la tuvo sobre sus brazos, el caso es que algo hizo que mi hija supiera que no era su padre y que le llamara la atención su parecido así que lo miraba con total interés. tomé el baso y bebí un poco, todo regreso a la calma, logre centrar mis ideas, sentir mis miedos y calmar mi ira, miré a Julián que seguía mirándome a la espera de que me calmara.

“Ya estoy más tranquila. -dije secando mis lagrimas- ¿que le echaste al agua?”
“Solo un poco de pasiflora.”
“Para la próxima, mezclara con manzanilla el efecto es más lento, pero dura más tiempo- le dije recordando lo que Laila me había enseñado sobre plantas-, porque entraste a mi casa sin anunciarte?”
“Te vi salir de tus casillas y solo actué…”
“No quiero a nadie en la otra dimensión, si vuelvo a saber que hay alguien bloquearé mi casa en esta y en la otra dimensión, avísale a Laila que no los quiero cerca, a “NADIE”… ha sido suficiente de ustedes en mi vida por un buen rato.”
“Estas exagerando...”- comenzó a decir Julián y los tres golpes en la puerta nos distrajeron.

Me levanté y miré por el ojo de la puerta, Viviana y su hija estaban del otro lado, por un segundo pensé en no abrir, pero simplemente tome la manilla, la gire y salude a mi hermana, tratando de esbozar una sonrisa, ellos entraron y maura corrió a saludar a su prima, tomadas de las manos se fueron a jugar al cuarto de mi hija.

“Como estas?”- preguntó Viviana mirándome a los ojos, que probablemente tenia rojos por el llanto.
“Bien. He estado mejor, pero hoy…”

Ambas entramos a la cocina y para mi sorpresa Julián seguía allí, lo miré y tratando de borrarlo imaginariamente de mi cocina, pero él se levantó, sonrió a Viviana y volvió a su puesto en donde tenía una taza de café…

“¿Cuándo legaste a Valparaíso?- dijo Viviana, a quien le había dicho que Julián se había ido a vivir a Buenos Aires, por su empresa.
“Hace una semana- respondió- veo que tu hija esta grande. Como está tu vida de Casas?”
“Bien, Pablo está postulando a un ascenso en la empresa, ha sido interesante casarse, podrías practicarlo alguna vez tu”- el comentario asido no hizo mella en la sonrisa de Julián.
“Quien te dijo que yo nunca he estado casado?”- respondió el divertido.
“Ha, yo creía que…-Viviana se vio pillada en su propia trampa y yo me molesté con él que ahora disfrutaba de la encrucijada.
“Tu hermana no fue mi primera relación en la vida, y tampoco tiene porque ser la última.”- respondió seriamente y algo de lo que dijo me dolió.
“Claro, no tengo porque ser tu ultima relación, pero no es necesario hablar de esos temas. Viviana está felizmente casada, Caro y yo estamos juntos y tenemos planes de casarnos - cuando dije esto, otra vez me dolió algo en el corazón- y ahora solo faltas tú Julián.

Los tres nos quedamos en silencio mientras que Viviana se preparaban café y yo recogía unos paños de platos que había tirado en el suelo, cuando había estallado en ira porque mi pequeña había preguntaba por Frederic como por novena vez en la tarde.

“Bueno, ahora que sé que están bien y que tu hija es realmente grande y hermosa, me retiro. Gracias por el Café y la compañía”-Julián se levantó, se acercó a mí y me abrazo.

Los largos segundos de su abrazo, terminaron de disolver mi rencor con los vampiros, lo rodee con los brazos y sentí que se suavizaba mi dolor y una mezcla de calor de se formaba en mi pecho, luego se acercó a Viviana, la beso en la mejilla, ambos salimos al pasillo lo miré a los ojos con un poco de vergüenza por la rabieta que me había visto hacerle a Maura y mi mala reacción y luego de otro abrazo extraño me beso la frente y abriendo la puerta se fue dejándome parada frente a esta, sin saber que decir. Un par de segundos más tarde reaccioné y regresé con mi hermana. La tarde en casa con mi sobrina y mi hija haciendo juegos hasta con las cucharas para comer, menos mal que no con la comida, fue agradable.
A las seis, llegó Carlo de la oficina y dejando el maletín en la puerta nos fue a hacer compañía, yo preparaba un pastel de manzana y Viviana calentaba la cena de su hija y la mía, en el microondas. El resto de la noche, la alegría y las risas, Carlo y las anécdotas con la fotocopiadora, todo en esa calma familiar que extrañaba, así que para la noche cuando Maura dormía profundamente, Viviana y su hija habían tomado rumbo a su casa y Carlo se estaba acomodando junto a mí en la cama, me pregunté si debía o no contarle que Julián estuvo en casa… y cuando me di cuenta que estaba pensando esto, simplemente le dije.

“Julián estuvo hoy en casa”- dije de un tirón.

Para mi sorpresa pareció no importarle.

“Lo sé, fue a mi oficina hace una semana, quería saber cómo estabas y me pidió permiso para venir a la casa.”

Me levanté y lo miré a los ojos extrañada.

“Por qué no me dijiste que estaba en Chile?”
“No lo creí importante- dijo en tono suave- después de cómo se fue de nuestras vidas y lo poco que te importa realmente, no le di importancia. Han pasado cuanto… dos años y medios? Tal vez más tiempo y ni tu, ni yo volvimos a hablar de él, o a saber de él. Supuse que no era relevante, además que querías que te contara, que me pidió permiso para verte y que le dije que sí?... qué más da que le diga yo, si lo que importaba era lo que dijeras tú y no tuve tiempo de comentarte nada, durante el fin de semana, así que esperé a que apareciera, y que tu decidieras que hacer… como siempre ha sido.”
“Mmm… fue raro, vino en la tarde poco antes de que llegara Viviana, solo se tomó un café y se fue, se veía distinto…”- le dije mirando a la ventana.
“¿Cómo distinto?”
“No lo sé, realmente me tomo por sorpresa que viniera, ya sabes que estuvimos juntos cinco años y no terminamos de un día para otro, me costó mucho sacarlo de mi vida, tanto como admitir que era tú con quien quería una relación… Julián siempre va a tener un lugar en mi historia, no puedo borrar lo que vivimos juntos, pero ahora se veía diferente de cómo lo recordaba, sabes qué fue lo más extraño- el asintió con la cabeza-… Maura creyó que eras tú y cuando la tomo en brazos le dijo ¿Tu no papá… tu quién?’ y él se presentó…”
“No me parece gracioso, nosotros no nos parecemos tanto.”
“Emocionalmente no, pero físicamente si, se parecen mucho.”
“Déjalo mejor…”
“No te puedes molestar por algo que deberías tener claro, nos conocimos porque el parecido que tiene ustedes… o no te acuerdas como te conocí en Madrid?”

Carlo se sentó en la cama y me miró a los ojos, un poco molesto y otro poco divertido, luego dijo algo que me desarmo.

“Estas diciendo que me confundirías con Julián?”
“No jamás… tu aroma es diferente, tus besos- dije besándolo- tus manos y la sensación que me dan- dije tomando su mano y llevándola a mi pecho- todo en ti es diferente de él… pero a golpe de vista se parecen mucho y es claro que uno puede confundirlos a simple viste- dije mirando otra vez a los ojos-, pero esto- lo besé con fuerza-, no hay como superarlo.”- le dije volviendo a besarle y acercando mi mano a su entrepierna.

Carlo de rió un poco y luego me besó con pasión, sus manos recorrieron mi cuerpo, el rose apretado de sus cuerpo contra mi pecho, subió su mano llegando hasta mi cara para sacar mi pelo que estaba revuelto y mirarme a los ojos con esa chispa de lujuria que conocía tan bien, me desnudó en un segundo, me miro como si estuviera mirándome por primera vez y luego comenzó a besarme lentamente por el pecho y bajando hasta mi ombligo, donde levantó la vista para sin decir nada, advertirme lo que haría…

La noche fue tan corta, que cuando amaneció estábamos recién quedándonos dormidos, me sentía tan viva, tan feliz, lo había dejado ser, no le había pedido nada y lo había recorrido como si nunca hubiera visto su cuerpo, porque me gustaba esa sensación de que todo era posible, recorrer su espalda a besos, mientras que descansaba a mi lado exhausto, sentirlo despertar otra vez con esa pasión desbordante, y volver al éxtasis...  que no había nada más en mi cabeza que nosotros.

Mi hija estaba acostada a mi lado cuando desperté, tenía su mamadera y al parecer en algún minuto me puse el pijama, aunque la verdad no lo recordaba. La voz dulce de la pequeña, contándome algo que no lograba procesar porque estaba muy dormida y Carlo entrando con la bandeja del desayuno, solo sonreí, mirando a mi familia.

La mañana en la cama y el medio día organizando una salida al aire libre, para finalmente salir cerca de las cuatro de la tarde con un sol tibio hasta la playa en Con-Con, la tarde de arena, juegos en la playa y risas me devolvió la fe en mi vida, Carlo se bañó en el mar y eso es un gran avance… el agua en las costas de mi país es tan fría que hay que tener valor para meterse al agua, y claro yo figuraba metida hasta las rodillas con Maura en brazos y el que no asomaba más que la punta del pie y se devolvía, hasta que salió corriendo y me metio de lleno, lo que me hizo reír y cuando llego hasta donde estábamos nosotras mojado y helado, me abrazo dándome un beso con sabor a sal y haciéndome tiritar de frío  Regresamos a casa con Maura durmiendo y realmente agotados, creo que me quedé dormida cuando apoye mi cabeza en la almohada, o tal vez antes.

El domingo fue igual de divertido, sólo que esta vez fuimos al parque, donde Maura aprendió al fin a columpiarse solita y mientras movía sus piernas adelante y atrás, me sentí orgullosa de que pequeña fuera tan grande. Ya a eso de las seis fuimos a comer helados y claro yo termine dejando el mío y comiéndome el de mi hija antes que ella se terminara de manchar toda la ropa, Carlo tomo tantas fotos que cuando llegamos a casa, mientras revisaba que todo estuviera bien, selecciono un par para mandarlas a agrandar, en su computadora.

Cuando entro a la pieza, lo miré con gusto, se acercó a mi lentamente, con sus baros a los lados, mirándome como si estuviera atravesándome con la mirada, camino hasta mí y me besó con esa dulzura suya que es previa al deseo, esa sensación de que quiere derretirme en sus manos, y yo lo bese mientras que mis manos recorrían su espalda, su pecho, sus brazos y el botón de su pantalón…

Lo amé, lo amé lentamente y fui suya, suya por completo, nos quedamos dormidos desnudos y despertamos con el sonido del despertador. El lunes y sus cosas nos separaban, mientras que en mi pecho seguía esa sensación de calma que me decía que cuando llegara, después de terminar las tareas del día y las de padres seríamos otra vez pareja, otra vez hombre y mujer. Pero mi día recién comenzaba y sus rarezas también. 

Estaba en la cocina después de haber dejado a Maura en el Jardín de niños y alguien toco la puerta de la cocina. Como era obvio que estaba en la otra dimensión, supe que debía ser un vampiro.

“Adelante.”- respondí sin voltearme y el vampiro ingreso a mi cocina, cuando voltee a ver quién era me quedé sin palabras.
“Hola- dijo en esa voz que parecía seducir y que me provocaba la necesidad de seguir escuchando- quería hablar contigo- termino de decir Federic.
“Bien, habla”- respondí aun aturdida por su voz y esa sensación.
“Ha pasado tiempo y hemos tratado de cumplir lo que has pedido, pero me temo que llego la hora de volver a protegerte desde la otra dimensión, así que quería pedir tu permiso para hacerlo.”

Lo miré y reconocí en su tono preocupación.

“A que te refieres con que ha llegado la hora de protegerme? Protegerme de que?”.
“Es complicado, pero está en tus predicciones y es mejor que no sepas todo, o tal vez que las leas tu misma, para que saques tus propias conclusiones, sólo te puedo decir que ha llegado la hora de hacerlo y que quiero tu permiso para estar desde el otro lado cuidándolas.”
“Te refieres a mí y Maura… Federic, creo que todavía he logrado aceptar lo que he visto, se supone que tú te enamoras de mi hija y cuando ella sea mayor la vas a volver vampiro?”
“No yo ya amo a tu hija, solo que ella es una pequeña y debe vivir, debe volverse mujer y vivir cosas que aún no ha vivido, debe estar dispuesta a amarme como soy, solo así, pensaría en volverla vampiro, antes jamás.”- declaro enfáticamente.”
“Y que te hace creer que yo estoy de acuerdo en que tu vayas a tener una futura relación con ella, tú de entre todas las posibilidades- dije levantándome de mi silla molesta- tu un vampiro. Es una niña su destino no está escrito, yo predije algo, pero no implica que sucederá, solo que existe la posibilidad, y eso deberías saberlo mejor que yo, porque crees que mi hija se va a enamorar de ti?”
“Porque lo siento”- respondió mirando sus manos sobre la mesa.
“Lo lamento, si de mí depende no volverás a acercarte a ella, así tenga que usar la magia en tu contra, entiéndeme es mi hija, el ser que más amo en este mundo, mi descendencia, yo la quiero ver feliz, con familia, sufriendo por cosas normales, no por vampiros, menos por la lucha entre el día y la noche, mucho menos por una vida que ni siquiera yo escogería.”
“Ese es tu problema, tu escogiste esta vida, dar vuelta la espalda al amor de Julián y a la posibilidad de una eternidad con él, tu quisiste envejecer junto a Carlo y ahora que no vas a envejecer, eres inmortal, que vas a hacer cuando tus vis-nietos te vean y vean a una mujer más joven que sus madres?... qué?... eres una hipócrita, quisiste creer que mi inmortalidad era un problema, pues mira la tuya.”
“Valido, no voy a envejecer, pero cuando accedí a esta locura era eso o la muerte, y dejar a Maura sin madre, realmente consideras que es hipocresía? No seas infantil a tus cuantos cuatro mil años, no has aprendido que lo mejor para un niño es vivir con su madre?”
“Pero igual eres inmortal”
“Si una inmortal que tiene un corazón débil, lo recuerdas? Todavía puedo morir, sólo no voy a envejecer… pero Federic… yo no le di la vuelta al amor de Julián, por si no has escuchado la historia, quien trajo a Carlo y se fue de mi vida, fue. Julián ya sabía que iba a pasar, cuando supe que estaba embarazada de Maura, el regresó y no para quedarse, solo para disfrutar de que cumplía mi deseo de ser madre, ni siquiera se le ocurrió que yo podía estar pensando ser vampiro para estar con él… no él quiso hacer las cosas y dejar a un lado lo que yo quería, solo lo que el entendía que querría en la vida, él mato mi amor… yo… hice todo lo que puede por amarlo… pero ya no pude más… tanta manipulación, tanto secreto… no pude más y cuando decidí estar con Carlo, después de que aguantó todos mis desaires, toda la incertidumbre, lo hice consiente de lo quería nada más, pero el cariño se puede volver amor y Carlo tuvo la paciencia de esperar a que lo amara, y ahora lo amo, tanto o más de lo que amé a Julián, y créemelo eso no se puede hacer por arte de magia, eso de construye, se cultiva, se vive.”

Federic me miro con un poco de celos y luego se levantó, se acercó a mí y se arrodilló en el suelo.

“Por favor, déjame cuidar de ti y tu hija- rogo-, no podría perdonarme que algo les sucediera.”
Lo miré desconcertada, un vampiro rogando…esto sí que parece ciencia ficción… Pero solo me acerque y lo levanté por los hombros.
“Si es tan importante para ti, puedes hacerlo, no me molesta que estén en la otra dimensión, y recuerda que si quieren venir a esta tienen que avisar. Sólo no lo hagan todos juntos y dile a Laila que aún no los he perdonado, pero creo que tal vez hay verdad en tus palabras y me da miedo ser demasiado orgullosa para aceptar su ayuda. Ahora por favor vete, quiero volver a mis cosas.”


Federic se levantó con una sonrisa leve en el rostro, la verdad es que me sentía incomoda con tanta parafernalia, y en alguna medida alagada, en el fondo de mi cabeza estaba la frase de Federic :“ha llegado la hora de protegerlas”… protegernos?… de que?...