miércoles, 14 de agosto de 2013

Estas en mi vida (Parte 62)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Bajé del auto, camine despacio, con miedo y pidiendo al cielo que todo estuviera bien, la verdad no tenía idea si es que Carlo había alcanzado a entrar a la casa, o si había alguna otra sorpresa aguardándome… tome las llaves y cuando iba a insertarla alguien abrió la puerta y entre risas, Odette me explico que estaba por salir y que coincidimos en la puerta.
La actitud despreocupada y las risas me alertaron, por alguna razón la risa de Odette no concordaba con su expresión. Salió rumbo al mini market y yo entré cerrando la puerta, basto que cerrara para que Federic me abrazara.

“Estas bien… estas bien…”
“Que pasa?- pregunté sin recibir respuesta…- Y Carlo?”

Laila miro a Demeter, el miro a Federic y yo miré para todos lados, donde estaba Carlo?, nadie dijo nada. Luego de un dialogo mental entre los cuatro, Laila desapareció tras decir una frase a medias en voz alta y Federic me sostuvo por los brazos, sin dejarme ir tras ella.
“¿Qué está pasando?”- dije por lo bajo con rabia en la voz.
“Maura esta por despertar- respondió en un susurro- y no quiero que se altere, así que ve a verla y sonríele cuando abra los ojos, ya ha sido más que complejo para ella estar con nosotros dos horas y medias para que ahora despierte y perciba que hay algo raro en el ambiente… piensa en ella, todo va a estar bien.”
Miré a Federic, desarmada, no podía decirle nada… como le explico a mi hija que paso dos horas con los cuatro si sé que para ella esto no es fácil soportar la continuidad de los vampiros… ha hace unas semanas había elaborado esa teoría que explicaba porque a nosotros los mortales nos molestaba la presencia de los vampiros después de un tiempo determinado, y era por la continuidad, la capacidad de no ver horas, no ver días, no verse alterados fácilmente, esa calma continua, según mi parecer, era la que provocaba el rechazó al poco tiempo y la tendencia a la locura, que créanme a veces me he preguntado cómo no he llegado a ella.
Canime al cuarto de Maura y cuando abría la puerta mi pequeña despertó, le sonreí como había dicho Federic y ella corrió a abrazarme, luego de tomarla en brazos la lleve a mi pieza y nos quedamos allí ella jugaba yo leía un libro, aunque admito que no leía nada y daba vuelta las horas con cierta regularidad para que pareciera que si, y cuando mi hija llamaba mi atención cerraba el libro y miraba lo que me mostraba como si nada pasara, aunque en mi cabeza veía a Mercurio esperando al atardecer para comenzar la trasformación de Carlo.
De pronto solo me levanté y caminé al living, revisando los lienzos que tenía pintados y buscando algo, pero no sabía que exactamente, y entonces lo vi, la escena que había pintado compulsivamente la primera vez, la escena en que había alguien cubriéndonos a mí y Maura, con Julián a un lado y Carlo al otro… esta escena… es en ….

“Se lo llevo a España”- dijo Laila entrando al living en ese minuto.
“Como?”
“Al parecer la pócima no hizo efecto de inmediato, y el alcanzo a inmovilizarlo… estuve recorriendo la calle, buscándolo y no lo encontré, así que busque en la mente del señor de la panadería el vio todo y a la vez no vio nada… porque todo ocurrió en una fracción de segundo… suficiente para acordarse pero no para saber que pasó exactamente…. “

La miré y la verdad es que seguía hablando pero yo no entendía nada. Miré el cuadro y la miré a ella, luego le mostré la escena y Laila no dejó de hablar. Demeter llego a nuestro lado con dos bolsos, Federic tenía a Maura en brazos y cuando entendí que estaban haciendo los miré con odio… con rabia… por qué rayos había pasado esto?… por qué no le dije antes a Carlo lo que ocurriría?, porque no le di la pócima antes?, porque no calcule mejor el tiempo?
Julián entro por mi habitación con Odette y traían los pasajes de avión para mi y Maura, luego de un beso en la mejilla de mi salimos a la calle donde nos esperaba Laila en el auto y partió como alma que se la lleva el diablo rumbo a Santiago, mientras yo miraba por la ventana el tránsito, Laila formulo una oración que nos hiso entrar en la otra dimensión, donde no había tránsito y podíamos correr sin problemas, llegamos a Santiago en 45 minutos… el viaje es de hora y media. Y aparecimos estacionados en el aeropuerto, me esperaban 12 horas de vuelo… 12 largas horas y por primera vez en mi vida no quería estar sola con Maura, como me callaría lo que estaba pasando.

Para mi sorpresa, Julián tomo mi mano y el pasaporte de Carlo, entramos juntos a policía internacional, en realidad era una alivio saber que estaría conmigo y con la pequeña.

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