domingo, 16 de diciembre de 2012

Placeres culpables

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Locura, inspiración, momento… ni idea como llamarlo, pero el caso es que anoche tuve uno de esos minutos en los que mis neuronas trabajan sin contarme a mi que estaba haciendo y para variar prepare algo, un queque de zanahoria con pasas… que es lo tan especial de esto, que uno: yo no tenia los ingredientes típicos para preparar uno como los que me gustan y dos: que pese a que era yo quien preparaba todo, no podía evitar preguntarme ¿Qué estoy haciendo?
Cuando lo puse a cocer puse el cronometro, visualicé un rico queque y me retire de la cocina, porque en Santiago hace un calor insistente de día y de noche. Para cuando fui a apagar el queque estaba espectacular… creo que me he comido mas de la mitad sola… la textura, el sabor, la zanahoria… el sabor, me recordó a los queques que hacía de pequeña, me recordó a mi casa de bellavista, la más importante dentro de las tantas en las que viví de pequeña hasta grande, porque por extraño que parezca, mis padres se cambiaron tantas veces de casa y por tantos motivos que no viene al caso mencionar, que mi registro consiente asciende a diez cambios de casa. Pero en la casa de bellavista, allí pasaron cosas nuevas, en esa casa cuya estructura era totalmente diferente a las casas que había vivido, la diseñó mi mamá con un arquitecto, fue la primera casa donde todos los hermanos teníamos algún lugar propio para nuestras cosas, además la vista de la ciudad era privilegiada, vivir en esa casa me dejo un antes y un después en la vida, incluso un antes de repostería simple y un después de recetas más elaboradas…
En fin, disfrutaba de ese trozo de queque, recordando con los sentidos mi pasado, mirando a mi alrededor y viendo que tal vez no es tan malo dejarse llevar por un impulso, aunque no tenga idea de cual va a ser el resultado, puede llevarte a lugares inesperados, después de todo el queque quedo de lujo, y comencé a recordar… Había evitado hacía días el tema del departamento, me afecta tener que dejar el departamento en el que imagine los próximos dos años de mi vida con mi hijo, he estado triste y sintiendo el sin sabor y creo que lo más complicado es que es muy semejante al sin sabor que tenia cunado era pequeña y tenia que dejar una casa para irnos a otra, aunque fuera en la misma cuidad, ese desapego forzado a los vienes materiales, a los lugares favoritos, a los lugares donde me siento protegida, que son cosas que no quiero que viva mi hijo.
En fin cuando el momento de recuerdos pasó, entendí por fin a que es lo que más me afecta de toda esta historia, y bueno debo admitir que no me agrada ni siquiera escribirlo, pero se explicaría como así, tengo miedo a repetir los mismos errores que mis padres, en especial a no darle a mi pequeño la sensación de que tiene un hogar, un lugar y un refugio al que llegar. Esta aventura de la maternidad me hace revisar obligatoriamente mis procesos, y me hace recordar que alguna vez tuve los cuatro años que tiene él y que no me gustó que no me escucharan, como le pasa a él. Así que tengo que buscar el equilibrio para todo y la única manera que conozco de llegar a él, es sabiendo que se necesita poner en la balanza, ahora que sé que los factores que me afectan de esta situación y que afectan a Luca, sé que quiero llegar a cumplir, tengo mas claro como ver esta situación sin esa sensación de sin sabor odiosa que me tenía triste, sin ese miedo a cometer un error.
MK G. D.

Placeres culpables

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Locura, inspiración, momento… ni idea como llamarlo, pero el caso es que anoche tuve uno de esos minutos en los que mis neuronas trabajan sin contarme a mi que estaba haciendo y para variar prepare algo, un queque de zanahoria con pasas… que es lo tan especial de esto, que uno: yo no tenia los ingredientes típicos para preparar uno como los que me gustan y dos: que pese a que era yo quien preparaba todo, no podía evitar preguntarme ¿Qué estoy haciendo?
Cuando lo puse a cocer puse el cronometro, visualicé un rico queque y me retire de la cocina, porque en Santiago hace un calor insistente de día y de noche. Para cuando fui a apagar el queque estaba espectacular… creo que me he comido mas de la mitad sola… la textura, el sabor, la zanahoria… el sabor, me recordó a los queques que hacía de pequeña, me recordó a mi casa de bellavista, la más importante dentro de las tantas en las que viví de pequeña hasta grande, porque por extraño que parezca, mis padres se cambiaron tantas veces de casa y por tantos motivos que no viene al caso mencionar, que mi registro consiente asciende a diez cambios de casa. Pero en la casa de bellavista, allí pasaron cosas nuevas, en esa casa cuya estructura era totalmente diferente a las casas que había vivido, la diseñó mi mamá con un arquitecto, fue la primera casa donde todos los hermanos teníamos algún lugar propio para nuestras cosas, además la vista de la ciudad era privilegiada, vivir en esa casa me dejo un antes y un después en la vida, incluso un antes de repostería simple y un después de recetas más elaboradas…
En fin, disfrutaba de ese trozo de queque, recordando con los sentidos mi pasado, mirando a mi alrededor y viendo que tal vez no es tan malo dejarse llevar por un impulso, aunque no tenga idea de cual va a ser el resultado, puede llevarte a lugares inesperados, después de todo el queque quedo de lujo, y comencé a recordar… Había evitado hacía días el tema del departamento, me afecta tener que dejar el departamento en el que imagine los próximos dos años de mi vida con mi hijo, he estado triste y sintiendo el sin sabor y creo que lo más complicado es que es muy semejante al sin sabor que tenia cunado era pequeña y tenia que dejar una casa para irnos a otra, aunque fuera en la misma cuidad, ese desapego forzado a los vienes materiales, a los lugares favoritos, a los lugares donde me siento protegida, que son cosas que no quiero que viva mi hijo.
En fin cuando el momento de recuerdos pasó, entendí por fin a que es lo que más me afecta de toda esta historia, y bueno debo admitir que no me agrada ni siquiera escribirlo, pero se explicaría como así, tengo miedo a repetir los mismos errores que mis padres, en especial a no darle a mi pequeño la sensación de que tiene un hogar, un lugar y un refugio al que llegar. Esta aventura de la maternidad me hace revisar obligatoriamente mis procesos, y me hace recordar que alguna vez tuve los cuatro años que tiene él y que no me gustó que no me escucharan, como le pasa a él. Así que tengo que buscar el equilibrio para todo y la única manera que conozco de llegar a él, es sabiendo que se necesita poner en la balanza, ahora que sé que los factores que me afectan de esta situación y que afectan a Luca, sé que quiero llegar a cumplir, tengo mas claro como ver esta situación sin esa sensación de sin sabor odiosa que me tenía triste, sin ese miedo a cometer un error.
MK G. D.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Tiempo

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Lentamente vuelvo sobre mis cinco sentidos, y algo me dice que no está todo en orden… que estuve haciendo… ha ya me acuerdo me recosté a descansar y me quedé dormida. El olor de la comida me despierta y me levanto, no se quemó por suerte, pero estaba a punto, tuve suerte. Algo me tiene cansadísima, y no es el trabajo, es como si no estuviera durmiendo.
Recuento de mis noches, no me desvela nadie, me duermo temprano… ha el ruido de la calle, si ese me despierta a veces en las noches… que será en esta ciudad que anda para el ruido de las micros y los autos… tal vez mi problema no es el dormir es el despertar a saltos en la noche…. Espero que no me afecte el humor.
Tengo ganas de vivir otra vida, tener una de emociones, extraño la libertad de la irresponsabilidad, pero no para repetir los errores sino que para recordar lo agradable que es hacer sin mirar atrás. Saque las cosa de la cocina, limpie el desastre que había dejado la olla y puse la comida en potes para llevar, de pronto miré a la ventana, esa no soy yo, o al menos no me reconozco con delantal y pelo cano, pero si me veo otra vez recuerdo que si, que he envejecido, que estoy mayor, cuánto tiempo ha pasado?... creí que había dormido una siesta y resulta que parece que hubiera dormido toda la madurez de mi vida… cómo es posible que no me reconozca y que no me tinture el pelo, siempre creí en que la tintura aporta a una mujer lo que la crema anti arrugas a las arrugas, ocultan el paso del tiempo….
El golpe suave en la puerta me despertó.
“Hija está allí”, la voz suave de mi papa me llamaba mientras que despertaba del sueño más extraño del último tiempo… 
Mk G.D.

jueves, 13 de diciembre de 2012

La loca carrera de la vida…

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


La carrera se supone una competencia en la que dos o más contrincantes van por una ruta o o se desplazan de un lugar a otro. Como es que esta palabra se puede combinar con la vida… simple como todo lo que los seres humanos hacemos, simplemente porque queremos. Lo cómico es que la carrera por vivir hay quienes la batallan desde antes de venir al mundo y otros que la batallan cuando pierden todo lo que han tenido, hay quienes nunca la pelean y quienes como yo, la peleamos día a día y tenemos una meta que no implica superar a nadie más que no sea a uno mismo.
La carrera comienza antes de abrir los ojos en la mañana y concluye cuando sabemos que esa meta se ha cumplido, pueden pasar días, semanas y a veces años buscando cumplir una meta, y lo cierto es que puedo tener una hoy y dos mañana y tres la semana que viene y todas estar en proceso de desarrollo, incluso algunas estar en proceso de cumplimiento mientras que mis días y mis noches están llenas de ellas, la carrera comienza y termina tantas veces que no recuerdo la primera vez que me propuse algo y que debí esperar para cumplirlo, pero si recueros la sensación de tener un tesoro en mis manos cuando concluyo esa primera carrera y como una adicta, me he ido poniendo metas en mi vida, unas más lejanas y otras más cercanas que implican las respuestas a mi vida, así como la certeza de que sigo corriendo en la carrera de la vida, que no estoy obsoleta y que aunque me llueva sobre mojado, tengo un propósito para seguir adelante.
Y eso… bueno no hay que profundizas demasiado, basta con decir que el propósito es lo que cierra el círculo vicioso de mi adicción, el propósito es lo que me lleva a buscar una meta, a correr esta carrera y a sentirme con un triunfo en mis manos cada vez que cumplo una meta.

MK G.D.