Parte 2
A lo largo de esto
años de relación había descubierto que a pesar del misterio que envolvía el
orden de los Vampiros, mi pololo se las ingeniaba para que yo me enterara de
las cosas que él no podía decir, aprendiendo desde el nombre de las personas de
más rango, hasta como se llamaba el hombre que lo había trasformado en vampiro,
quien además de considerarse su padre, era un gran amigo de Julián, incluso lo
había llamado y habrían hablado sobre nuestra relación, tal vez ahora estaban
juntos hablando de anoche.
Llegué cerca de las
dos de la mañana al lugar, estaba en el plan de Valpo a unos diez minutos de mi
casa, pero lo cierto es que no me decidía a salir, y para cunado lo hice eran
casi las dos. No había rastro de Julián ni de nadie en realidad, el edificio
estaba abandonado, las calles estaban particularmente silenciosas y un muchacho
frente a la puerta del lugar era la única señal de vida. Me acerque y el
muchacho se hiso a un lado, la escalera descendía un piso y luego un pasillo,
otra escalera y a la derecha, otra escalera y un corredor brillante, finalmente
una puerta, tras la cual se escuchaba música suavemente.
Al entrar una sinfonía
de algún autor de la edad media sonaba de fondo, las paredes de color verde
pastel, no tenían ni por asomo la idea moderna de un bar de vampiros, pero este
era un bar de vampiros, los colores brillantes y todo tan la iluminado que uno
podría creer que era de día, de algún modo comprendía que era obvio que
quisieran tanta luz, ellos no pueden ver el día como nosotros, tal vez los
autores modernos les gustaba creer que todo era negro y oscuro, porque para el
ojo humano de noche todos es más misterioso, o simplemente no habían tenido que
lidiar con el cambio de horario y la añoranza del sol, con la que uno lidia
cuando está viviendo con un vampiro.
Julián estaba sentado
en una mesa para dos, sólo mirando un bazo que quiero creer era de vino. Su
sonrisa y mi cara de consternación fueron nuestro saludo.
“Que es este lugar?”
“Un bar.”
“Julián nunca he ido a
un bar que sea tanta luminoso, y menos con aspecto a exterior de restaurante de
película francesa.”
“Es porque nunca has
venido a un bar de vampiros de verdad”
Me reí y él se relajó,
después de pedir un cóctel con frutas y de mirar con más detenimiento mi
alrededor, Julián me contó que llevaba pidiendo permiso para que visitara el
lugar desde hacía algún tiempo, pero que recién ahora le habían dado
autorización, algo de lo que decía me hacía preguntarme que tan libre era
realmente Julián.
“…eso quiere decir
-concluyo Julián- que estamos legalmente autorizados para relacionarnos.”
“Que estamos qué?”-
pensé con tanta claridad que no tuve necesidad de repetir mi pensamiento en voz
alta.
“Legalmente
autorizados para relacionarnos, las leyes prohíben manifestar nuestra
existencia a los humanos, pero dada tu lealtad y las certeza del consejo de que
no me utilizas para volverte vampiro, nuestro caso fue examinado, nuestros
antecedentes fueron minuciosamente revisados y hasta ahora cumples con todos
los requisitos que un mortal puede tener para ser admitido en nuestro mundo de
modo honorario… ósea hasta que mueras o hasta que decidas pedir la autorización
para volverte vampiro.”
Miré mi ropa y miré
mis manos, luego la mesa, luego mi alrededor, miré todo lentamente, no quería
creer me hubieran ‘examinado’ o que me hubieran ‘evaluado’, pero por alguna
razón no me sorprendía, lo que si me sorprendía era que Julián me invitara a
esta ‘celebración’ sin siquiera adelantarme que sería llevada a cabo hoy… y lo
que de pronto más me llamo la atención, “hay alguna otra persona que fuera
recibida de modo honorario… ¿Cuál era la lista de cualidades que debía tener
una persona normal para ser admitido de modo honorario?... ¿Qué significaba
esto en mi vida, conocería más vampiros?, un segundo después de hacerme todas
estas preguntas me sentí mal…
Julián tomo mi mano y
me llevo a un extremo donde había bancas y arboles pintados en la pared que simulaban
una plaza.
“Esto significa que
estas libre de que te maten por conocer nuestro secreto y de que podrás vivir
tu vida si algún día decides que no quieres verme nunca más, además tendrás
todos tus recuerdos, has demostrado ser una persona intachable y tu amor por la
vida fue lo que los convenció definitivamente.”
“Pero yo no quiero que
salgas de mi vida”
“Pero quieres tener un
hijo y eso es lo único que nunca te podré dar, para eso necesitas una relación
con un hombre y no con un vampiro”
Sus palabras me
dejaron helada, lo que habíamos hablado en casa de mis padres, lo que había
dicho antes de irse, lo que tenía que hacer… era asegurarse de que tuviera
opciones para cumplir cualquier deseo que quisiera… lo miré con lágrimas en los
ojos.
“A veces creo que no
eres real”, dije y lo besé.
Julián sonrió y
percibí un débil entristecimiento en su mirada, algo más estaba pasando, porque
a este hombre le gustaba tanto guardar secretos, acaso no entendía que a la
larga me lo diría todo…
Cene un plato de
machas a la parmesana y una copa de vino blanco, el pidió algo pero resulto ser
una sopa o algo así de un color más bien rojo, podría decirse que era cruda,
pero francamente no lo sé, porque el plato humeaba cuando llego a la mesa y no
quise probarlo ni por asomo.
Pasamos una agradable
velada, aunque suene a cliché. Caminamos por la calle de Valpo y la brisa me
hacía sentir como una chica normal con un novio normal, sus ojos estaban del
color que son realmente y el color de su piel era más real, aunque me hubiera
encantado que me tomara para volar por la bahía, no quería romper las reglas de
cuidar las demostraciones en público de nosotros.
Julián me llevo a casa
y estuvo jugando a seducirme por tanto tiempo que en algún minuto me pregunté
si llegaríamos a la acción, y quizá escucho mis pensamientos o quizá no pero
vasto eso para que sus manos quitaran mis pantalones y en un segundo después estuviéramos
desnudos frente a frente sintiendo desde el aire bajo mis pies hasta que estaba
embriagada de placer, literalmente. Hemos estado juntos antes, pero algo hacía
que esta unión tuviera un sabor dulce y embriagador, Julián me devolvió a la
cama cuando concluimos y podría decir que mil cosas pasaron en mi mente, pero
lo único que tenía en la cabeza era la sensación de embriaguez.
“Eres excepcional,” me
dijo unos segundos después y percibí que él estaba igual de embriagado que yo,
parecía como si lo hubiera hechizado.
“¿Que nos ha pasado?”,
dije en voz alta.
Julián me miró
desconcertado, y luego de explicarle que no entendía como pasaba algo así después de todo el tiempo que llevamos juntos, pareció
cambiar de ánimo. me quedé dormida sobre la cama, para cuando desperté estaba en pijamas y bajo mis sabanas, el sol rallaba en el horizonte y no pude decir en voz alta "Te amo Julián".