domingo, 31 de marzo de 2013

Estas en mi Vida (P 2)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

La invitación

A lo largo de esto dos años de relación había descubierto que a pesar del misterio que envolvía el orden de los Vampiros, mi novio se las ingeniaba para que yo me enterara de las cosas que él no podía decir, aprendiendo desde el nombre de las personas de más rango, hasta como se llamaba el hombre que lo había transformado en vampiro, quien además de considerarse su padre, era un gran amigo de Julián, incluso lo había llamado y habrían hablado sobre nuestra relación, tal vez ahora estaban juntos hablando de anoche.


Llegué cerca de las dos de la mañana al lugar, estaba en el plan de Valpo a unos diez minutos de mi casa, pero lo cierto es que no me decidía a salir y para cuando lo hice eran casi las dos. No había rastro de Julián ni de nadie en realidad, el edificio estaba abandonado, las calles estaban particularmente silenciosas y un muchacho frente a la puerta del lugar era la única señal de vida. 


Me acerqué y el muchacho se hizo a un lado, la escalera descendía un piso y luego un pasillo, otra escalera y a la derecha, otra escalera y un corredor brillante, finalmente una puerta, tras la cual se escuchaba música suavemente.


Al entrar una sinfonía de algún autor de la edad media sonaba de fondo, las paredes de color verde pastel, no tenían ni por asomo la idea moderna de un bar de vampiros, pero este era un bar de vampiros no cabía duda, los colores brillantes y todo tan la iluminado que uno podría creer que era de día, de algún modo comprendía que era obvio que quisieran tanta luz, ellos no pueden ver el día como nosotros, tal vez los autores modernos les gustaba creer que todo era negro y oscuro, porque para el ojo humano de noche todos es más misterioso, o simplemente no habían tenido que lidiar con el cambio de horario y la añoranza del sol, con la que uno lidia cuando está viviendo con un vampiro.


Julián estaba sentado en una mesa para dos, sólo mirando un bazo que quiero creer era de vino. Su sonrisa y mi cara de consternación fueron nuestro saludo.


“¿Qué es este lugar?”

“Un bar.”

“Julián nunca he ido a un bar que sea tan luminoso y menos con aspecto similar al exterior de restaurante de película francesa.”

“Es porque nunca has venido a un bar de vampiros de verdad”


Me reí y él se relajó, después de pedir un cóctel con frutas y de mirar con más detenimiento mi alrededor, Julián me contó que llevaba pidiendo permiso para que visitara el lugar desde hacía algún tiempo, pero que recién ahora le habían dado autorización, algo de lo que decía me hacía preguntarme qué tan libre era realmente Julián para hacer su vida cotidiana.


“…Eso quiere decir -concluyó Julián- que estamos legalmente autorizados para relacionarnos.”


“Que estamos ¿qué?”- pensé con tanta claridad que no tuve necesidad de repetir mi pensamiento en voz alta.


“Legalmente autorizados para relacionarnos Nélida, las leyes prohíben manifestar nuestra existencia a los humanos, pero dada tu lealtad y las certeza del consejo de que no me utilizas para volverte un vampiro, nuestro caso fue examinado, nuestros antecedentes fueron minuciosamente revisados y hasta ahora cumples con todos los requisitos que un mortal puede tener para ser admitido en nuestro mundo de modo honorario… O sea hasta que mueras o hasta que decidas pedir la autorización para volverte vampiro.” 


Miré mi ropa y miré mis manos, luego la mesa, luego mi alrededor, miré todo lentamente, no quería creer que me hubieran ‘examinado’ o que me hubieran ‘evaluado’, pero por alguna razón no me sorprendía lo que decía. Lo que sí me sorprendía era que Julián me invitara a esta ‘celebración’ sin siquiera adelantarme que sería llevada a cabo hoy… Y lo que de pronto más me llamó la atención, “¿Habría alguna otra persona que también fuera recibida de modo honorario?… ¿Cuál era la lista de cualidades que debía tener una persona normal para ser admitido de modo honorario?... ¿Qué significaba esto en mi vida, conocería más vampiros? 

Un segundo después de hacerme todas estas preguntas me sentí mal…


Julián tomó mi mano y me llevó a un extremo donde había bancas y árboles pintados en la pared que simulaban una plaza.


“Esto significa que estás libre de que te maten por conocer nuestro secreto y de que podrás vivir tu vida si algún día decides que no quieres verme nunca más, además tendrás todos tus recuerdos, has demostrado ser una persona intachable y tu amor por la vida fue lo que los convenció definitivamente.”

“Pero yo no quiero que salgas de mi vida”

“Pero quieres tener un hijo y eso es lo único que nunca te podré dar yo, para eso necesitas una relación con un hombre y no con un vampiro”


Sus palabras me dejaron helada, lo que habíamos hablado en casa de mis padres, lo que había dicho antes de irse, lo que tenía que hacer… Era asegurarse de que tuviera opciones para cumplir cualquier deseo que quisiera. Lo miré con lágrimas en los ojos.


“A veces creo que no eres real”, dije y lo besé.


Julián sonrió y percibí un débil entristecimiento en su mirada, algo más estaba pasando, porque a este hombre le gustaba tanto guardar secretos, acaso no entendía que a la larga me lo diría todo…


Cené un plato de machas a la parmesana y una copa de vino blanco, el pidió algo pero resultó ser una sopa o algo así de un color más bien rojo, podría decirse que era cruda, pero francamente no lo sé, porque el plato humeaba cuando llegó a la mesa y no quise probarlo ni por asomo.


Pasamos una agradable velada, aunque suene a cliché. Caminamos por la calle de Valpo y la brisa me hacía sentir como una chica normal con un novio normal, sus ojos estaban del color que son realmente y el color de su piel era más real, aunque me hubiera encantado que me tomara para volar por la bahía, no quería romper las reglas de cuidar las demostraciones en público de nosotros.


Julián me llevo a casa y estuvo jugando a seducirme por tanto tiempo que en algún minuto me pregunté si llegaríamos a la acción y quizá escuchó mis pensamientos o quizá no, pero bastó eso para que sus manos quitaran mis pantalones y en un segundo después estuviéramos desnudos frente a frente sintiendo desde el aire bajo mis pies hasta que estaba embriagada de placer, literalmente. 


Hemos estado juntos antes, pero algo hacía que esta unión tuviera un sabor dulce y embriagador, Julián me devolvió a la cama cuando concluimos y podría decir que mil cosas pasaron en mi mente, pero lo único que tenía en la cabeza era la sensación de embriaguez.


“Eres excepcional.” me dijo unos segundos después y percibí que él estaba igual de embriagado que yo, parecía como si lo hubiera hechizado.

“¿Qué nos ha pasado?”, dije en voz alta.


Julián me miró desconcertado, y luego de explicarle que no entendía como pasaba algo así después de todo el tiempo que llevamos juntos, pareció cambiar de ánimo. Me quedé dormida sobre la cama, para cuando desperté estaba en pijamas y bajo mis sábanas, el sol rayaba en el horizonte y no pude evitar decir en voz alta "Te amo Julián".

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