viernes, 7 de septiembre de 2012

En otro momento.

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Había reído de mil amores, pero en realidad lloré.
Tenía hace día la idea de hacer algo definitivo, pero no sabía si seguir inmersa en esta situación o no y cuando me dieron la noticia, lloré. Para una persona sola, responsable de un crio de tres (ahora casi 4 años), es complicado saber que el dinero que ganas no es suficiente, y más aun que el horario que tienes en la oficina afecta al punto de no tener el tiempo que deseas para las cosas como desearías que fueran. Pero no quería quejarme, siento que al alegar por estos detalles, disminuyó el valor real de mi trabajo, así que como otras tantas cosas deje a un lado mi desazón y seguí con la sonrisa en la boca y la mirada en el futuro, porque lo que más importa es darle un futuro al pequeño y tener un trabajo estable con un sueldo fijo es el mejor modo de darselo.

Pero hoy, hoy me callo el peso de los días, las horas, y los meses de olvidar ese sentimiento encima. Para colmo me calló cundo me entero que nos ganamos un premio a la excelencia y que nos va a llegar un bono del 5% del sueldo bruto durante los próximos 12 meses. La noticia que se supone alegra a todo mundo a mi me hiso llorar. Que habría pasado si no lo ganábamos?

Demás esta contar que no tenía ni idea que nos darían algo así y que no me lo esperaba, o que no esperaba que me diera pena en vez de alegría, pero lo cierto es que en algún lugar había estado guardando toda la frustración que me genera los sin sabores de mi trabajo y obviamente afloraron con la buena noticia.

Hablé con mi hermana y trate de explicarle lo que ni siquiera yo termino de entender, tengo pena por esta buena noticia, siento que es solo un parche a la situación y que en algún minuto ese parche se va a salir y va a salir a flore la verdad.

Si hago recuento, ahora que lo medito un poco, la sensación de desazón se hiso más profunda cuando empecé a buscar departamento, los pocos departamentos que he encontrado, son muy caros o están en muy mal estado, y cada vez que analizo el panorama monetario veo que necesito ganar más dinero. La parte que me produce conflicto es que la plata extra no la voy a poder ahorrar, no la voy a poder gastar en cómprame algo para mí, la plata la voy a ocupar en algo para apalear que no me alcanza mi sueldo para vivir con mi hijo en Santiago y no puedo evitar preguntarme, porque no me alcanza?

No tengo deudas con el banco, compro todo al contado, no le debo plata a nadie (ni siquiera a una casa comercial), no compro ropa si no la necesitó, me compro los zapatos con el bono que me dan del trabajo, uso uniforme así que mi ropa de casa esta ok, no gasto en salir a bailar, no me compro alcohol, no fumo, ando en micro para todos lados, no me he cortado el pelo en la peluquería hace… cuatro meses, que pasa que el dinero no me alcanza, de donde recorto para que pueda hacer lo que necesito para mí y por mi hijo?

La respuesta es bastante obvia, debería buscarme un trabajo en el que gane lo que necesito para vivir, debería ver modos de inversión que me permitan trabajar mi dinero, y buscar con pinzas el departamento, porque al final quiero creer que voy a lograr encontrar algo en el precio, con las características que necesito y cerca de mi trabajo, para ahórrame la micro y tener a mi hijo cerca si es que el me necesita.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Definiendo emociones

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Ayer hablaba con mi prima y por alguna razón le comento que una situación me había parecido chocante por lo que me sentía sin remedio sobrepasada. Mi prima pre dice, “pero no es chocante”, y yo le respondo, “Para mí fue chocante, no me dio pena, no me sentí triste, me quedé choqueada, al punto que no tenia palabras para explicar por un buen rato lo que sentía, una mezcla de choque con la realidad, una cosa es saber y otra ver, sentir y entender, esto es lo que está sucediendo.” Mi prima aguarda unos minutos y me dice, “si tienes razón quedaste choqueada”.

Me pregunto porque nos cuesta tanto reconocer nuestras emociones, en más de una ocasión me yo he logrado entender que algo me genera ira, pena o enojo, entenderlo y superarlo, pero veo que las otras personas no son capaces de asumir sus emociones y si las tratan de analizar prefieren palabras menos exactas porque suenan mal… ósea no aceptan que realmente, son capases de enojarse, pero no de sentir ira; son capases de ver su alegría pero no creen que esa alegría sea felicidad.

Y cada vez es más común que se inventen palabras para explicar las cosas, ya no se dice ando bien, se dice ando relajado, implicando algo más que el simple estar bien, pudiendo decir estoy muy bien y estoy feliz, aunque suene cursi. O la típica, en vez de decir estoy mal, que engloba una serie de cosas, las personas dicen estoy bien, pero me duele la fractura, tengo una muela picada y me molesta la vista. O algo más alegre… créanme hace como diez años que no escucho a nadie dar por respuesta “estoy dichosa”, no el chileno promedio responde “estoy feliz, gracias a que tal y tal me salieron bien”, porque no me dice simplemente “estoy dichosa” y me da la oportunidad de ser curiosa y preguntar o de simplemente responder “qué bueno, me alegro.”… ¿Qué hay de malo en decir estoy mal?, ¿por qué me tengo que enterar del detalle de sus males o de sus alegrías?, ¡o es que tanto reality nos ha hecho olvidar el derecho a la privacidad?

Nunca lo sabré, pero en mi viaje por la vida, y en mi descubrimiento personal cuando estuve fuera y volví a chile, creo que descubrí que me gusta esa exactitud del lenguaje que me permite reconocerme como un ser humano con virtudes y defectos, y entre mis imperfecciones están los sentimientos de odio, rabia y enojo, mientras que en mis virtudes se que esta la alegría, la felicidad y la dicha y permitirme sentirlos, no me vuelve una mala persona, tal vez incluso me permites vivir mejor, porque cuando tengo pena es que quiero llorarla y que quiero estar sola, cuando estoy alegre se que quiero compartir y estar con otros.