Ayer hablaba con mi prima y por alguna razón le comento que
una situación me había parecido chocante por lo que me sentía sin remedio
sobrepasada. Mi prima pre dice, “pero no es chocante”, y yo le respondo, “Para mí
fue chocante, no me dio pena, no me sentí triste, me quedé choqueada, al punto
que no tenia palabras para explicar por un buen rato lo que sentía, una mezcla
de choque con la realidad, una cosa es saber y otra ver, sentir y entender,
esto es lo que está sucediendo.” Mi prima aguarda unos minutos y me dice, “si
tienes razón quedaste choqueada”.
Me pregunto porque nos cuesta tanto reconocer nuestras
emociones, en más de una ocasión me yo he logrado entender que algo me genera
ira, pena o enojo, entenderlo y superarlo, pero veo que las otras personas no
son capaces de asumir sus emociones y si las tratan de analizar prefieren
palabras menos exactas porque suenan mal… ósea no aceptan que realmente, son
capases de enojarse, pero no de sentir ira; son capases de ver su alegría pero
no creen que esa alegría sea felicidad.
Y cada vez es más común que se inventen palabras para
explicar las cosas, ya no se dice ando bien, se dice ando relajado, implicando
algo más que el simple estar bien, pudiendo decir estoy muy bien y estoy feliz,
aunque suene cursi. O la típica, en vez de decir estoy mal, que engloba una
serie de cosas, las personas dicen estoy bien, pero me duele la fractura, tengo
una muela picada y me molesta la vista. O algo más alegre… créanme hace como diez
años que no escucho a nadie dar por respuesta “estoy dichosa”, no el chileno
promedio responde “estoy feliz, gracias a que tal y tal me salieron bien”,
porque no me dice simplemente “estoy dichosa” y me da la oportunidad de ser
curiosa y preguntar o de simplemente responder “qué bueno, me alegro.”… ¿Qué
hay de malo en decir estoy mal?, ¿por qué me tengo que enterar del detalle de
sus males o de sus alegrías?, ¡o es que tanto reality nos ha hecho olvidar el
derecho a la privacidad?
Nunca lo sabré, pero en mi viaje por la vida, y en mi
descubrimiento personal cuando estuve fuera y volví a chile, creo que descubrí
que me gusta esa exactitud del lenguaje que me permite reconocerme como un ser
humano con virtudes y defectos, y entre mis imperfecciones están los sentimientos
de odio, rabia y enojo, mientras que en mis virtudes se que esta la alegría, la
felicidad y la dicha y permitirme sentirlos, no me vuelve una mala persona, tal
vez incluso me permites vivir mejor, porque cuando tengo pena es que quiero
llorarla y que quiero estar sola, cuando estoy alegre se que quiero compartir y
estar con otros.
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