Las cosas raras de la
noche anterior eran solo la antesala de las cosa que vendrían, primero fue que
de pronto me pille volando sobre mi cama mientras pensaba en Julián y luego fue
que sólo comí una naranja y mis ojos se vieron teñidos de un color naranja.
Sería posible que me hubiera vuelto vampiro sin saberlo?, pero estaba sentada
frente al sol y mi piel no hervía, no parecía chamuscarse y podía estar allí.
Pasé la tarde ordenando cosas en casa y no me di cuenta cuanto había ordenado y
puesto en su lugar cuando llego mi madre a verme.
“Te estuve llamando,
como no contestaste, te vine a ver.”
Pero yo nunca escuche
el teléfono, revise si estaba desconectado y no, luego hice sonar el aparato y
el sonido me pareció tan lejano que apenas podía escucharlo. Mi mamá se sentó
en el living y de pronto me preguntó que había hecho, todo estaba tan limpio y
ordenado. Así que era definitivo, algo me había pasado. Mamá se fue a la media
hora, después de quedarse tranquila yo estaba bien… si es que se puede decir
eso, me dejo sola mientras que yo trataba de poner mi mejor cara para que ella
no se diera cuenta que tenía miedo.
Julián había dicho
muchas veces que era decisión ser o no ser como el, que si deseaba podría
volverme vampiro, pero el respetaría mis deseos, que rayos estaba pasando
ahora? Cuando entro por la ventana mi cara era de pocos amigos, fue todo lo que
él necesitó, tenía mucho que explicar.
“Cuando dije que
serías miembro honorario, me refería a que se te otorgarían algunas de nuestras
cualidades para que las utilices respetando las reglas y puedas ‘defenderte’ en
caso de una argumentación con otro vampiro. Cariño, entiende que nuestra
sociedad como la de ustedes tiene problemas, no es perfecta, hay asesinos, hay
embusteros, hay discusiones, hay gente mala y hay gente buena.”
“Pero… pero… “
No tenía palabras,
porque no me dijo esto ayer?, porque no me dio más detalles?... por otro lado,
eso explica porque podía percibir sus cambios de humor, aunque fueran muy leves
y lo de anoche… pero que le costaba adelantarme que desde ahora tendría posibilidades
de volar… no tenía idea del susto que había experimentado durante el día… No
dije nada, miraba el suelo con miedo de levantar la mirada hacia él.
El empezó a hablar, y
explicar con más detalle todo, volverse parte de su mundo y ser admitida,
implicaba que parte de la magia de este mundo se me transmitía, el conjuro
duraría mi vida entera, no sería alterado el ciclo de envejecimiento porque eso
es una característica que define a los vampiros, pero tendría menos apetito
avece, mi cuerpo se volvería más esbelto, tendría más velocidad, mejor
capacidad de oratoria, mayor nitidez en mi vista, podría volar a voluntad,
aunque debía adquirir un permiso para hacerlo por periodos prolongados o en
público, podría percibir emociones de mis pares humanos, entender emociones
implicaba también un grado de manipulación psíquica mínima, sería poliglota y mis
ojos cambiarían con las emociones que percibiera, contrario a lo que yo creía que
era que cambiaban por el color de la comida, además necesitaría menos horas de
sueño, pero eso dependía de mi si deseaba o no dormir y si deseaba o no dormir
de día o de noche.
Conjuro?, no se supone
que los vampiros tiene algún tipo de virus, infección o afección química que
los cambia? Julián leyó mi mente y rio de buena gana.
“No somos zombis”
“No dije eso, pero que
me diferencia a mí de ser un vampiro, creo que la lista que dices de cosas que
compartimos ahora abarca todo lo que conozco de ti”.
Julián no dijo nada y
eso me dio miedo, el me abrazó, que era lo que no me estaba diciendo y porque no
me lo estaba diciendo, serían otra vez el tema de las reglas? O estaba midiendo
mi capacidad de comprensión? Pasaría una noche de más cosas raras antes de que el
hablara.
“Te enseñaré a volar
primero.”
Julián dijo esto como
si fuera lo más natural del mundo… Uf! Vamos a volar, que normal es volar por
tu propia voluntad, pensé irónicamente pero lo hizo. Para cuando dominé la técnica me sentí libre y debo admitir
que había olvidado el miedo que me había provocado el silencio de Julián, no sé
cómo explicarlo tal vez es porque hay que saber percibir en el estómago y olvidar
los conceptos básicos de la gravedad para poder volar, el caso es que
simplemente lo hice.
De repente Julián apareció
en mi espalda, me abrazó y percibí una ola de emociones fluir de entre nosotros,
auténtica pasión, y algo que creía improbable en él ‘deseo’, si nunca lo tuve tan claro como en ese instante mi vampiro me deseaba.
Voltee
a él y lo besé con fuerza, lo besé con pasión y no tardaríamos mucho en
desnudarnos, pero esta vez no estaba tendida sobre él mientras que el volaba por sobre mi cama, no estaba recostada en mi
cama tampoco, estaba de pie volando frente a él en mi habitación, no necesitaba recostarme solo
abrasarlo.
Jamás en toda mi vida
había sentido algo semejante a lo que sentí esa noche y como suele suceder en
otras circunstancias la primera vez no se olvida, independiente de que hubiéramos
estado juntos antes, y que la noche anterior hubiera sido maravillosa, lo que
experimente esa noche jamás lo he olvidado y jamás he podido saber cómo
explicarlo tampoco. Cuando partió antes del amanecer, me recosté en la cama
sólo por habito, cerré los ojos y dormí.
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