sábado, 27 de abril de 2013

Estas en mi vida (P18)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


La verdad es que el vuelo no ayudo en mi descanso, el viaje fue tremendamente agotador, me sentía fastidiada y no quería admitirlo, pero me hubiera encantado tener algo de la magia de Julián para manifestar mi comida favorita. Finalmente aterrizamos en Chile y aunque había un auto esperando para mí con letrero como en España yo pasé de largo, me acerque a los buces y tome uno hasta el metro, luego un bus hasta mi casa de Santiago, no sentí cansancio hasta que abrí la puerta de mi casa, pero esta vez no quería sorpresas y revisé el rincón de Julián para cerciorarme que él no estaría esperándome, todavía no quería verlo.

Deje mi ropa en el suelo del baño y me metí en la tina con agua tibia que había preparado, el cansancio me superó, así que terminé quedándome dormida, para cuando desperté eran las nueve de la noche, mi teléfono estaba marcando una serie de mensajes de texto y una serie de llamados de todo mundo para saber de mi, pero no quise mirar nada, solo me seque y me tendí sobre la cama en toalla, quería dormir, francamente quería cerrar los ojos y dejarme llevar por el sueño, pero algo me pareció diferente en casa y cuando prendí la luz del pasillo y vi mil flores por todos lados supe que él estaba en casa.
“Hola” -murmuré sin avanzar y no hubo respuesta, caminé por el pasillo y llegué hasta el living- “Hola…”- y en el living otro montón de rosas y flores y pétalos y una flecha, pero antes de avanzar en esa dirección miré el suelo, y sentí mis pasos pesados, mi pecho roto y mis preguntas sobre nosotros volvieron a detenerme.

“Ven”- le escuche decir desde el jardín y mi pecho se debatía entre salir corriendo y voltear definitivamente para cerrar nuestra historia.

No hice nada, tenía miedo a avanzar o a retroceder, y no podía evitar pensar que este era el punto más indicado para salir de esta historia y olvidarme de todo, o de continuar junto a él por siempre, tal vez esas sensación de que algo se había roto en mi pecho el día anterior era porque Carlo, podría darme ese para siempre de cuento de hadas con hijos y vida humana que siempre quise, mientras que con Julián había un para siempre de ambos, sin más compañía.

“Ven”- volvió a llamar con el mismo tono suave.

Me quedé parada mirándome los pies, si avanzaba y lo veía que iba a pasar?

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