La verdad es que el vuelo no ayudo en mi descanso,
el viaje fue tremendamente agotador, me sentía fastidiada y no quería
admitirlo, pero me hubiera encantado tener algo de la magia de Julián para
manifestar mi comida favorita. Finalmente aterrizamos en Chile y aunque había
un auto esperando para mí con letrero como en España yo pasé de largo, me
acerque a los buces y tome uno hasta el metro, luego un bus hasta mi casa de
Santiago, no sentí cansancio hasta que abrí la puerta de mi casa, pero esta vez
no quería sorpresas y revisé el rincón de Julián para cerciorarme que él no
estaría esperándome, todavía no quería verlo.
Deje mi ropa en el suelo del baño y me metí en la
tina con agua tibia que había preparado, el cansancio me superó, así que
terminé quedándome dormida, para cuando desperté eran las nueve de la noche, mi
teléfono estaba marcando una serie de mensajes de texto y una serie de llamados
de todo mundo para saber de mi, pero no quise mirar nada, solo me seque y me
tendí sobre la cama en toalla, quería dormir, francamente quería cerrar los
ojos y dejarme llevar por el sueño, pero algo me pareció diferente en casa y
cuando prendí la luz del pasillo y vi mil flores por todos lados supe que él
estaba en casa.
“Hola” -murmuré sin avanzar y no hubo respuesta,
caminé por el pasillo y llegué hasta el living- “Hola…”- y en el living otro
montón de rosas y flores y pétalos y una flecha, pero antes de avanzar en esa
dirección miré el suelo, y sentí mis pasos pesados, mi pecho roto y mis preguntas
sobre nosotros volvieron a detenerme.
“Ven”- le escuche decir desde el jardín y mi pecho
se debatía entre salir corriendo y voltear definitivamente para cerrar nuestra
historia.
No hice nada, tenía miedo a avanzar o a retroceder,
y no podía evitar pensar que este era el punto más indicado para salir de esta
historia y olvidarme de todo, o de continuar junto a él por siempre, tal vez
esas sensación de que algo se había roto en mi pecho el día anterior era porque
Carlo, podría darme ese para siempre de cuento de hadas con hijos y vida humana
que siempre quise, mientras que con Julián había un para siempre de ambos, sin
más compañía.
“Ven”- volvió a llamar con el mismo tono suave.
Me quedé parada mirándome los pies, si avanzaba y
lo veía que iba a pasar?
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