sábado, 27 de abril de 2013

Estas en mi vida (P20)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Llegó Carlo

Mil preguntas y ninguna respuesta, ¿por qué Julián mandó los pasajes de avión a Carlos?, ¿Por qué le dio mi teléfono?, ¿qué pretendía que hiciera con él en casa? Mi cabeza no procesaba ni la mitad de las preguntas cuando llegué al aeropuerto a buscarlo y seguían surgiendo preguntas cuando se subió a mi auto con una maleta pequeña.


“Vale, esta ciudad es más grande de lo que imaginaba.”

“Si no somos un pueblo, ya somos una ciudad, espera a que veas Valparaíso, te va a encantar tiene un aire europeo, o eso me han dicho francamente nunca salí de Madrid”

“Es bien guay Julián, mira que mandarme los billetes”

“Dime una cosa, ¿te mando alguna nota con los pasajes?”

“Solo este papel que decía Cumple un sueño, ve a por ello ”- dijo leyendo un papel.

“Mmm”- y no pude evitar pensar ‘Manipulador’.

“Pero, ¿es que no te ha dicho nada?”

“No.”

“Vale, vale…”

“¿Julián te dijo por qué me he regresado a Chile?”

“En realidad no, creo que al día siguiente cuando estaba despertando de la borrachera algo ha mencionado, pero no lo recuerdo.”


Llegamos a la casa de Santiago, estacione en la entrada, pasamos a la casa y lo acompañe hasta una de las dos habitaciones que tenía para visitas, Carlo se acomodó y de pronto me pareció que no debíamos quedarnos aquí, debería volver a Valpo esta tarde y…


“Carlo, estás de ánimo para hacer otro viaje, este es más corto en dos horas estaríamos en mi casa de Valpo y hoy podríamos ver el puerto de noche, te va a encantar.”

“Vale, me podré quedar en tu casa entonces”

“Si, tengo una habitación extra, te va a gustar.”


Salimos rumbo a Valparaíso, y llegamos antes de las cinco de la tarde, la verdad extrañaba el olor del mar, la tranquilidad que siento cuando estoy en casa y la cercanía con mi gente. Llamé a Viviana y quedé de pasar a verla en un rato, Carlo acomodó todo en el cuarto que alguna vez fue de mi hermana y me sorprendí contenta de tener algo que hacer que no fuera pensar en Julián, habían pasado tantas cosas en cinco años, tantos ir y venir de la relación que creo que esta era la primera vez que estaba pensando en mí y en lo que yo quería hacer en mucho tiempo y eso me agradaba.


Viviana nos recibió contenta, en un comienzo creyó que Carlo era Julián, pero bastaron dos palabras para notar el acento y percatarse de las diferencias. Por suerte Vivi no quiso hacerle un interrogatorio sobre dónde y cómo nos conocimos, así que Carlo pudo explayarse en las cosas que quiso sin problemas, a eso de las nueve, regresamos a casa, Carlo se sentía tan cómodo con mi hermana que se habría quedado hablando hasta las once de la noche si no fuera porque el embarazo la tiene cansada.


“Gracias por presentarme a tu hermana.”- dijo Carlo contento.

“No hay de que, quieres ir a recorrer Valpo de noche, es increíble.”- dije mirando las llaves del auto.


Recorrimos parte del camino en auto, lo estacioné en el mirador del Cerro Concepción y luego bajamos caminando, yo lo guiaba por las calles hasta que llegamos a uno de los miradores que me gustan más, y nos sentamos a ver el mar… No recuerdo qué fue lo que hablamos, la verdad no recuerdo si hablamos del todo, Carlo estaba impresionado por la vista y yo estaba tranquila por tener compañía, independiente que esta en particular no me provocara lo que Julián me provocaba. De pronto miré al cielo y lo vi, volando a una distancia prudente, suspendido en un lugar imposible si no fuera porque es vampiro y no pude evitar preguntarme si desde esa distancia podía leer mis pensamientos?...


Como a las once yo estaba cansada, así que regresamos al auto, Carlo se estaba quedando dormido en el asiento del copiloto y la verdad es que cuando entramos a casa, se fue directo a dormir a su habitación y no me pareció mal, me habría encantado tener un momento para comer algo, o un hechizo como el de la casa de Julián donde todo aparece después de pensarlo, tenía hambre y quería comer algo dulce, por suerte no fue necesario, cuando entré en mi habitación justo en la ventana de mi pieza había un paquete, cuando lo abrí encontré un pastel de manzana y canela, con un vaso de chocolate espeso. La nota decía ‘Disfruta, Julián.’


Por primera vez desde que lo conozco, me pregunté dejando de lado que lo quiero de verdad, si yo era realmente capaz de vivir con lo que su mundo implicaba… Necesitaba tiempo, mucho tiempo para pensar, mucho tiempo para ver si era capaz de vivir realmente con mi vampiro o era tiempo de dejarlo ir de verdad.

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