viernes, 3 de mayo de 2013

Estas en mi vida (P21)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Acostumbrandome a tu ausencia

La mirada baja y las pocas palabras que me salían por la garganta, no daban para pensar que teníamos una conversación, pero Carlo se interesaba por todo, trataba una y otra vez de comenzar a hablarme de alguna cosa que hubiera visto o leído la noche anterior sobre de Valparaíso… Pero yo no tenía ganas de hablar, así que emitía algún monosílabo de vez en cuando para que supiera que en algún nivel lo estaba escuchándolo.


“Esta bien, entiendo que no estés tan interesada como yo en los detalles históricos de tu ciudad, la verdad es que para mí siempre ha sido fascinante saber las historias de alguna lugar, como por ejemplo: ¿cuándo construyeron tu casa?, ¿quién fue el arquitecto?, ¿habrían otras casas de la misma índole?... Podrías decirme ¿qué es lo que te tiene pensativa?...”


La pregunta me pilló por sorpresa, creía haber estado haciendo un buen trabajo encubriendo mis emociones, pero nop… No era el caso y frente a una pregunta tan directa no me quedaba de otra que responder.


“Julián”- dije sin mucho énfasis.

“¿Por qué no lo que he visto desde que llegué a la ciudad?”- dijo él intrigado y algo incómodo.

“Verás… La razón por la que regresé a Chile fue… ¿Cómo explicarlo?… mmm…”- como le dices a un desconocido que el rostro de la persona que crees amar se volvió diabólico frente a tus ojos por puro egoísmo y que eso te da miedo… no tengo idea.

“Supongo que de algún modo pueda entenderlo.”-dijo cansado de esperar en silencio.

“Bueno- respondí buscando algún modo- la verdad es que no lo has visto, porque no me cree que lo amo.”- y me sentí más tranquila de poder encontrar una mentira a medias usar como respuesta la verdad.


Carlo miro el suelo avergonzado, no supe bien si por lo sincero de mis palabras o por algún otro motivo. Luego de un incómodo silencio me miró a los ojos, con expresión tan simple y tan alegre que no podría imaginar que diría.


“Me hubiera gustado que dijeras que tu partida se debía a que yo te gustaba tanto como él, pero supongo que sólo a mí me pasa que cuando estoy contigo pierdo la noción del tiempo, el interés por el mundo en general y lo único que deseo... es besar tus labios.”-dijo cerrando los ojos, como para no verme.


Bien no era lo que yo quería escuchar, ni del modo que me habría gustado escucharlo, pero no importaba, Carlo estaba siendo franco conmigo y eso me hacía sentir algo en el pecho, la misma sensación de que se me estaba abriendo una herida y que me hacía tambalear todo mi entorno.


“Creo que no te conozco lo suficiente como para sentir algo así por ti y por lo demás, ese día en el café accedí a tomarme el café contigo fue porqué creía que tú y Julián eran parientes o algo así, el parecido entre ambos es francamente increíble, no tenía ningún otro motivo más.”

“Si tenemos un tío en común… Claro que si hubiera sabido que tú eras novia de un primo lejano, habría entendido que tu interés no era por mi sino por el lazo sanguíneo… Eso no lo supe con certeza nunca por lo menos, no esa noche.”


Otro silencio incómodo entre ambos y finalmente lo miró a los ojos y preguntó sin ninguna duda de que necesitaba esta respuesta para entender qué rayos me hacía doler el pecho.


“Cuando Julián te mando los pasajes aéreos, ¿por qué decidiste venir?”

“En un comienzo los miré y creí que era una broma, luego cuando estaba en la terminal y mi madre me recordaba que debía regresar algún día, sentí que era lo que tenía que hacer y cuando crucé la puerta del avión supe que venía a por ti.”


Simple, directo y completamente extraño, aún no podía creer lo que escuchaba de boca de Carlo cuando por arte de magia, sonó mi teléfono. Mi médico había pasado a buscar los resultados de mis exámenes y tenía buenas noticias, al parecer todo estaba en orden, tenía los mejores niveles de anticuerpos que una persona con cáncer puede esperar y por los resultados del resto estaba más sana que un yogurt. Claro que cuando terminó su discurso me preguntó algo que no esperaba.


“Una última pregunta, ¿quieres tener familia?”

“¿Yo?... no todavía, ¿por qué lo preguntas Cristóbal?”

“Es que hace unos días cuando viniste a hacerte los exámenes, Julián pasó por la clínica y me preguntó si podría incluir dentro de los exámenes sanguíneos alguno que tuviera referencia sobre tu estado para tener hijos… Y bueno los incluí… Tienes las mejores condiciones uterinas para quedar embarazada que podrías esperar jamás.”

“Te lo agradezco, fuiste muy amable con Julián. Pero francamente no sé porque te habrá pedido eso, nosotros… - no podía decirlo en voz alta, me dolía físicamente la garganta decirlo, pero era lo que estaba ocurriendo- bueno es complicado…”

¿Otra ruptura?” -concluyó Cristóbal y la sola frase me dio asco.


Me levanté y entré a mi habitación, estaba sola, así que no necesitaba bajar la voz o tratar de ocultar lo que pensaba.


“¿A qué te refieres con otra ruptura Cristobal?”

“Bueno, desde que te ingresé como paciente hace cinco años hasta ahora han roto unas ocho veces…-dijo exagerando- y siempre regresan, francamente no sé cuáles son las razones para que terminen, pero sí sé que nunca duran mucho separados, pese a lo determinada que te ves cada vez que terminan, de sacarlo de tu vida y aceptar lo que sucede. Creo que ni siquiera las enfermeras les creen cuando se separan y ya sabes que a ellas les gusta contar la historia como si ambos fueran la pareja perfecta.”

“Pero es que…”-traté de pensar cómo decirle que era extraño todo.

“Para mí como espectador es bastante obvio que ustedes se aman y que los problemas que tienen pueden solucionarse con un buen consejero, pero la verdad es que nunca te había dicho nada porque no me sentía en confianza para hablar de lo que tú vives con Julián o no…”

“Creo que este es un tema que no podrías entender, hay muchas cosas que no sabes, como que Julián no puede tener hijos, por ejemplo… Pero sabes me gustaría escuchar lo que tienes que decir, claro que no ahora, tengo visitas en casa y estoy algo ocupada…”

“Julián no puede tener hijos, ¿Estás segura?...- respondí un monosílabo afirmativo y él continuó- Bueno, hablamos otro día, llámame cuando vengas por los resultados de las imágenes.”


Imágenes, así se llaman los scanner ahora’- pensé mientras cortaba el teléfono preguntándome cómo es que de todas las veces que habríamos discutido o pensado en separarnos, yo no llevaba cuenta y mi médico si… Pero no quise pensar mucho más en el tema, del otro lado de la puerta estaba Carlo, esperando para concluir una conversación que ya no tenía ganas de concluir…

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