martes, 14 de mayo de 2013

Estas en mi vida P34

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


La luz del amanecer se volvió regular y Laila seguía girando sobre sus talones en el techo de la habitación argumentándome razones para vivir, mientras que yo comenzaba a sentir angustia por ella, el día estaba comenzando... La cara de Laila se inundó con la luz de sol y no pasó nada, no hubo brillos extraños, no hubo chispas, su piel no se incendió, ni siquiera pareció darse cuenta de lo que pasaba, mientras que todos mis miedos y angustias aceleraban mi corazón y hacían sonar las maquinas, Laila bajó del techo tomo mi mano y sonrió.
“Este es otro secreto, yo descubrí un modo de estar al sol y no morir por ello, pero aún está en fase experimental así que no lo he compartido con nadie, pronto se lo diré a Julián...”- dijo riendo algo traviesa y relajando por primera vez su tono de voz.

La miré tratando de entender lo que me decía con la mayor rapidez que mi cerebro podía, pero la enfermera entro y preguntó que había motivado el alza de frecuencia cardíaca y antes de que pudiera hacer algo, me inyecto un sedante. Cuando desperté no supe si habían pasado unas horas, unos días o semanas, estaba cansada, estaba francamente cansada.

“Cariño, hoy nuestra hija me sonrió, es tan hermosa, me gustaría que pudieras tomarla, tiene tus pestañas y se ve fuerte.”

Lo miré y él supo que estaba consiente, llamo al médico y me habló de cosas que no entendí, al parecer no todo estaba perdido en mi caso… no todo me llevaría a la muerte otra vez y salvarme no sería producto de la magia de los vampiros, sino que de la ciencia de los humanos, no pude evitar derramar una lagrima mientras escuchaba.

“La droga es experimental, tiene que firmar el consentimiento para su uso, pero dado su estado, bastará con su consentimiento verbal.”

Miré a Carlo y mire a la bebé que cargaba en sus brazos, una necesidad imperiosa de tenerla en mis brazos y besarla, me ayudaron a decirle que si con un movimiento de cabeza que fue casi mínimo, pero que para mí fue toda una odisea, tan agotadora que me quedé dormida pocos minutos mas tarde. Creo que era el mismo día o la misma tarde… Laila estaba en mi habitación tomando mi mano.

“Despierta no tengo mucho tiempo más para hablar, pronto llegará Julián, vas a probar la droga experimental, tal vez eso ayude a convencerles de que no es mágico tu recuperación y tal vez puedas aceptar mi ayuda.”
“Laila… déjame ir…”- logre articular mientras ella sostenía mi mano en el aire.
“No, no lo acepto, puedes vivir… estoy segura que es lo que quieres en el fondo, lo que sentiste cuando viste a tu hija, lo que anhelas, yo puedo dártelo puedo ayudarte… acepta mi ayuda.”

La miré a los ojos, era cierto quiero vivir, quiero disfrutar a mi Maura, quiero correr otra vez y no estar acostada en una cama, pero a qué precio es todo eso?, sabía que no se daría por vencida, la miré largo rato sin decir nada, sin pensar nada, ella estaba cada vez más angustiada y triste, mi supervivencia le estaba activando recuerdos de otra vida o de otras vidas, de otras personas a las que no pudo salvar esta alquimista, inspire hondamente, trate de articular sin agotarme pero me agoto igual.
“Acepto”. 

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