miércoles, 8 de mayo de 2013

Estas en mi vida (P31)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


La magia vampírica ayudaba en la segunda parte del embarazo, después de decidir como contarle a Carlo que sería padre y de tomar distancia de Julián, me centré en mi vida, había que asumir que todo cambiaría cuando naciera el bebé, y si algo de lo que él me había dicho se volvía real, tenía que estar preparada, había que ser realista si continuaba con Julián como pareja, estaría solo tratando de mantener en alto la bandera de una relación que parecía terminada la misma noche que admitió haber manipulado mi destino para darme más tiempo de vida, lo que no negaba que lo amara, sólo hacía más evidente que él nunca entendería que yo no era capaz de entender su necesidad de manipular el universo por una finalidad personal.

Carlo había arrendado un departamento en el plan de Valparaíso, tenía tres habitaciones, la suya, la del bebé y otra donde podría quedarme yo si lo decidiera o podría armar su propia oficina. Tenía buenas proyecciones laborales, lo querían en la oficina y en varias ocasiones supe que preguntaron por mí, pero él no contaba sobre nosotros o mi embarazo, mantenía la privacidad como yo no sabía hacerlo… y admito que eso me ayudaba a saber cómo moverme con él.

Laila, había regresado de Europa, pasaba casi todos los días por la casa, tratando de entender que era lo que me había hecho alejarme de Julián y al cabo de dos meses dándole la misma respuesta había entendido que yo contaba con algo que ella había perdido en el camino, un algo que no comprendía del todo dado que para ella no era natural ya… así es como de día tenía visitas humanas y de noche a dos vampiros que cuidaban de mí y de mi sueño, porque ya no trataba de resistirme al sueño, si a las diez estaba dormida no me sentía culpable de perder un día con ellos y al final era mejor así. Mi mamá había logrado aceptar que sería abuela otra vez, que Carlo no sería mi marido y que Julián estaría involucrado en todo esto, pese a que no le gustara para nada la situación.

Todo esto en medio de una necesidad compulsiva de pintar, creo que hice cincuenta cuadros en tres meses, todos se sorprendieron al ver que expondría en una galería, la verdad es que había llevado un cuadro al taller de mi profesor y una chica me había hablado de una galería, donde me ofrecieron exponer sin compromiso, cuando lleve las telas la niña de la galería decidió que era mejor dejarme una ala libre y promover una noche todas mis pinturas, así que con el volante en mano, les fui contando a todos.

La noche de la exposición cumplía cuatro meses de embarazo, apenas y se notaba, me había puesto un vestido hasta la rodilla de color rojo, tenía las uñas pintadas con flores y el pelo recogido de un lado, los aros largos que me había regalado Laila cuando regresó a Chile y tacos altos.

Mis padres llegaron puntuales y aunque yo no esperaba mucha concurrencia, la sala se llenó con cerca de cien personas, entre ellas Laila, Julian y cerca de diez vampiros que por sus gestos y movimientos podía decir eran muy viejos, Carlo llego con un ramo de flores y me acompañó toda la noche.

“Esta escena es nuestra -dijo con cierto orgullo-, esta escena también.”
“Esta es nuestra- dijo Julián acercándose- y esta otra”

La sola idea de que compitieran por mi atención en ese minuto me enfureció y no tengo idea que cara habré puesto o que habré hecho, pero ambos se quedaron callados y me acompañaron a recorrer nuestra historia en silencio, al fin los cuadros narraban como conocí a Carlo, alejaba a Julián y como regresaba el a mi vida.

“Ustedes son hermanos?”- preguntó un periodista antes de sacarnos una foto.
“No- respondió Julián con aplomo-, somos primos en segundo grado.”
“El parecido es increíble.”- dijo poniéndose la cámara en el ojo.
“Lo sabemos”- respondió Carlo.
“¿Y cuál de ellos te inspiro para hacer estos cuadros?”
“Ambos.”- respondí sonriendo y luego de que sacara la foto, me aleje lo más rápido del periodista que pude.

La noche fue un éxito, cinco de mis cuadros se vendieron al precio que la chica de la galería había marcado y dos quedaron reservados para la semana que venía, la chica hablo de hacer una presentación en Santiago, donde aseguraba que tendría mucho más éxito, ¿sólo que para que hacer eso?, yo tenía todo lo que deseaba, había expuesto sin sentirme artista y en la ciudad que adoraba, no necesitaba más.

En casa, sola volé por mi habitación pensando en la cara de Julián y la expresión de enojo de Carlo y me di cuenta que extrañaba la pasión de uno y los detalles del otro, mis hormonas me hacía ser más voluble y mi rostro tendía a mostrar mis emociones, mi padre había dicho esa noche algo que no esperaba… ‘Sabía que lograrías hacer que todo funcionara’, cerré los ojos por dos segundos y sentí que mi vida era menos complicada ahora, así que cuando sentí sus manos rodeando mi cintura me reí, no podía dejarme sola ni una sola noche, voltee a ver sus ojos y lo besé, lo deseaba como hacía mucho tiempo no deseaba nada...


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