lunes, 27 de mayo de 2013

Estas en mi vida P37

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Parte 37 - De alta


Salí del hospital una mañana de frío, con la cara tapada por una bufanda y la sensación de que me liberaba de una etapa sombría de mi vida, Viviana me esperaba en el auto y mi papá acomodaba a mi pequeña en el asiento del bebé. Miré atrás con la certeza de que no habría problemas y con una sonrisa me senté junto a mi bebé.


El camino fue lento, porque nos tocó el taco de los colegios, pero después de entrar a Valpo, todo fue más expedito. Entre a mi casa con la sensación de que no había estado aquí en siglos, Viviana y papá me ayudaron a bajar a Maura, también a ordenar un poco. Lo cierto es que los días previos a la hospitalización hacía lo justo y necesario, así que el polvo se acumulaba en los muebles y nadie había venido a ordenar nada. Me acordé del conjunto de hechizos de Julián y me pregunté si sería bueno aplicarlo en mi casa, pero después recordé lo inevitable, mi Maura crecería creyendo que todo se hace mágicamente y eso no es bueno, además las posibilidades de que sepa entender que sólo en su casa las cosas son mágicas le podría generar más conflictos aún, así que deseché la idea mientras ordenábamos todo, lentamente y sin apuro, tenía un bello día por delante, frío como día de final de primavera, pero bello porque era el primer día con mi hija el primero de muchos.


El horario de la bebé era simple, en la tarde ya había logrado arreglármelas para estar pendiente de ella y concluir mis tareas, sin sentir que era una mala persona por dejar a mi bebé solita en su silla o cama mientras hacía otras cosas. 


Salimos a caminar por el cerro, es divertido vivir en cerros, no recuerdo haberlo mencionado antes así que ahora me pondré un poco más gráfica, los cerros de Valparaíso, tiene miles de caminos, hay pasajes angostos y otros no tanto con veredas altas, hay muchísimas escaleras y están casi todas las calles o pasajes conectados por lo que uno puede perderse recorriendo los caminos que no siempre son rectos. Hay muchos miradores, que suelen tener asientos para quedarse a esperar el paso del día y también hay asesores que te llevan desde un punto del cerro o el plan, hasta un punto en que subir es más fácil o menos empinado, por raro que parezca cuando andas por los cerros de Valparaíso siempre puedes subir más arriba, en casi todos lados hay vista a la la bahía de Valparaíso, en los que no hay una vista directa, puedes ver el otro cerro lleno de casas que a veces parecen estar colgando de los cerros. Como les decía las calles son angostas en su mayoría y de dos pistas a veces, aunque no quepan los dos vehículos así que suelen quitarle espacio a las veredas y esto provoca que la gente no le guste manejar por los cerros y para los que somos de aquí que sepamos esperar si vemos a alguien en sentido contrario. 


En resumen es preferible camina, aquí uno puede hacerlo porque es tranquilo y no tan peligroso como dicen en la TV, y si, hay mucho trayecto de un punto a otro, siempre hay  movilización colectiva, ya saben una micro o colectivo, que están acostumbrados a las calles empinadas y las veredas altas, a pasar en espacios pequeños y esperar para darle la pasada a quien sube. 


Los muros de piedras son de todos los tamaños, las veredas altas o a ras de la calle casi siempre tiene una escalinata o peldaño, hay de todo escaleras de piedra o hechas de cemento que nivelan las casas y las calles, porque no hubo planificación aquí, todo se armó sobre la marcha. A mí me gusta Barón, mi cerro, porque caminar aquí es agradable y estamos frente a la parte más activa de la ciudad, veo el puerto, el congreso o la avenida Ecuador, que recorre la costa de lado a lado. La ciudad comienza y termina rodeada de cerros, no se sabe con certeza donde inicia cada uno de los cerros, por ejemplo sé que estamos al lado de Lecheros, pero no me pregunten cual es la calle que nos divide, aunque una vez me dijeron que eso no era de buenos porteños… pero nada que hacer.


Volviendo al tema, había comprado el canguro de Maura cuando aun no sabía su sexo, así que era verde manzana, ¿como explico este canguro?… El canguro es un trozo largo de tela que adelante tiene un saquito donde uno pone al bebe y que te permite llevarlo en brazos y tener los brazos libres, esto de ser madre te mete en un mundo nuevo de palabras y de artilugios.


En fin, llevé a Maura a pasear en el canguro y me sorprendía lo agradable que era tenerla conmigo, en un bolso había puesto un pañal y una muda de ropa, pensaba en tantas cosas que no había pensado antes, como en el hecho de que tal vez mi hija no recordará que durante más de un mes de su vida su madre no estuvo con ella y tal vez estaremos juntas toda la vida, que no podía evitar la sonrisa en mi rostro, caminamos Cerro Barón, llegamos al Plan y luego fui a Cerro Alegre, para bajar por el ascensor el Peral. Ya en la plaza Sotomayor, aquí toca dar un poco de historia, la estructura donde se encuentra entre otras la estatua de Prat, que estopa custodiada por policía militar y es además es mausoleo, porque bajo ella, se encuentran los restos óseos de Prat y otros de los hombres que murieron en el combate naval de Iquique. Cuando llegué a vivir a Valparaíso en 2003 las tres plazas que componían ese sector eran cuadrados con pasto y plantas, como habían modificado todo alrededor de la plaza, hasta hacerla una gran explanada donde se hace el desfile anual a las glorias navales, sin zonas verdes ni lugar para tomar asiento salvo los locales comerciales de los alrededores, pero no es lo mismo, mirar la que fué la plaza y ver lo que es hoy. 


Caminé toda la tarde con la bebé en brazos, no estaba cansada, le di pecho en una cafetería mientras yo tomaba una taza de chocolate caliente, que debo decir se ha vuelto mi bebida favorita después de que supe que la cafeína sí se traspasa en la leche. El canguro resultaba muy cómodo, no debí sacarla para darle pecho, no necesité cubrirme, la bebé estaba calentita y yo completamente relajada, porque en suma pude mover mi ropa y nadie ver mis pechos, creo que sólo una mamá que usara un canguro podría saber que estaba amamantando a Maura. Parece explicación y la verdad es que no me da verguenza amamantar a mi bebé, me da verguenza los estúpidos que creen que hacerlo en público es incorrecto, que he visto o escuchado pidiendo que las mamás se dirijan a un baño a hacerlo, por pudor… Espero que el futuro sea más agradable para las madres, por ahora sólo puedo decir que el canguro cumplió, cual bolsa marsupial, con todas sus funciones y fue muy agradable.


Volví a casa tarde después de comer un sándwich en una fuente de soda , cuando llegué a casa, mi padre, Viviana y Carlo hacían guardia frente a la puerta. La cara de pocos amigos que tenían no necesito gran explicación y aunque trate de evitar responderles, en algún minuto me enfurecí y los eche a todos de la casa, porque después de quince minutos de escuchar pacientemente sus quejas uno a uno, me aburrí de no poder hacer nada para que entendieran que era mi primer día de madre que me sentía fabulosamente y que no tenía intención de pedirles disculpas por sus miedos infundados y problemas personales, que argumentaban había creado yo con mi falta de respuesta a las llamadas a mi celular.


Deje a mi Maura en su cuna profundamente dormida, mientras que iba al baño, y no fue hasta que salí del baño que escuche a Laila hablando con la pequeña.


"Laila, no quiero ser grosera, pero por favor comienza a avisar tus visitas, idealmente tocando la puerta de la entrada y esperando a que te abra la puerta."

"Vamos, no digas que no estas feliz de verme, se que soy la única persona con la que puedes hablar sin reparos de porque se te ocurrió hacer una paseo tan grande recién salida del hospital y sin responderle el celular a nadie... Solo yo entiendo tu entusiasmo por la vida que tienes."


No dije nada, francamente no se me había ocurrido lo que decía, pero algo de verdad había en lo que decía, Maura seguía profundamente dormida, yo mire a Laila y no pude evitar contarle todo lo que había visto y sentido, desde que salimos hasta poco antes de regresar.


Estaba feliz, mi alegría se podía ver en mis ojos, no tenía cáncer, podría vivir años de años, podría criar a mi hija, podría verla caminar, podría verla hacer cosas, podría.... tantas cosas que no me importaba lo que mi gente alegara, este era el mejor momento de mi vida, porque podía simplemente vivirla y quería hacerlo olvidando todo lo que me alegaban, que salí ayer del hospital, que el alta es con reposo relativo en casa y que debía esperar a tener el alta completa para desaparecerme un día de paseo sin preocuparlos. Lo sé, estoy siendo egoísta, aún así voy a continuar, no quiero volver a posponerme por nada del mundo.


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