sábado, 4 de mayo de 2013

Estas en mi vida (P26)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


“Me querías ver?”
“Si…”
“No es buena idea, debes volver a casa y descansar, la noche se hizo para dormir”- respondió, recordándome la frase que le solía decir cuando a las dos de la mañana me quedaba irremediablemente dormida.
“Lo sé, pero no logro conciliar el sueño, necesito que me expliques lo que dijo Laila.”
“Cariño - dijo sacándome un mechón de pelo que revoloteaba por mi cara- no hay nada que explicar.”
“Julián, cuando aprendí de tu mundo y de sus detalles te demostré que podías confiar en mí, he guardado tu secreto con recelo, nunca he tenido la intención de criticar nada de lo que has decidido, pese a que la última de tus decisiones debiste tomarla con migo, pero esto… no, yo necesito saber qué es lo que se supone nos une o nos separa y que rayos es lo cierto de lo que ella dice.”

Miro alrededor escuchando a lo lejos los pasos de una pareja de enamorados que se besaban y reían. Descendimos hasta el suelo del edificio, no había nadie, ni vagos, ni nadie que nos escuchara, aun así Julián susurraba cerca de mi oído.

“Lo único que Laila omitió es que para concretar el lazo entre nosotros tiene que haber un sentimiento puro de amistad, ese sentimiento es analizado por dos observadores y si es corroborado, el lazo se puede realizar y debes estar de acuerdo, a menos que sea para salvarte la vida… ese fue el resquicio que utilice yo, la ceremonia dura dos noches y tres soles, cuando el tiempo concluye una pitonisa revisa el futuro de la pareja y luego de explicar los posibles caminos, el vampiro debe tomar una postura y seguirla hasta el final…”
“La noche que llegaste preguntándome si te amaba… la noche… esa fue la última noche -el asintió con la cabeza y yo no pude evitar un recuerdo amargo venir a mi memoria- pero tu dijiste que habías ido a verla porque querías saber si estaría bien…”
“Sólo era una mentira piadosa. Lo cierto es que habían varias posibilidades para nuestro futuro juntos, pero en la que más feliz lograrías ser es en esta que estás viviendo ahora…”
“Cobarde!”- le grité con lágrimas en los ojos.
“No… yo solo deseo verte feliz.”
“Cobarde! -volví a gritarle y me alejé de él- porque no me dijiste la verdad... que más has callado?”

Julián miro el suelo, yo me acerque y le obligue a mirarme, el trato de evadirme pero esta vez no sería como otras veces, él no se iría dejándome con las ideas inconclusas, el tendría que escuchar lo que me pasa.

“Podrías haberme dicho la verdad desde siempre, podrías haberme dicho que ahora tendía un modo de saber lo que veía y lo que sentía, que nuestro ‘nuevo’ lazo implicaba saber lo que había en el corazón del otro. Y cuando vi a Carlo no era mi corazón el que se partía en dos, era el tuyo, porque se estaba cumpliendo la predicción y no hiciste nada, hiciste una declaración absurda de amor… trataste de hacerme creer que yo estaba terminando contigo, cuando manipulaste todo desde un comienzo, porque muy a tu pesar ¿Quieres verme feliz?... eres un cobarde, no te atreves a vivir la vida como corresponde, no quieres salir herido y tratas de endosarme la responsabilidad… tu desapareciste, tú me dejaste sola con Carlo en mi casa…”
“No. Tú lo invitaste a quedarse… yo sólo lo traje a Chile.”
“Ha… claro eso te exime de culpa… cobarde… porque no me dijiste desde un comienzo toda la verdad, acaso no creías que mis sentimientos hacia ti eran importantes?..." -volteé indignada.

Quise elevarme, pero él me abrazaba mientras que lo único que pensaba era en que si me detenía un segundo más, voltearía y olvidaría todo, porque su aroma me estaba envolviendo, sus presencia estaba generando ese efecto meloso que me hacía olvidar incluso lo que estaba pensando, los segundos de lucha interna yo tenía que escaparme, no podía ceder y sin embargo no quería irme…

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