'Tenemos que hablar' -te digo.
'Si tenemos que hablar'
Pero seguimos viendo tele.
'Tenemos que replantearnos las cosas'
Comienzas a hablas, haciendo un recuento de nuestra ultima semana y un paralelo entro lo que pasó y lo que quería hacer, entre lo que conseguiste y trato de rebatir, pero nos enfrascamos en una absurdo punto a punto... que termina con un 'déjame hablar' que acepto, porque aunque estoy complicada, quiero escucharte. Y mientras hablas, no puedo evitar poner caras, asentir o taparme la cara, te escucho mientras que hablas pero se me seca la garganta, miro el cubrecamas y las manos se tensan, trato de pensar en cómo
decirte esto sin terminar de romperme en pedazos, pero no veo el modo y a pesar
de que te quiero escuchar, créeme no entiendo porque estas diciendo esto, hablas
de nosotros… nosotros, donde estábamos nosotros? Se me contrae la mandíbula y
me cuesta comentar, retengo las palabras en mi garganta aunque quiero gritar… y
cuando me preguntas que quiero yo, te respondo tratando de contener mis emociones
‘¡quiero una pareja!’.
Claro que no es mi respuesta lo que te descoloca, cambiando tu rostro de clama a uno de alerta, sino el modo en que te lo digo, con la mandíbula
apretada, con ira en la voz, en un grito ahogado…
‘Quiero
una pareja’… -repito llorando.
Me
miras y sabes que hay algo que está mal, se viene una serie de emociones que tratas
de controlar en tu rostro.
¿Qué
te da rabia?...- preguntas finalmente mirándome a los ojos, buscando mi mirada.
Que
me da rabia, ¿en serio eso preguntas?- pienso con más pena que rabia tratando
de no soltar lo último que me queda sin resquebrajar mi lado triste y no lo
consigo, empiezo a llorar porque no entiendo porque no lo sabes, no entiendo
porque no lo puedes ver y me repites que si estoy calmada, que creías que
estaría calmada ahora y por eso quieres hablar… calmada… que tiene que ver la
calma...
‘No tengo rabia, tengo
pena…- te explico
'pena de que?'
Y te miro mientras que desarmo mi juego por ultima vez.
'Tengo pena, porque tengo que terminar contigo, tengo pena
porque esto me da pena y si a ti no te da pena no es problema mío, a mí me da
pena terminar, estoy calmada sólo que tengo pena, por eso lloro.’- y después de
eso suspiro con alivio, ya te lo dije, lo que viene ahora va a doler un poco
más, pero por lo menos fui capaz de decirte lo que he estado tratando de
decirte hace unos días, tenemos que terminar.
Hablamos,
hablamos y hablo yo un buen rato, hablas tu otro poco, hablo yo sobre lo que
veo y no veo, reclamas que no es justo, argumento que no tiene nada que ver, te
discuto del tiempo, de lo que hemos concedido, de lo que hemos logrado, que
esta con todas sus cosas es una relación de pareja, pero me miras desde tu rincón
en absoluto silencio, con la mirada de quien no quiere asumir que lo que está
diciendo la otra persona es válido, y al final cansada, lo único que quiero es
que rebatas, que me argumentes que estoy equivocada, que me hagas creer que te
importa un poco todo esto y que me hagas entender que te importo suficiente
como para rebatirme los argumentos, con lo que sea, pero no rebates, no
discutes, solo escuchas no tengo idea de tu versión de la historio… de pronto
algo dices y me pregunto si en es en serio, y luego sigue tratando de enumerar un
sinfín de cosas en la que no solo concedí mi tiempo, espacio y esfuerzo, por
nosotros sino que deje de lado todo y que nunca hiciste algo así y nos
enfrascamos en un “dame un ejemplo” y te repito una y otra vez “No hay ninguno”,
porque nunca hiciste nada poniéndonos a nosotros primero, luego callas enojado
con migo, y cuando al fin hablas…nada de lo que dices es para que detenga la sentencia
de termino, nada… vuelvo a colapsar y tu en silencio, no vas a argumentar, ya
no lo espero, no lo aras, estas demasiado … metido en ti mismo como para querer
siquiera reclamarme…
Estoy
agotada, no tengo más excusas, no tengo nada más que decirte, cansada de
esperar que hagas algo para evitar que este sea el resultado, porque no sabes
lo que quieres? O algo así… porque quiere tiempo, bien tienes todo el tiempo
del mundo, te lo regalo… pero yo no voy a estar contigo, no puedo acompañarte
más es hora de que vele por mí. Te levantas y hablas me miras enojado, hablas
desde la rabia ‘yo sabía que esto lo iba a ser así, yo sabía que…’
Francamente
no sé qué decirte… me acerco, pero te alejas, topas con la pared y me acerco
hasta quedar con mi rostro en tu pecho, suspiro hondo, en mi cabeza se
desaparecen todas las dudas, te quiero y te quiero con migo, pero no puedo
decirte nada ya, tengo mis manos atrapadas en mis pantalones si las suelto no
te voy a dejar ir… estoy cansada… te quiero y tú solo me dejas allí, no me
tocas, levantas los brazos como si yo te estuviera obligando a soportarme un
segundo antes de que yo suelte mis manos… me duele, eso me duele, como me ha
dolido durante toda la argumentación que no seas capaz de decirme que estoy
equivocada y que esto no es lo que tenemos que hacer, que deberíamos esperar
darle tiempo al tiempo, o alguna cosa similar. Y retrocedo volviendo mis
pulgares a los bolsillos del pantalón, estoy vencida.
‘Si
no eres capaz de abrazarme, mejor vete… yo, ya no voy a pelear más por esto? -digo
agotada.
Me miras
con esa misma ira contenida que te caracteriza cuando estas molesto, solo me
miras indignado, sobre pasado, esgrimes algo que no termino de entender si me
lo dices a mi o alguien más, porque para variar me parece que esta conversación
te trae recuerdos de otra y respondo por automático algo hiriente cuando veo la
oportunidad porque estoy herida…
“Yo
ya no voy a pelear más por esto?“-repito francamente vencida.
Das
media vuelta diciendo algo que no alcanzo a retener en mi memoria porque estoy
vencida, y me levanto lentamente tratando de rearmarme y de no salir corriendo detrás
de él, cierro el pestillo de la puerta y vuelvo a mi cama, me pongo el pijama y
mientras trato de conciliar el sueño lloro, no puedo evitarlo siento que todo
en mi está partiéndose en pedazos, repaso mis dudas y lo único que me
encantaría saber, sólo para cerrar el cuadro es: ‘que era lo que tu querías de mi’…
me desvelo, y como un bebe me quedo dormida llorando.
Durante
la noche, no puede evitar soñar contigo, mi cerebro no ha procesado que
terminamos o mi subconsciente quiere contarme otra cosa, y sueño cosas que no
entiendo, cosas que no logro explicar, sueño nuestra casa, sueño nuestra vida,
momentos… despierto por automático, con la sensación de que no está todo dicho,
pero lo cierto es que no tengo esperanzas y como en otras circunstancias, me levanto
tratando de dejarte ir, tratando de desprenderme de la necesidad de salir
corriendo a buscarte, llamarte o que se yo, mi conciencia me devuelve a mi
rutina donde mi día bueno, malo o mediano ya no te incluye y por lo mismo, no tengo
nada que esperar… aunque mi subconsciente me lance imágenes que me digan lo
contrario, tengo que levantarme y seguir.
Mk.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario