martes, 2 de abril de 2013

Estas en mi vida (P07)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


El alba estaba cerca, los cambios de la mañana los ruidos de los pájaros al despertar, las primeras personas en la calle y desee que se quedara, desee tenerlo más tiempo junto a mí, una especie de angustia por saber que se iría se empezó a apoderar de mí, que está pasando con migo, hace unos días que sólo deseo tenerlo a mi lado.
“Quédate”, le susurré al oído.
El sonrió y me beso con calma la frente, las mejillas y el cuello.
“Te amo”, dijo por respuesta
Te amo, me acaba de decir te amo, esta era la primera vez que lo decía y yo… me quedé en blanco, lo mire y luego de ver a sonreír sólo repetí:
“Quédate con migo.”
Me miró directo a los ojos, y en un segundo estaba cerrando las cortinas de mi pieza, cerrando la puerta con llave y revisando el entorno, mi casa de Santiago es de un piso, y es silenciosa considerando que estamos en la capital.
“Promete que no dejaras que él sol entre por la ventana, y que no dejaras que nada me pase”
“Lo prometo.”
Luego moviendo unas tablas del piso, me enseño una puerta que había bajo la alfombra. Esto era completamente nuevo para mí, lo miré tratando de entender en que minuto se instaló esa puerta que yo no recordaba. Abrió la puerta y respiro hondo, un olor particular a tierra fresca y agua salió del agujero. Me asomé a mirar y no vi gran cosa, había un espacio del tamaño de una persona excavado en la tierra.
“Hace cuanto tiempo que esta ese hueco aquí?”.
“Lo hice cuando compraste la casa, pero no sabía si lo usaría alguna vez, normalmente te dejo durante el día para que retomes parte de tu vida humana.”
“Que se supone que haga?”
“Estaremos juntos hasta las doce después tengo que dormir por lo menos tres horas y luego podré salir para estar contigo.”
“ A esto te referías cuando decías que tenías que hacer los arreglos para quedarte en casa?”
“Sí, claro que en tu casa de Valparaíso mi escondite está en el techo, este me gusta más porque es más fresco, ya lo he probado.”

Esto no me agrada tanto, ¿por qué Julián se creó estos escondites y sin preguntar nada?, Este hombre llega por accidente, me cambia la vida, me hace vivir de otro modo y ahora me dice que además se toma atribuciones para poder estar más cerca de mí, comienzo a sentirme un poco invadida, pero por otro lado, estoy tan contenta que ni siquiera me he dado cuenta que no he salido a la calle en los últimos cinco días.

Julián que ha estado mirándome mientras que yo vuelo de espaldas, se acerca y me besa, luego de unos minutos me pregunto que más podría pasar, ya es una constante que cuando todo está demasiado bien en mi vida, o por lo menos tranquilo, algo malo pasa y todo se vuelve a replantear.
“No vas a decir nada?”
“Sobre qué?”- respondo haciéndome la inocente.
Julián me mira, jugando con mi pelo, se acerca y me besa, lo dejo acercarse pero en un punto me escabullo hacia abajo, él se extraña, vuelve a acercarse y me vuelvo a escabullir por algún lado, el empieza a cambiar su cara, mi ánimo de juego no es igual al suyo, mi ánimo de reírme de la vida parece no concordar con su desesperado intento por atraparme.
“Sobre lo que te acabo de contar, que tengo un lugar para resguardarme del día en tus casas de los que no tenía idea”
“Ha, yo creía que me estaba preguntando por que no te he dicho nada después de que me dijiste ‘te amo’.” y me reí.
Julián quedo desconcertado, no había leído mi mente, no tenía idea en que estaba pensando, y si es que algo sabía se había quedado atrás en el hilo conductor de mis emociones. Sonreí satisfecha y lo besé, ahora era yo quien jugaba con su pelo de costado mientras el volaba, pero él no se escapó de mí, no quiso jugar, el trato de relajarse y sonreír.
“Eres excepcional”- dijo en un tono que parecía decir estoy realmente sorprendido contigo.
Que querrá decir este vampiro con tanto cumplido… de pronto recordé la primera noche que volamos juntos, cuando lo besé por primera vez, como yo había estado preparándome para decirle que no lo vería nunca más y él me dijo que yo me estaba enamorando de él, recordé que dijo que las humanas teníamos poca resistencia a ellos… y de pronto me pregunté qué significaba exactamente eso, que resistencia hay que tener y porque yo no la tengo. Julián sintonizó mis pensamientos y empezó a hablar, me contó sobre su primer amor, una chica que conoció cuando aún era un ser humano, la historias completamente inocente de dos chicos de veinte años, que sueñan con casarse y tener hijos, pero ella había muerto cuando un grupo de rebeldes había atacado su aldea, Julián no recordaba el año exacto de esa revuelta como tampoco era capaz de recordar en que año estamos, para él la vida se había vuelto una larga suma de días y noches, de recorrer y de aprender, pero nunca había olvidado el rostro de la chica y el dolor de perderla. Una vez vampiro, había enamorado a tantas mujeres que no tenía idea del número total, pero solo las enamoraba para revivir lo que vivió con ella, la chica que amo cuando aún era humano, hasta que me conoció a mí.
En ese minuto se detuvo, me miro y aunque un poco cohibido continúo hablando, había enamorado a mujeres maduras y adolescentes, había estado en tantos países y en tantas épocas, pero para el todo desaparecía cuando estaba con migo, sentía que en sus manos había un luz de esperanza para él, amarme lo dejaba en un éxtasis que no conocía y por una parte se sentía completamente tranquilo, hasta que lo asaltaba la interrogante de perderme  que lo hacía olvidar el control sobre sí mismo.
“… no había querido probar tu sangre, tenía miedo a que al probarla la sensación que me da estar contigo se desvaneciera, mi padre decía que sólo sabría si te amaba cuando la probara, él dice que la unión más perfecta se da cuando uno prueba la sangre del amado, pero a mí nunca me ha terminado de gustar el probar sangre humana, las emociones que contiene, los recuerdos que uno adquiere, se mezclan con la vida propia, por eso no me gusta, uno se vuelve parte de la otra persona de un modo que… puedes olvidar cuál es tu vida real… pero cuando sentí tu corazón, algo en mí se movió más rápido, con más fuerza y cuando la saboree, tu amor fluyo por mí…no pude controlarlo, bebí de ti incluso aunque estaba satisfecho y te percibía envolviéndome… no sé cómo más explicarlo amor, no lo sé y hoy cuando me dijiste quédate, supe que era tiempo de decirte lo que siento hace ya tiempo, que te amo.”

Me ama. El me ama, a mí, de verdad lo dijo sin que lo presionara sin que lo dijera yo primero… que significaba que yo no lo hubiera dicho primero, era malo?... cerré los ojos, recordé la primera noche que me hizo sentir diferente hace cerca de un mes, recordé la noche que salimos por Valparaíso a caminar y que me pareció que éramos una pareja de lo más normal del mundo, de lo cómoda que me sentí con el cuándo caminábamos por la bahía, y de una lista interminable de cosas que lo hacían perfecto en tantos sentidos que me asustaba.
Pero que ya no me asustaba, me maravillaba y a veces me dejaba sin palabras, pero no me asustaba. Sus manos se posaron en mi rostro, su boca beso la mía, abrí los ojos y lo vi con sus ojos cerrados deseando que le respondiera y quise decirle algo, pero me interrumpí antes de articular la palabra. Lo cierto es que yo nunca he querido a nadie como a él, y no sabía si eso significaba que lo amaba, solo sabía que era diferente.

El sol comenzó a salir y Julián pareció débil y frágil, su cuerpo de mármol y su temperatura fría se volvieron más fríos y pesados, como si la magia que lo envolvía se debilitara, la voz se le volvió más grave, contenida, recodaba los mitos y me preguntaba cuáles serían los mitos ciertos, este sería el primer día que pasaríamos juntos.

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