La
semana de altos y bajos, la mirada de Carlo preocupado por mi abrupto cambio
con los hermanos de Laila y las preguntas de Maura sobre Federic, me hicieron
estallar el viernes por la tarde y la respuesta a mis lágrimas llego de parte
de Julián…
“¿Cómo
llegaste hasta aquí?”- dije todavía llorando por haberle gritado a mi hija
“Estaba
en la otra dimensión, Laila me contó lo que pasó hace un mes y medio, así que
vine para cuidarte, si bien le prohibiste a ellos estar cuidándote, no dijiste
nada respecto a mí.”
“Tú
eres…- dije entre lágrimas- un manipulador, que rayos no entienden ustedes los
vampiros de lo que digo… no quiero a nadie en la otra dimensión!- grité con
rabia-... déjenme en paz por favor”- continúe con un la voz rota por los
gritos.
“Primero
cálmate, ven con migo- dijo tomándome por la cintura y llevándome hasta la
silla más cercana- y ahora bebe esto".-dijo con un vaso de agua en la mano.
“No
quiero- dije aun molesta- vete…”
“Bébelo
y hablemos un poco me iré en cuanto te calmes.”
Lo
miré desafiante, porque no se iba, que rallos tenía en su cabeza que no
entendía una simple petición, bebí el agua y me comencé a tranquilizar, mi hija
estaba en sus brazos y lo miraba con curiosidad, el parecido entre Carlo y
Julián era tan grande, el color de su pelo, su modo de habar, incluso el tono
de su voz era similar, así que mi hija creyó primero que era su padre, hasta que la
tomo en brazos, tal vez fue su aroma o el hecho de que no la llamara “mi pequeña
princesa” cuando la tuvo sobre sus brazos, el caso es que algo hizo que mi hija supiera
que no era su padre y que le llamara la atención su parecido así que lo miraba con total interés. tomé el baso y bebí un poco, todo
regreso a la calma, logre centrar mis ideas, sentir mis miedos y calmar mi ira,
miré a Julián que seguía mirándome a la espera de que me calmara.
“Ya
estoy más tranquila. -dije secando mis lagrimas- ¿que le echaste al agua?”
“Solo
un poco de pasiflora.”
“Para
la próxima, mezclara con manzanilla el efecto es más lento, pero dura más
tiempo- le dije recordando lo que Laila me había enseñado sobre plantas-,
porque entraste a mi casa sin anunciarte?”
“Te
vi salir de tus casillas y solo actué…”
“No
quiero a nadie en la otra dimensión, si vuelvo a saber que hay alguien
bloquearé mi casa en esta y en la otra dimensión, avísale a Laila que no los
quiero cerca, a “NADIE”… ha sido suficiente de ustedes en mi vida por un buen
rato.”
“Estas
exagerando...”- comenzó a decir Julián y los tres golpes en la puerta nos
distrajeron.
Me
levanté y miré por el ojo de la puerta, Viviana y su hija estaban del otro
lado, por un segundo pensé en no abrir, pero simplemente tome la manilla, la gire
y salude a mi hermana, tratando de esbozar una sonrisa, ellos entraron y maura
corrió a saludar a su prima, tomadas de las manos se fueron a jugar al cuarto
de mi hija.
“Como
estas?”- preguntó Viviana mirándome a los ojos, que probablemente tenia rojos
por el llanto.
“Bien.
He estado mejor, pero hoy…”
Ambas
entramos a la cocina y para mi sorpresa Julián seguía allí, lo miré y tratando
de borrarlo imaginariamente de mi cocina, pero él se levantó, sonrió a Viviana y
volvió a su puesto en donde tenía una taza de café…
“¿Cuándo
legaste a Valparaíso?- dijo Viviana, a quien le había dicho que Julián se había
ido a vivir a Buenos Aires, por su empresa.
“Hace
una semana- respondió- veo que tu hija esta grande. Como está tu vida de
Casas?”
“Bien,
Pablo está postulando a un ascenso en la empresa, ha sido interesante casarse,
podrías practicarlo alguna vez tu”- el comentario asido no hizo mella en la
sonrisa de Julián.
“Quien
te dijo que yo nunca he estado casado?”- respondió el divertido.
“Ha,
yo creía que…-Viviana se vio pillada en su propia trampa y yo me molesté con él
que ahora disfrutaba de la encrucijada.
“Tu
hermana no fue mi primera relación en la vida, y tampoco tiene porque ser la
última.”- respondió seriamente y algo de lo que dijo me dolió.
“Claro,
no tengo porque ser tu ultima relación, pero no es necesario hablar de esos
temas. Viviana está felizmente casada, Caro y yo estamos juntos y tenemos
planes de casarnos - cuando dije esto, otra vez me dolió algo en el corazón- y
ahora solo faltas tú Julián.
Los
tres nos quedamos en silencio mientras que Viviana se preparaban café y yo
recogía unos paños de platos que había tirado en el suelo, cuando había
estallado en ira porque mi pequeña había preguntaba por Frederic como por novena vez en la
tarde.
“Bueno,
ahora que sé que están bien y que tu hija es realmente grande y hermosa, me
retiro. Gracias por el Café y la compañía”-Julián se levantó, se acercó a mí y
me abrazo.
Los
largos segundos de su abrazo, terminaron de disolver mi rencor con los
vampiros, lo rodee con los brazos y sentí que se suavizaba mi dolor y una
mezcla de calor de se formaba en mi pecho, luego se acercó a Viviana, la beso
en la mejilla, ambos salimos al pasillo lo miré a los ojos con un poco de
vergüenza por la rabieta que me había visto hacerle a Maura y mi mala reacción
y luego de otro abrazo extraño me beso la frente y abriendo la puerta se fue
dejándome parada frente a esta, sin saber que decir. Un par de segundos más
tarde reaccioné y regresé con mi hermana. La tarde en casa con mi sobrina y mi
hija haciendo juegos hasta con las cucharas para comer, menos mal que no con la
comida, fue agradable.
A
las seis, llegó Carlo de la oficina y dejando el maletín en la puerta nos fue a
hacer compañía, yo preparaba un pastel de manzana y Viviana calentaba la cena
de su hija y la mía, en el microondas. El resto de la noche, la alegría y las
risas, Carlo y las anécdotas con la fotocopiadora, todo en esa calma familiar
que extrañaba, así que para la noche cuando Maura dormía profundamente,
Viviana y su hija habían tomado rumbo a su casa y Carlo se estaba acomodando
junto a mí en la cama, me pregunté si debía o no contarle que Julián estuvo en
casa… y cuando me di cuenta que estaba pensando esto, simplemente le dije.
“Julián
estuvo hoy en casa”- dije de un tirón.
Para
mi sorpresa pareció no importarle.
“Lo
sé, fue a mi oficina hace una semana, quería saber cómo estabas y me pidió
permiso para venir a la casa.”
Me
levanté y lo miré a los ojos extrañada.
“Por
qué no me dijiste que estaba en Chile?”
“No
lo creí importante- dijo en tono suave- después de cómo se fue de nuestras
vidas y lo poco que te importa realmente, no le di importancia. Han pasado
cuanto… dos años y medios? Tal vez más tiempo y ni tu, ni yo volvimos a hablar
de él, o a saber de él. Supuse que no era relevante, además que querías que te
contara, que me pidió permiso para verte y que le dije que sí?... qué más da
que le diga yo, si lo que importaba era lo que dijeras tú y no tuve tiempo de
comentarte nada, durante el fin de semana, así que esperé a que apareciera, y
que tu decidieras que hacer… como siempre ha sido.”
“Mmm…
fue raro, vino en la tarde poco antes de que llegara Viviana, solo se tomó un
café y se fue, se veía distinto…”- le dije mirando a la ventana.
“¿Cómo
distinto?”
“No
lo sé, realmente me tomo por sorpresa que viniera, ya sabes que estuvimos
juntos cinco años y no terminamos de un día para otro, me costó mucho sacarlo
de mi vida, tanto como admitir que era tú con quien quería una relación… Julián
siempre va a tener un lugar en mi historia, no puedo borrar lo que vivimos
juntos, pero ahora se veía diferente de cómo lo recordaba, sabes qué fue lo más
extraño- el asintió con la cabeza-… Maura creyó que eras tú y cuando la tomo en
brazos le dijo ¿Tu no papá… tu quién?’ y él se presentó…”
“No
me parece gracioso, nosotros no nos parecemos tanto.”
“Emocionalmente
no, pero físicamente si, se parecen mucho.”
“Déjalo
mejor…”
“No
te puedes molestar por algo que deberías tener claro, nos conocimos porque el
parecido que tiene ustedes… o no te acuerdas como te conocí en Madrid?”
Carlo
se sentó en la cama y me miró a los ojos, un poco molesto y otro poco
divertido, luego dijo algo que me desarmo.
“Estas
diciendo que me confundirías con Julián?”
“No
jamás… tu aroma es diferente, tus besos- dije besándolo- tus manos y la
sensación que me dan- dije tomando su mano y llevándola a mi pecho- todo en ti
es diferente de él… pero a golpe de vista se parecen mucho y es claro que uno
puede confundirlos a simple viste- dije mirando otra vez a los ojos-, pero
esto- lo besé con fuerza-, no hay como superarlo.”- le dije volviendo a besarle y
acercando mi mano a su entrepierna.
Carlo
de rió un poco y luego me besó con pasión, sus manos recorrieron mi cuerpo, el
rose apretado de sus cuerpo contra mi pecho, subió su mano llegando hasta mi
cara para sacar mi pelo que estaba revuelto y mirarme a los ojos con esa chispa
de lujuria que conocía tan bien, me desnudó en un segundo, me miro como si
estuviera mirándome por primera vez y luego comenzó a besarme lentamente por el
pecho y bajando hasta mi ombligo, donde levantó la vista para sin decir nada,
advertirme lo que haría…
La
noche fue tan corta, que cuando amaneció estábamos recién quedándonos dormidos,
me sentía tan viva, tan feliz, lo había dejado ser, no le había pedido nada y
lo había recorrido como si nunca hubiera visto su cuerpo, porque me gustaba esa
sensación de que todo era posible, recorrer su espalda a besos, mientras que
descansaba a mi lado exhausto, sentirlo despertar otra vez con esa pasión
desbordante, y volver al éxtasis... que no había nada más en mi cabeza que
nosotros.
Mi
hija estaba acostada a mi lado cuando desperté, tenía su mamadera y al parecer
en algún minuto me puse el pijama, aunque la verdad no lo recordaba. La voz dulce
de la pequeña, contándome algo que no lograba procesar porque estaba muy
dormida y Carlo entrando con la bandeja del desayuno, solo sonreí, mirando
a mi familia.
La
mañana en la cama y el medio día organizando una salida al aire libre, para
finalmente salir cerca de las cuatro de la tarde con un sol tibio hasta la
playa en Con-Con, la tarde de arena, juegos en la playa y risas me devolvió la
fe en mi vida, Carlo se bañó en el mar y eso es un gran avance… el agua en las
costas de mi país es tan fría que hay que tener valor para meterse al agua, y
claro yo figuraba metida hasta las rodillas con Maura en brazos y el que no
asomaba más que la punta del pie y se devolvía, hasta que salió corriendo y me
metio de lleno, lo que me hizo reír y cuando llego hasta donde estábamos
nosotras mojado y helado, me abrazo dándome un beso con sabor a sal y
haciéndome tiritar de frío Regresamos a casa con Maura durmiendo y realmente
agotados, creo que me quedé dormida cuando apoye mi cabeza en la almohada, o
tal vez antes.
El
domingo fue igual de divertido, sólo que esta vez fuimos al parque, donde Maura
aprendió al fin a columpiarse solita y mientras movía sus piernas adelante y
atrás, me sentí orgullosa de que pequeña fuera tan grande. Ya a eso de las seis
fuimos a comer helados y claro yo termine dejando el mío y comiéndome el de mi
hija antes que ella se terminara de manchar toda la ropa, Carlo tomo tantas
fotos que cuando llegamos a casa, mientras revisaba que todo estuviera bien,
selecciono un par para mandarlas a agrandar, en su computadora.
Cuando
entro a la pieza, lo miré con gusto, se acercó a mi lentamente, con sus baros a
los lados, mirándome como si estuviera atravesándome con la mirada, camino
hasta mí y me besó con esa dulzura suya que es previa al deseo, esa sensación
de que quiere derretirme en sus manos, y yo lo bese mientras que mis manos
recorrían su espalda, su pecho, sus brazos y el botón de su pantalón…
Lo
amé, lo amé lentamente y fui suya, suya por completo, nos quedamos dormidos desnudos
y despertamos con el sonido del despertador. El lunes y sus cosas nos
separaban, mientras que en mi pecho seguía esa sensación de calma que me decía
que cuando llegara, después de terminar las tareas del día y las de padres
seríamos otra vez pareja, otra vez hombre y mujer. Pero
mi día recién comenzaba y sus rarezas también.
Estaba en la cocina después de
haber dejado a Maura en el Jardín de niños y alguien toco la puerta de la
cocina. Como era obvio que estaba en la otra dimensión, supe que debía ser un
vampiro.
“Adelante.”-
respondí sin voltearme y el vampiro ingreso a mi cocina, cuando voltee a ver quién
era me quedé sin palabras.
“Hola-
dijo en esa voz que parecía seducir y que me provocaba la necesidad de seguir
escuchando- quería hablar contigo- termino de decir Federic.
“Bien,
habla”- respondí aun aturdida por su voz y esa sensación.
“Ha
pasado tiempo y hemos tratado de cumplir lo que has pedido, pero me temo que llego
la hora de volver a protegerte desde la otra dimensión, así que quería pedir tu
permiso para hacerlo.”
Lo
miré y reconocí en su tono preocupación.
“A
que te refieres con que ha llegado la hora de protegerme? Protegerme de que?”.
“Es
complicado, pero está en tus predicciones y es mejor que no sepas todo, o tal
vez que las leas tu misma, para que saques tus propias conclusiones, sólo te
puedo decir que ha llegado la hora de hacerlo y que quiero tu permiso para
estar desde el otro lado cuidándolas.”
“Te
refieres a mí y Maura… Federic, creo que todavía he logrado aceptar lo que he
visto, se supone que tú te enamoras de mi hija y cuando ella sea mayor la vas a
volver vampiro?”
“No
yo ya amo a tu hija, solo que ella es una pequeña y debe vivir, debe volverse
mujer y vivir cosas que aún no ha vivido, debe estar dispuesta a amarme como
soy, solo así, pensaría en volverla vampiro, antes jamás.”- declaro enfáticamente.”
“Y
que te hace creer que yo estoy de acuerdo en que tu vayas a tener una futura relación
con ella, tú de entre todas las posibilidades- dije levantándome de mi silla
molesta- tu un vampiro. Es una niña su destino no está escrito, yo predije
algo, pero no implica que sucederá, solo que existe la posibilidad, y eso
deberías saberlo mejor que yo, porque crees que mi hija se va a enamorar de ti?”
“Porque
lo siento”- respondió mirando sus manos sobre la mesa.
“Lo
lamento, si de mí depende no volverás a acercarte a ella, así tenga que usar la
magia en tu contra, entiéndeme es mi hija, el ser que más amo en este mundo, mi
descendencia, yo la quiero ver feliz, con familia, sufriendo por cosas
normales, no por vampiros, menos por la lucha entre el día y la noche, mucho menos
por una vida que ni siquiera yo escogería.”
“Ese
es tu problema, tu escogiste esta vida, dar vuelta la espalda al amor de Julián
y a la posibilidad de una eternidad con él, tu quisiste envejecer junto a Carlo
y ahora que no vas a envejecer, eres inmortal, que vas a hacer cuando tus vis-nietos
te vean y vean a una mujer más joven que sus madres?... qué?... eres una hipócrita,
quisiste creer que mi inmortalidad era un problema, pues mira la tuya.”
“Valido,
no voy a envejecer, pero cuando accedí a esta locura era eso o la muerte, y
dejar a Maura sin madre, realmente consideras que es hipocresía? No seas
infantil a tus cuantos cuatro mil años, no has aprendido que lo mejor para un
niño es vivir con su madre?”
“Pero
igual eres inmortal”
“Si
una inmortal que tiene un corazón débil, lo recuerdas? Todavía puedo morir,
sólo no voy a envejecer… pero Federic… yo no le di la vuelta al amor de Julián,
por si no has escuchado la historia, quien trajo a Carlo y se fue de mi vida,
fue. Julián ya sabía que iba a pasar, cuando supe que estaba embarazada de
Maura, el regresó y no para quedarse, solo para disfrutar de que cumplía mi
deseo de ser madre, ni siquiera se le ocurrió que yo podía estar pensando ser
vampiro para estar con él… no él quiso hacer las cosas y dejar a un lado lo que
yo quería, solo lo que el entendía que querría en la vida, él mato mi amor… yo…
hice todo lo que puede por amarlo… pero ya no pude más… tanta manipulación,
tanto secreto… no pude más y cuando decidí estar con Carlo, después de que
aguantó todos mis desaires, toda la incertidumbre, lo hice consiente de lo
quería nada más, pero el cariño se puede volver amor y Carlo tuvo la paciencia
de esperar a que lo amara, y ahora lo amo, tanto o más de lo que amé a Julián,
y créemelo eso no se puede hacer por arte de magia, eso de construye, se
cultiva, se vive.”
Federic
me miro con un poco de celos y luego se levantó, se acercó a mí y se arrodilló
en el suelo.
“Por
favor, déjame cuidar de ti y tu hija- rogo-, no podría perdonarme que algo les
sucediera.”
Lo
miré desconcertada, un vampiro rogando…esto sí que parece ciencia ficción… Pero
solo me acerque y lo levanté por los hombros.
“Si
es tan importante para ti, puedes hacerlo, no me molesta que estén en la otra dimensión,
y recuerda que si quieren venir a esta tienen que avisar. Sólo no lo hagan
todos juntos y dile a Laila que aún no los he perdonado, pero creo que tal vez
hay verdad en tus palabras y me da miedo ser demasiado orgullosa para aceptar
su ayuda. Ahora por favor vete, quiero volver a mis cosas.”
Federic
se levantó con una sonrisa leve en el rostro, la verdad es que me sentía
incomoda con tanta parafernalia, y en alguna medida alagada, en el fondo de mi
cabeza estaba la frase de Federic :“ha llegado la hora de protegerlas”…
protegernos?… de que?...
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