miércoles, 14 de agosto de 2013

Estas en mi vida (Parte 61)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Creo que nada de lo que ha pasado llamaría la atención a simple vista, ya que básicamente son las mismas cosas de siempre, maura al jardín, Carlo llegando a casa a eso de las 6 de la tarde, visitas a casa de mis padres, visitas a casa de mi hermana, salidas al supermercado, viajes por la costa el fin de semana, una escapada con Carlo a Bailar, pintar cuadros para vender y ver el tema de la galería de arte que tenía muy botado, desde que mi hija nació… 
En fin, todas cosas cotidianas, simples y detalles muy mínimos que marcaban las posibles amenazas, tan pequeños que para cualquiera que los apuntara era una exageración, primero fue una persona en la calle, luego la sensación de que me estaban vigilando y la inevitable pregunta de si era paranoia o realidad, por lo que había dicho Federic, pero es que era algo que uno no olvida, “ha llegado la hora de protégelas”… y esos detalles que pasaban casi inadvertidos, casi invisibles me hicieron deducir el tema…

Aunque tuve ayuda de parte de mis libreta, para entender cual era el asunto y como se estaba conspirando en mi contra, todo fue extraño y demasiado simple... es que debo admitir que los vampiros tienen paciencia para planear y no tiene urgencia emocional para atacar al enemigo, así que el plan se había ido realizando a paso tan lento que era casi inevitable que cuando se concretara fuera exitoso, así que tuve que verla.

“Laila esto es… simplemente horrible.”
“Lo lamento, pero es lo que ellos quieren que suceda, debes ser consiente de que si modificas algo en tu vida, tu rutina o la de Maura, se dan a dar cuenta que sabes algo, van a cambiar el plan, para comenzando todo otra vez, debes entender que a nosotros no nos importa cuando suceda algo, sólo nos interesa que suceda… podemos pasar años planeando y si hay algo que se aprende a lo largo de nuestras vidas es que todo se puede cobrar, solo hace falta un buen plan, y además considerar sus posibles vías de escape y reajuste.”
“Laila, cuando Julián me advertía que ustedes tenían un lado oscuro, no llegue jamas a dimensionar la maldad que guardan, debo admitir que nunca jamás imagine que era podrían ser así de mordaces, oscuros y perversos, acaso la maldad de Mercurio no tiene límites?”
“No, la maldad de ninguno de nosotros tiene límites, la única manera no ser así es considerando los sentimientos de ustedes y lamentablemente Mercurio no considera jamás los sentimientos de nadie, salvo los suyos propios.”
“Tengo que admitir que esto me pone la piel de gallina.”
"El planeaba que te volvieras su vástago para castigarme a mi y a Julián por haberte invitado, ahora que no puede hacerlo, cree que podrá por lo menos contribuir a que pierdas algo tomando a Carlo... es así de simple."
"Es horrible... es realmente horrible..."

Laila se levantó y luego de despedirse cruzo a la otra dimensión, quise relajarme así que me elevé un poco y levite por casa de espaldas, era lo que siempre hacía cuando quería relajarme, así que era algo que no sospecharían, así como hablar con Laila por horas, o tomar un té en la mañana y un café por la tarde… todo lo que hacía parecía exacto a lo que siempre hice… sólo que en mi cabeza daba vueltas que si yo no me hubiera enfrentado en Colombia a los vampiros, si Laila no hubiera debido entregar su poción para soportar la luz del sol, Mercurio no tendría la posibilidad cierta de capturar a Carlo y volverlo su vástago  con la consecuencia que eso tiene... estas sometido a sus instrucciones hasta que tenga 100 años y por lo tanto vivir bajo las reglas de Mercurio por todo ese tiempo...

Mientras volaba por la sala, tenía un ojo sobre mi hombro y la inevitable sensación de persecución que me alteraba el ánimo a ratos y que controlaba repitiéndome que esta era la única manera de salvar a mi familia del posible futuro que me había planeado Mercurio, y créanme las predicciones eran atroces, mercurio se cobraría de la muerte de Luisa, la hermana de Laila y de mi invitación a la comunidad, con Carlo... mi Carlo.

Con un pincel en mano y lienzo en frente, deje a mi mano moverse por la tela formando figuras, luego pintando a groso modo, para terminar pintando los detalles de un paisaje, cuando eran la hora de ir por Maura, mi celular pito dos veces y deje todo de lado para cambiarme la ropa y salir por mi hija, la sensación de que estaba cerca el desastre se acentuaba, la cercanía con ese desastroso final era tan palpable que podía decir que iba en el recorriera el carril del costado, todo esto me distrajo y casi choco como tres veces, para cuando llegué por mi hija, la patibularia me obligo a sentarme en una silla y tomar un baso de agua con azúcar argumentando que estaba muy pálida, pero la verdad solo quería correr a casa y ver llegar a Carlo sano y salvo.
Para cuando regresamos los veinte minutos, que demoró en llegar Carlo, me aparecieron una tortura, pasaban demasiado lentos y bastó la voz de Carlo entrando por la puerta, para acelera el reloj, así que sin darme cuenta eran las dos de la mañana y yo no pegaba un ojo mirándolo, sintiéndome extrañamente nostálgica y queriendo que sus brazos nunca se fueran a despegar de mi... 
Entonces supe que no podía decirle nada a Carlo, en el segundo que le dijera que Mercurio estaba buscando vengarse de nosotros, Mercurio lo sabría y entonces buscaría un nuevo plan, uno tan elaborado como este, uno tan complejo y lento que no me diera cuenta en que momento inició y cuando se gavillaría... era mejor saber que Mercurio acunaría el día y a la hora que lo haría a la incertidumbre, porque francamente no la soportaría, ya tendría tiempo Carlo de perdonarme por haber callado y ya tendría modo de solucionar las cosas con el... pero su vida es ahora lo mas importante. 
La mañana previa a ese día fue mas difícil de lo que imagine jamas, me dolía la garganta y cuando Odette entro a mi casa, llevaba algo que me obligó a beber y que me dejó un poco aturdida, Laila llevo a Maura al jardín mientras que Odette me obligaba a salir de la casa a comprar al supermercado para poder hacer una cena como la gente, aunque ambas sabíamos que esto era solo una fachada para aparentar normalidad y no era necesario.
Volvimos al medio día con dos bolsas de ropa y las compras del supermercado, la mirada de Odette era de alegría ella no había comprado ropa nueva hace tanto tiempo que se sintió libre de hacer y gastar, la acompañe a todos lados entramos a mirar hasta por si acaso  y cuando era demasiado notorio que esto a mi no me interesaba, nos fuimos a las compras del supermercado.
En casa ella preparo todo mientras yo pintaba y la verdad esto no era tan extraño, yo solía dejarla cocinar y ella simplemente no me daba oportunidad de preparar nada, dado que sus recetas eran mucho mas elaboradas, ricas y agradables que las que yo sabía, me faltaba media vida para poder llegar a ser tan buena cocinera como ella...
En fin, faltaban dos para las cinco de la tarde y salimos rumbo al jardín, a buscar a Maura, todo de acuerdo al elaborado plan de respaldo que habíamos hecho... En el jardín, pedí el baño y desaparecí en la otra dimensión, Laila hipnotizó a la patibularia para que dijera que me quedaba a una reunión de padres. Luego de eso le daría la mamadera a Maura quien debía tomarse la leche con las hierbas que la protegerían de cualquier vampiro que fuere Laila, Julian, Federic, Odette y Deméter, así que mi hija estaba a salvo, lo único que faltaba era encontrar a Carlo y darle a beber el hechizo que habíamos armado con Laila hace una par de noches y que demoramos cerca de un mes en elaborar correctamente.
Así cruce media ciudad volando de la mano de Julián y tratando de pensar que todo saldría bien, aunque la angustia me tenia el corazón apretado. Llegamos a la oficina de Carlo y aunque parezca extraño, el ya se había ido a casa, así que tratamos de seguirlo a casa, pero cada vez que estábamos a punto de alcanzarlo algo sucedía, finalmente lo encontré en la panadería a media cuadra de casa.

"Hola amor, pensamos lo mismo"- dijo divertido.
"Así parece."- respondí envolviéndole la sonoriza.
"Que traes en la mano?"
"Es sólo agua, quieres?"- respondí pasandole el hechizo y el abrió la botella y luego de un trago me la devolvió.

Le sonreí y tomé su mano camine hacia el mostrador y atravesamos al otro lado, Carlo pareció extrañado, el silencio, no había nadie a nuestro alrededor y luego de dos segundo entendió todo, yo esperé a que fuera asimilando lentamente lo que había pasado.

"Estas bien?"
"Si."
"Sabes donde estamos?"
"En la Otra dimensión?"
"Si, ahora podemos hablar tranquilamente, pero tenemos poco tiempo, así que bebe esto -le pasé la botella- y yo te explico."
"Pero..."
"Carlo tienes que creerme necesitas beber esto."
"Esta bien."

Así que en los cerca de dos minutos que tenía, explique todo lo que sucedía lo mas condensado  simple y rápido que pude, cuando terminé Carlo me miraba algo mareado.

"...Entiendes lo que te digo?"
"Si... entiendo..."
"Bien debemos volver, tu vas a volver a casa, yo estaré allí. en unos veinte minutos, los hermanos te van a estar esperando, yo voy a llegar en colectivo, se supone que estoy en el jardín infantil de Maura. Bien te llevaré hasta el otro lado, pero no cruzaré."

Carlo se acercó a mi y me abrazó con fuerza, me besó con fuerza y luego de eso lo deje junto al pilar donde habíamos desaparecido, con la bolas de pan llena y una mirada extraviada.

"Recuerda actúa normal"- le susurré antes de desaparecer para volver al jardín de Maura.

Julian reapareció junto a mi en la otra dimensión y luego de una mirada de significado que no supe entender, me acompañó hasta el jardín de Maura, me dejó en el baño y desapareció.  Luego de subirme al colectivo y emprender el regreso de casi treinta minutos, mi corazón se soltó un poquito, el miedo daba paso a la esperanza, si todo estaba bien encontraría en casa a Carlo, Maura y Laila con sus hermanos, tal vez incluso a Julián... El brillo del mar, la idea de miedo y la esperanza de mezclaban, 'que todo salga bien, por favor', repetía mentalmente... 'que todo salga bien...'

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