Después de un debate extenso con este amigo, sobre que no se
puede decir que uno superó a una relación si es que no has visto él hombre aquel,
hice lo que creía correcto, ubicarlo a él.
Podríamos decir que entremedio de encontrar su teléfono y
reunirme con él, yo andaba tranquila por la vida, personaje me hace reír y me
siento en esos instantes capaz de salir de cualquier situación sin problemas. Claro,
no calculé el riesgo escondido, volver a hablar con él era algo simple, tenerlo
en frente ya no tanto, así que verlo podría ser extraño, después de todo él no
tiene porqué sentir como yo.
Así que el living de mi casa, nos sentamos frente a frente, como
tenía habré yo comía un pan con dulce de membrillo y tenía una taza de
chocolate caliente, cuando llegó.
Le explique, en resumen, que había hecho las paces con el
pasado y que, a contar de ahora en adelante, podía contar conmigo para una taza
de té o café, conversación y amistad gratis. Además de decirle que, de amarlo,
había pasado a odiarlo y de odiarlo a aceptar que él podría ser feliz, así como
yo también.
Hablamos así distantes, hasta que me pidió sentara en sus
piernas y mientras me fumaba un cigarro para tapar el obvio estado de
nerviosismo que me provocaba estar en sus piernas, pone su mano en mi espalda,
me mira como si esto fuera un sueño y mientras hablo, él me soba la espalda
justo donde me duele, sigo hablando pero ni me acuerdo que dije, mientras el me
mira y pone cara de escuchar.
Me levanto cuando concluyó el cigarro y le digo que debo
empezar a cocinar, que tengo que seguir con mi rutina y mientras me mira, me
abraza... Rayos esto no estaba en mi plan, me alejo y le insisto. "Tengo
que prepara mi almuerzo y luego hacer yoga para mi espalda."
Pero él se queda parado frente a mí y vuelve a abrazarme, me
empiezo a ahogar porque entre que es muy alto y yo estoy empinada, no logro estar
cómoda. Así que me alejo, camino a la cocina, botó la colilla y limpio el
plato, recojo mi taza, él me mira.
"Tienes que irte, en serio - le digo-, no se cuanto más
pueda resistente."
Camino a la puerta y él camina a tras mío, me mira a los
ojos sin decir una sola palabra, mientras que cruza la distancia hasta la
puerta, él está parado frente a la puerta pero no la abre, me río porque estoy
nerviosa y le digo que debe irse, sonríe y me da un beso en la mejilla, largo
cómo si quisiera decir algo más, pero no habla, así que la abro yo y semi sonríe.
"No quiero que acabe"-dice finalmente en un tono
de voz ronca, como si se le arranca lo que dice desde el pecho. Voltea a verme
y lo abrazo yo, pensando en un segundo en que decirle... cierra la puerta y me
besa...
Lo que sigue es simple, pero no puedo detallarlo, me toma,
me hace suya y me siento suya, me resisto a amarlo, alcanzando un punto en que
casi puedo percibir con las manos cuanto amor podría darle, cuando todo acaba y
me voy a la ducha, estoy mojando con agua tibia y sacándome la sensación de que
estoy en otro lado, debo volver a la realidad, “él no me ama”, me repito, no
quiero pensar en nada, esto fue… un sueño, uno de los tantos que he tenido con
él, aunque esta excusa no explicar la sensación de estar en las nubes. Salgo
del agua y él está esperando para entrar a la ducha, le busco una toalla, se
viste y luego de un breve diálogo en el que le repito que no buscaba esto, se
va.
Los siguientes días los paso entre la oficina y la casa, no
veo a personaje y solo hablamos por wasapp, me siento extraña con la situación
en general, por un lado, el hombre que amaba esta en mi vida nuevamente y por
otro el hombre que escogí conocer y darle la oportunidad, esta demasiado
ocupado, personaje me comenta sus mil reuniones, en ninguna me incluye, esto sumado
a los moretones que me dejo él, no me siento de ánimos, para instar a personaje
a que aparezca.
Pasa la semana, y mientras más hablo con él, más libre de
preguntar me siento, así que pregunto un sinfín de cosas que siempre quise
saber. Hago a un lado el miedo de que se enoje y cuando no responde o cambia el
tema, le digo que responda, así que se ve obligado a responder, así como me veo
obligada a responderle yo, cuando él pregunta.
El vieres, personaje confirma que no vendrá y mi amigo que está
en la cuidad, decide pasar a verme, hablamos de todo un poco y le cuento lo
contable de lo ocurrido y por alguna razón me pregunta lo mismo que yo vengo
preguntándome en estos días, ¿te quería marcar?, ¿por qué te dejo esos
moretones? Trato de hacer a un lado el tema, pero las marcas en mis piernas se
veían con el short que llevaba puesto y cuando lo noto, no pude decirle me pegué
con algo, las marcas eran tres dedos, uno junto al otro. Mi amigo, se va hablo
con mis padres, quedo afectada por el extraño desenlace, en la casa de mis
padres el tema esta revuelto y no puedo volver a llamar, así que, entre mi
falta de sueño y las preguntas, le digo algo, pero luego él se queda dormido,
yo concilio sueño cerca de las 5 am. Sólo personaje habla, está con sus amigos,
espero en serio que disfrute su noche.
Personaje me habla en la mañana ya es sábado, sólo que yo no
parto mi mañana a las 12, creo que tenía 28 años la última vez que partí mi
mañana tan tarde, tengo un compromiso y me piden ayuda así que salgo de casa
sin almuerzo cerca de las 3 de la tarde a ayudar a mi gente. El aparece a ratos
y no puedo contestar todo, estoy algo ocupada hasta que llega la noche, en casa
de mi prima bebiendo cerveza, me relajo hablando con ella de la vida. Vuelvo a
casa, mi prima me lleva en su auto, estoy agotada, le hablo y le pregunto algo
que nunca le había preguntado antes en la vida, con tanta sinceridad ¿me
amaste?, se me cierran los ojos mientras escribo, concilio el sueño aparece él,
trato de despertarme de cada sueño, pero los dos bazos de cerveza me impiden
tener el control de mi vigilia.
El domingo desperté y como siempre después de beber, no
puedo mentir, no sé porque no puedo evitar decir las cosas tal cual las pienso.
Salgo a ver lo de la cama de mi hijo, paseo por Franklin y cotizo en unas 12
tiendas, estoy agotada, hace mucho calor y mi acompañante se debe ir, regreso a
casa a las 4 y después de ducharme, almuerzo, pero el calor es tanto que me
duermo y vuelvo a soñar con él, esta vez despierto sobresaltada, en mi sueño él
se metía a la cama y me abrazaba, “vamos a dormir” me decía al oído y yo me
dormía. Pero me desperté en la vida real sobresaltada, por automático tomó el
teléfono y le escribo lo que ha pasado, pero entre la falta de introducción del tema y que no ha leído lo anterior, para cuando lee me responde
algo nada que ver, luego de explicarle, tengo una extraña sensación de querer verlo, pero no me atrevo a decirle nada, no quiero preguntarle... mi cabeza da vueltas, tengo mucho ruido mental, no se que es correcto ya.
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