sábado, 3 de enero de 2009

Sucedió

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Prendí el auto, estaba fría esa mañana, es raro este verano de mañana frías y noches calidas. La misma historia solo que esta vez era distinto el argumento, no había vuelta, no había tiempo, no había anda... y en medio de esa misma armonía incoherente, salio de allí.
Miré el espejo retrovisor, te ha pasado alguna, que sientes que alguien esta mirando tu vida y lo único que puedes hacer es tratar de comportante lo mejor posible con tigo mismo, así me siento últimamente, sobre todo cuando hace frío, como si alguien estuviera observando mis movimientos y no me dejara hacer nada de lo que me arrepintiera.
Pero se arrepentía, como siempre de estar acabando una relación emocional, una relación en la que no se había querido embarcar de buenas a primeras, pero que creyó tan cierta como la luz del sol en primavera.
Así que saque el auto del estacionamiento y maneje rumbo a la casa de mis padres, creo que iba rápido, en verdad no lo se, sentía el estomago temblar y quería vomitar, ando así últimamente, como enfrena de asco por la vida, esta intolerancia al mundo me asusta.
La ultima luz roja, la hizo reaccionar, estaba atentando contra su propia vida, y en realidad ni el enojo de haberlo encontrando con otra en su casa, ni la las lagrimas la podían hacer perder tanto el norte de su propia vida, así que freno en medio de la calle, escuchando las bocinas de alrededor y simplemente golpeo el manubrio gritando todo tipo de improperios, la angustia cedió lentamente y volvió en si.
No supe cuantos minutos pasaron, no supe si me dolían las manos por los golpes o por la rabia, solo supe que debía llegar a casa... y aunque apenas y venía el camino, estaba cerca así que solo estacione el auto y camine lo que faltaba, mi madre abrió la puerta sin saber si abrazarme o no, solo se apresuro a llamar a papá.
Y en medio de un alboroto emocional, ella explico sin muchas palabras lo que había sucedido en la que antes llamo su casa, su padre que no suele ser agresivo, quería salir a pegarle a ese hombre, su madre que no suele decir palabrotas, maldijo al hombre en todos los idiomas que conocía, así la prudencia que es mejor consejera se apodero de ella y calmo los ánimos de todos.
Me despertó el golpe en la puerta, mi padre había ido a comprar el pan en la mañana como todos los días y mi madre estaba haciendo los huevos revueltos, el suave golpeteo lo hacía mi hijo de tres años, que acaba de llegar del campamento de vacaciones, cuando vi sus ojos me pregunte como le explicaría lo sucedido.
Y en el desayudo decidió que no era tan malo volver a casa de sus padres, total sería provisorio, que solo debía decirle a su hijo que su padre le explicaría todo, a ver si alguna vez se podía hacer hombre ese ser humano.
Sonreí por primera vez desde sucedido todo, hace dos semanas y comí con ánimo, mi hijo me brazo fuerte y luego me contó sus mil aventuras, todo va a estar bien.

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