martes, 9 de septiembre de 2008

Un texto del barco....

Cansada dormía junto a él, su olor la inundaba y olvidaba todo, incluso lo malo. Tomaba ese cuerpo de relación que no quería tener pero inevitablemente, ya estaba acostumbrada a él, a sus manos, a su acento, a todo.
Entre ambos había algo cierto, una amistad, un encuentro de calma, para ella ese aroma y sus ojos eran el tranquilo refugio dentro del infierno de su vida, para él, ella era la excepción a todo, incluso a sus propios miedos. La noche corría como todo, los ojos cansados y después de tenerse, disfrutarse y sentirse por mucho tiempo, caían dormidos, acurrucados uno junto al otro, con expresión de paz.
Despertó de sobresalto, algo andaba mal, no tenía como contar lo que estaba pasando, sentía ese peso en la espalda que la hacía mas débil y no mas fuerte y no importaba todo el café del mundo, seguía cansada, su presión subía y sus ojos se volvían intensos, como si algo fuera a pasar y pasaba más dentro de ella de lo que esperaba, rompiendo normas y mitos propios, se volvía a enamorar de verdad, con esa fuerza que no tiene explicación y esa advertencia del destino, de que mientras mas subas, mas caes.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario