
De regreso en casa, con el tazón de café en las manos, la contemplo hablarle, mirando sus labios, sus manos, sus movimientos. Las palabras flotaban en el aire y el simplemente estaba tranquilo había tomado una decisión, que los unía para siempre. Ella se quedo dormida, estaba exhausta… en sus mansos encontró un trozo de papel, una figura se lo entregaba antes de partir una loca carrera por el sendero frente a ella, su mirada de alegría se confundía con el miedo de que los hallaran en pleno campo, y sin saber como corría en dirección opuesta, tenia que llegar antes de que se enteraran de su salida… un enorme silencio se interrumpió cuando despertó casi sin aire, respiraba agitada, y se levanto para ir a la pieza, por alguna razón tomo se detuvo a mirar por la ventana, y en la vereda del frente vio algo que la descoloco, la figura de una mujer y una hombre besándose, la primera impresión cedió al entendimiento de que en la ventana estaba ella y un hombre no su amado, ni siquiera algún conocido, un hombre que ella besaba apasionadamente, con la locura del amor prohibido.
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