Cuando era pequeña no había tele el día entero y recuerdo a mi madre diciéndome, si te portas mal no vas a ver la tela, el único programa para niños ere Pipiripao… y que duraba nada mas 1 hora y los monitos eran… UF! Nada más fome en la actualidad, pero con mis hermanas los veíamos como si fueran lo mejor que nos podía pasar.
Ayer le corté el televisor a mi hijo de 3 años y me reclamaba como si lo hubieran tirado contra la pared y lo hubieran dejado caer tres veces… en su exagerado reclamo le dije, que cuando yo era chica no había tele, que recordaba que también me habían castigado alguna vez sin tele, que cuando yo era chica solo veía a lo sumo 1 hora y que por mucho que quisiera él se había excedido en más de una hora viendo uno tras otros programas de dibujos infantiles.
Así que entre los gritos, tirarse al suelo y reclamos, decidí seguir mi instinto, lo llevé al segundo piso y ordenamos sus juguetes, por supuesto que yo era quien ordenaba y el redescubría el encanto perdido de sus juguetes sacando de un lado a otro los autos, monitos y pistas para jugar, obviamente se me ocurrió algo, que tal si el problema no fuera su poca imaginación sino su memoria, que tal si lo que le faltara fuera que en vez de inducirlo a creer que el único modo de divertimento es la tele, uno hiciera el ejercicio de ponerlo frente a sus divertimentos y probar que sucede.
Efectivamente jugo por una hora y olvidó el televisor, claro que dejo todo desordenado y para ordenarlo me toco ponerme seria y recordarle que debía ayudarme a ordenar sus cosas, varias veces. Tal vez no es la tele el problema es la falta de conciencia que nos crea, nos desconecta del mundo, nos desconecta del presente, nos entrega divertimento instantáneo, así que recordarle que puede tener un día entero de juguetes y quizá no es la tele, es que nosotros los adultos responsables de los críos, en vez de conducirlos para que no se frustren por su falta de divertimento, le damos al aparato el “poder” de echarnos a perder una tarde, porque no conducimos a los chicos hacia su base de divertimento… sólo les quitamos la que tiene más a mano y que utilizan más.
Bueno, no soy psicóloga, he aprendido en base a prueba y error, creo que todos los padres deberíamos darnos el tiempo de hacer los cambio de rutinas con algún método experimental, para modificar las conductas agresivas, de enojo, o de frustración de nuestros hijos, y así ayudarlos a aprender más, total si no funciona, por lo menos te diste el tiempo y eso a la larga nos ayuda a salir de la frase “No sé qué para que mi hijo…” y nos ayuda a crear conciencia del detalle que nos olvidamos, nosotros somos los adultos responsables de los pequeños, si no les enseñamos, no podemos esperar que aprendan.
Maca
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