domingo, 29 de octubre de 2006

Olas

Caminaba en la playa, sabes hace cuento que no venia al mar... yo estaba tan dichosa como si el planeta entero estuviera diciéndome ven hay que reír y me reía, reía con tigo, me reía de la playa, reía con las cosas simples, me reía de ti. Estábamos allí viendo el mundo entero y como dos enamorados, conocedores el uno del otro, nos entregamos a las delicias de la naturaleza, porque daba lo mismo el resto de la gente, estábamos ambos en ese lugar en ese mismo momento, con las ideas a la par... disfrutando.

Camine hasta la playa y te busque con la mano puesta en la frente, estabas entre mis recuerdos, tenias esa misma camisa que llevas hoy, solo que estaba nueva, te mire mientras sonreías a las risas de un chico que esta tan enamorado de mi como tu hace siete años, que tiene tus ojos y se ve es tu estampa la que camina mojándose los pies en la orilla del mar y gritado a todo pulmón "Ven mamá, ven mamá". Para que decir que el tiempo nos pilla, que la luna de esa noche no la olvido y entre suspiros o sollozos a veces recuerdo que fui feliz y aun podría serlo.

Volvía a casa esa noche loca, con la risa entre labios, cuando abrí la puerta y mi madre sólo dijo vete a dormir, no pregunte si era necesario que supiera nada ya se entenebraría nueve meses después parte de lo que esa noche ocurrió y parte de lo que jamás espere sucediera, porque somos jóvenes, porque fuimos imprudentes, porque quizá t hubiera acompañado un minuto mas, solo un minuto más y me hubiera ahorrado, el vestido negro, las lagrimas de humillación de tu madre y la pena de saber que incluso mi madre me estaba dejando a un lado, porque no creía en mi.

Volví esa tarde a mi casa, el pequeño gritaba de alegría, "ví el mar mamá, ví el mar". Su pasos cortitos eran vigilados por mi, cuando menos lo espere la mujer que estaba a mi lado me saludo, solo vasto para que el pequeño la viera para que corriera a mi lado. Ella serena sonrió, llevaba semanas intentando hablarme, lo se porque la había visto parada en la misma esquina, mirando, observándonos. Después del silencio solo me entrego la foto que ahora observo, eras tu a los siete años, te puedo decir que son idénticos...

La mujer que mas tarde invite a pasar, hablo por horas de los últimos años, no pude perdonarla, pero tampoco pude prohibirle que viniera cada domingo desde entonces a verlo, esta sentada con el habla de ti, le cuenta historias y poco a poco ha ido conquistando su corazón, quizá algún día mi madre también vuelva a mírame a los ojos. Desde que tu madre comenzó a visitarnos, vamos todas las tardes a ver un poco el mar, a veces creo verte aparecer entre las personas que caminan en el muelle, a veces te miro junto al agua viendo las olas y siento que estas saludándome... te extraño tanto...

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