jueves, 5 de octubre de 2006

Por mi


Tenía esa sensación en el cuerpo de agotamiento, las piernas me pesan, los ojos casi se me cerraban solos. La larga jornada llegaba a su fin y por primera vez en muchos días y un ciclo lunar completo, no tenia miedo, el miedo estaba a tras, en otro lugar, en algún otro lugar que no tenia porque recordar ahora. Cerré mis ojos preguntándome porque no podía dormir, el sueño costo en llegar, alguna razón me decía que todo estaría mejor y que solo debía dejarme llevar por la paz.
Cundo todo retorna a la tranquilidad la extraña sensación al tragar se hace evidente y luego desaparece por completo, sin embargo la extrañas, porque esa furia, esa forma de vivir siempre en medio del ruido te dice oye ya no hay ruido, ni peligro, que esconde el silencio que te puede aterrar mas que la bulla…
Desperté sola en medio de la noche, paz.
Dormí sin dormir, mis ojos cerrados y yo en la cama tratando de salirme de la paranoia, de las noches que me tenían con los nervios destrozados, mi estomago apretado y sin hambre. Las tripas sonaron de pronto, tenía hambre, tenía sueño y al fin concilie sueño. Desperté cantando como cuando se que alguien me gusta. ¿Que esconderá este día? Seguía extrañando la alerta continua de mi organismo entero, la furia a la que debía escapar. Caminado por la calle me tope con mi reflejo, me veía agotada, mal sin colores en el rostro, como si diez años se hubieran subido a mi cara de golpe. Tan malo fue todo esto, me preguntaba mientras que iba a la farmacia a comprar maquillaje para intentar arreglar mi rostro, y camine sin prisa por la calle, y me descubrí escogiendo maquillaje con la calma de una mujer de mi edad. Y me mire en un espejo de esos que siempre hay en las farmacias, estaba yo con casi cincuenta y uno, con mis ojos profundamente marcados, con mi ropa desgastada, y el aire de señora que me hace sentir madre.
No había sido malo, fue espantoso, no había sido complicado fue algo agotador, no estaba tensa ya no sentía mi musculatura, la fuerza de su furia había hecho que mi organismo tomara la postura de las mujeres en la prehistoria cuando casaban para sobrevivir, y se veía la espalda curva, los ojos saltones, el rostro contraído, mire a mi alrededor sumida en mis pensamientos no me percate que estaba rumbo a mi casa, en mi auto con mis ideas en desorden y frene deprisa, abrí el portón eléctrico, subí el auto y respire hondo.
Me voy de viaje..no hay nada que nadie pueda decir para que cambie de idea, me voy ahora mismo de viaje. Cerré la maleta, tome la cartera y salí de casa. No tengo un rumbo fijo, no se que voy a hacer, ni si quiero definitivamente regresar, hoy parto y cuando lo decida volveré a esta casa con sus responsabilidades y sus cosas, ahora quiero vivir por mi… por mi...

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