La luna sonreía, la mirada perdida entre las estrellas y la sensación
de estar flotando en el espacio y no con los pies en la tierra, tomo su mano y el
la obligo a bajar al suelo. Los ojos intensos, la mezcla de humo y alcohol en
la boca la hicieron reír, no quería parecerlo, pero se veía borracha, aunque
solo había dado un par de trago a su bebida.
Camino con ella, la miro hacer y deshacer mientras que su esencia
aparecía de entre el sin fin de dobleces en que la ocultaba, mientras que salía
la mujer salvaje que lo hacía sentir simplemente animal, la llevo por donde
ella quiso sin pedir explicaciones. Llegaron a casa, ella reía, él la miraba.
Entraron al cuarto, ella sacándose los zapatos el mirándola. Se sentó en la
cama y él la miro desde el marco de la puerta, ella riendo por algo loco, él miro
como se trataba de quitar la falda y como ella volvía y seriamente le
preguntaba porque no entraba.
La ayudo a desvestirse, la dejo desvestirlo, la acerco a su
pecho y la trato de tranquilizar, pero ella estaba libre, el espíritu salvaje
que reía y jugaba a hacer de las cosas cotidianas algo increíble, la abrazó
fuerte, la beso con pasión y la dejo escapar cada vez que ella quiso porque
sabía que su regreso venía cargado de su esencia, simplemente salvaje.
Despertaron abrazados, la miro y sonrió, la dejó suavemente.
Preparó el desayuno para la cama y regreso junto a ella, que seguía dormida. La beso y acaricio mientras dormía,
la ayudo a incorporarse, la miro abrir los ojos y bostezar, con la sensación de
que no importaba los veinte años juntos, nunca se acostumbraría, ella nunca
repetiría una mueca, un gesto o un bostezo. Ella regateo en la cama con sueño,
él le pidió que comiera algo, ella trato de esquivar el hambre con palabras
suaves, él la dejo un momento antes de verla salir de entre las sabanas como
gato salvaje hambriento con su pelo desordenado en la cara.
Había sido una noche interesante, habían cumplido más de la
mitad de sus vidas juntos, un aniversario cargado de cosas que los unían y les
hacía preguntarse como lo habían logrado, pero ella no dijo nada, no le dijo lo
que quería hacía tiempo quería decirle, solo se dejó arrastrar por los eventos, hasta que al
fin juntos y sin más a su alrededor le dijo te amo, un te amo distinto a
todos, uno que cerraba el cuadro de una vida juntos, uno que le pedía que no se marchara y le recordaba que lo amaba más allá de su propia vida.El la besó con fuerza, recordaba cuantas veces quiso salir corriendo de sus locuras, olvidarla y dejarla a tras, pero ella no sería ella misma sin sus locuras, sin sus arrebatos, que la verdad habían sido aplacados con la edad dejando a una mujer madura llena de magia avanzando por una vida llena de cariño, que compartían y que lo hacía sentir que tenía un propósito en la vida, estar junto a ella.
MGD
MGD
No hay comentarios.:
Publicar un comentario