lunes, 23 de enero de 2012

El beneficio de la amistad

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Hace un tiempo que me he había percatado de un hecho curioso, cada vez que me reunía con mis amigos, al día siguiente andaba de mejor humor, no es que tenga un mal humor constante, o que me sintiera como la persona más feliz del mundo, sino que se trataba de un humor más liviano, algo que no es comparable a muchas cosas.

En medio de las inevitables preguntas sobre por que tengo mejor humor o por que no siempre se produce el mismo efecto con todos mis amigos, etc. Descubrí varios detalles que me dejaron perpleja.

Primero, sucede cuando después de una tarde de ajetreo, la comodidad de la amistad te permite hablar de cosas que te incomodan y que aunque no se resuelven, ayudan a alivianar la carga emocional que arrastraba hasta antes de haberlo hablado.
Segundo, cuando la relación emocional con mi interlocutor es un lazo seguro, ósea alguien a quien conozco, aprecio por ser quien es y a quien quiero como el amigo o amiga que es sin criticar su escancia.
Tercero, que la conexión fuera reciproca.
Cuarto, que el lazo se hubiera creado y mantenido en el tiempo, pese a las diferencias, distancias y discrepancias sobre los modos de vivir de ambos, porque sé que nada de lo que pudiera decir por duro que sonara sería para herirme.
Quinto, que ente las miles de cosas que sucedieran en esta amistad hubiera peleado y reconciliado, sobre algún tema trascendental de nuestras vidas, y posterior a esta reconciliación no hubiera quedado ningún recelo que pusiera en tela de juicio la amistad.
Sexto, que el apoyo aunque incondicional, fuera con sus críticas sobre las diferencias de la realidad y los aportes sobre el modo de evitar penas, así como el inevitable complemento de puntos de vistas que siempre nos llevan a ser seres afines.
Séptimo, que los conocimientos de los amores y desamores contribuyan a ver las aristas benignas o malignas de las relaciones, en especial la capacidad de ver los equívocos de las relaciones que no son un aporte y que complican nuestra existencia.

Todo esto en un marco de sinceridad y realismo que como ya dije, se asume únicamente con una amiga o amigo, al que sabes no desea nada más que tu felicidad y tu amistad.

Tal vez mi análisis no es de lo más exhaustivo y quizá como en otras tantas cosas de la vida sea sólo mi punto de vista el único que este contando, pero la verdad es que no se ponerme en los zapatos de otros, porque no sé si a todo mundo le pasa lo mismo, o si cuando tienen amistades como las que describo les sucede ese alivio, si es así es una alegría infinita saber que soy parte para que reconozcan a sus amigos del alma como he debido aprender a reconocerlos yo.

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