martes, 3 de enero de 2012

Maternidad en sus inicios

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Las cosas cambiaron tanto y tan poco, que a veces me pregunto cuál es el conflicto en ser madre, y es que uno se adapta de un modo increíble a las necesidades de un hijo, es solo cosa de ver cuáles son estas necesidades horario, comidas y mudas, eventualmente enseñarlos a ir al baño y finalmente solo cerciorarse de que han ido al baño al menos una vez al día.
Los hijos nos ayudan a mejorar el horario, debes levantarte temprano y acostarte relativamente temprano, para rendir en el trabajo, pues en la rutina de un hijo es lo mismo, te levanta temprano y obliga a tener vistos los temas básicos del día siguiente, para poder cumplir tus metas y las suyas.
Lo que más se necesita es sentido común, ser prácticos y realistas, no sirve de nada intentar hacerlo todo, o creer que te va a sobrar el tiempo para algo que dejas a un lado, si lo haces, obviamente no vas a tener tiempo para el tema. Recuerdo que me reía con las mañas de mi hijo, y es que él las hace como todo niño, pero yo no me preocupo mientras que mi madre, padre y hermana cuando comienzan con las mañas tratan de disuadirlas a través de una serie de ofertas que finalmente son innecesarias, lo único que se necesita frente a la maña esperar a que se le pase, o esperar a que se calme, cuando eso sucede se puede negociar con un hijo “oye te doy tal, si tú haces tal otro”, pero en medio del llanto… o de la pataleta… no funciona, si continuas con esa actitud de minimizar la pataleta, el niño entiende que no va a conseguir lo suyo mientras este en ella y va a conseguir lo que quiere si se calma, de echo lo que mas cuesta no es que el chico se calme, es esperar a que se calme, y tener la voluntad no alterarse mientras que el esta alterado, una vez que controlas la ansiedad y planteas una meta consecuente el pequeño no va a tener muchas opciones.
Las risas son tan fáciles con un hijo como el llanto, así que es simple, hazlo reír y trata de enseñarle lo que no se hace y lo que si se hace, los niños no tiene como saber que si deben hacer si uno no se les dice, “hijo salude a la abuela… hijo de las gracias” independiente de que te escuchen darlas todas la veces que debes darlas, no las va a empezar a dar hasta que le enseñes y como lo haces diciéndole que lo haga.
Además si lo único que se les dice es lo que no se hace, creas una suerte de frustración constante, quien soporta eso, uno como madre no, uno como hijo menos y cuando el circulo se arma es arto complicado salir de él.
Tengo la certeza de saber que soy una madre autoritaria, aunque hay gente que no lo considere así, yo digo y mi hijo hace, pero no le grito, no lo amenazo (excepto sea justo y necesario), solo le digo lo que deseo “hijo, has tal cosa” y mientras más simple sea la orden, mas fácil es que la entienda y la haga, tenía dos años y se puso a dar vuelta mi cartera mientras que veíamos al médico, lo mire y le dije “hijo, sabes que eso no me gusta. Guarda todo en la cartera, por favor”. Y lo hiso, el médico me miró con cara de asombro, cuando mi hijo comenzó a guardar todo dentro de la cartera.
Cualquier hijo en el mundo ha dicho al menos una vez en la vida “no entiendo a mi mamá o papá”, y como nos van a entender si no decimos lo que queremos? O lo que deberían saber para entender lo que pueden hacer?
Consecuencia, si no te agrada que reten a tu hijo tus parientes, no retes a los hijos de otros, y si retan a tu hijo habla con el adulto y expresa tu malestar. Simple y complicado, escribirlo es bien distinto a hacerlo y lo entiendo, me ha pasado a mi. Muchas hijas dejan que las mamás dirijan el tema, muchas abuelas no tiene idea de cuál es el límite, simple avísele, llorar por los rincones que no me respetan como mamá no lleva a nada, y alegar mientras las cosas suceden, suele generar una discusión horrorosa sobre lo bien, mal o regular que es tu actitud, y a nadie le gusta la crítica en un momento de enojo, a mí al menos así me ha pasado.
Pero con calma, hablar como un adulto a otro y decir las cosas de modo simple, ojala pensar un largo rato antes y jamar usar garabatos, da buenos resultados “Sabes no me agrada que retes a mi hijo”, una frase similar te suele llevarte a una conversación que solucione el tema y a la larga esto te ayuda a practicar para cuando no sea tu pariente y te toque decirle a la mamá de otro niño en el colegio “Sabes, no me agrada que le hables a mi hija de ese modo, te agradeceré que me digas a mí lo que piensas y yo vea que hago”… que repito, se lee super simple, pero UF! Que cuesta llegar a decir la frase sin ponerse roja o crear una discusión con la mamá de tal.
Cuando uno es padre o madre, debe entender que los hijos no van a aprender nada que uno no les enseñe, osea “ERES RESPONSABLE DE TU HIJO” no el vecino, tu, es tu hijo, tu lo crías, tu lo educas, tu lo ayudas. No lo ayudas a hablar, va a hablar mal, no lo enseñas a ser educado, va a ser maleducado, no le enseñas a comer, va a comer con la boca abierta. Y no puedes culpar a la sociedad, la tele o las influencias negativas, lo lamento, esas influencias las permitiste tu y esa tele tu lo dejaste que la viera, y la sociedad… por favor la sociedad la componemos todos, y los niños solo después de los 10 años se ven influidos por “esta sociedad”… antes apenas por la familia y los amigos de la familia y tal vez los amigos del jardín. Así que antes de decir no eso no se lo enseñe yo, pregúntese ¿Lo corregí cuando vi que lo hacía?, si su hijo tiene 18, estamos perdidos, no lo hiso ya, mejor suerte para el que viene, si su hijo tiene 3 años, 5 años, todavía está a tiempo de quitarle una serie de malas enseñanzas que lo van a llevar a ser mejor persona, inténtelo, nada se pierde con empezar a ser padre aunque según crea es tarde.
Para cerrar este ensayo, no creo en la violencia como método de enseñanza, y se que los niños prueban limites con los adultos y es bien importante que esos límites los pongamos mostros y sean claros, así que alguna vez la frase “hijo no quiero que te caigas, por eso te pido que no saltes sobre la cama” no da resultado deje que se caiga, le va a doler, el chico va a llorar a uno le va a dar cargo de conciencia, pero cuando suceda no hay que gritarlo, solo tomarlo y hacerle cariño, cuando este calmado dígale “cuantas veces te dije que no quería que saltaras, para que no te calleras?”, el pequeño va a volver a llorar y uno lo calma y lo consuela, para finalmente decir “debes hacerle caso a la mamá hijo, uno sabe por qué te dice las cosas” Y tal vez no va a ser inmediato, pero lo más probable es que en poco tiempo el pequeño se volverá más atento a los comentarios de “no corras por el pasillo”, “darme la mano para bajar por las escaleras”, “de la mano para cruzar la calle”.
En fin, un sin número de cosas se vuelven más simples si en vez de pensarlas como adulto las vemos como padres, una vez mire a mi hijo mientras lloraba porque le daba la comida y le dije “cuando haces estos escándalos, me cuesta recordar lo especial que eres- le di un beso y le dije- te amo hijo, puedes calmarte” después de quedarse callado me abrazo y paró de llorar. No digo que funcione con todos los niños, pero descubrí ese día que el captaba cuando le iba a permitir algo, porque mi actitud lo refleja y distraerlo con calma, se pueda siempre que uno guarde la calma también.
Al final he descubierto que lo más complejo de criar a un hijo no es el criarlo, es acordarse de quien es uno mismo en el proceso y no ocupar los patrones aprendidos por los padres, he aprendido que cuando se es justo con el niño el niño responde y cuando se es sincero con los adultos los adultos lo valoran e incluso lo respetan.
Es un proceso interesante, en el que me veré inserta el resto de mi vida, seré madres hasta que me muera y esa criatura que tuve en mi vientre, parí y que ahora es un chico es mi responsabilidad hasta los 18 años luego, solo será mi hijo y quiero que este sea lo mejor de mí.

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