lunes, 9 de enero de 2012

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Recuerdo que me gustaba hablar de mi vida, era extraño hablaba por horas, no tenía muchos reparos en cuanto contaba o a quien, de eso ya tanto tiempo que a veces siento que mi vida es un completo misterio incluso para mí. Podía contar lo bueno, las cosas mas insólitas que le hubieren pasado a nadie, las cosas cómicas de mis errores, me reía tanto de ellos que no los veía complicados, simplemente eran errores, y por lo tanto tan solucionables como el mismo hecho de saberlos.
En algún punto empecé a callar las cosas, siempre hablando de algo, pero callando un trozo de ese espacio que compartía con el mundo, inicialmente fue un modo de defensa, luego se volvió un hábito, ahora ni siquiera recuerdo como era que antes podía hablar horas de lo que sucedía a mí alrededor. Era perspicaz, me daba cuenta de las cosas más simples, siempre atenta a un sinfín de cosas que no solo eran evidentes para mí sino que eran parte de ese encanto del mundo.
Aunque sigo admirando los detalles, a veces los olvido y no siempre me fijo en lo evidente, porque mientras más veo lo que las personas transparentan más miedo me dan, y más hacia adentro me he vuelto. Es obvio que tengo mis momentos de encanto con el mundo, pero me desilusiona, quería mas de mi, mas de mi entorno, mas de mis amigos, y tantas cosas se fueron perdiendo, olvidando y dejando a un lado, que un buen día me encontré sola, no digo sea infeliz, no es así me entiendo, me soporto y me agrado, pero me gustaría recuperar esa residencia de cuando era más pequeña, ese creer en las personas que me rodena y ese sencillo modo de ver las cosas cotidianas como algo mágico, único.
Hace poco volví a cantar, esas canciones que iba hilando a medida que las palabras se resbalaban por mi garganta y que resultaban ser arto catárticas, y resulta pude comenzar y terminar una canción entera, con su propio ritmo y todo… no había podido hacer algo similar hace ya 4 años, menos tal vez, pero tiempo suficiente para sentirme extrañamente comunicada con mi subconsciente y darle gracias al hecho de estar en medio de desconocidos que no me importaba si juzgaban o no mi canto.
De pequeños nos enseñan a crecer, pero que pocos nos enseñan de cultivar las actitudes que nos hacen ser únicos, espero no cometer ese error con mi hijo, espero que el siga siendo ese ser único y adorable que es por mucho tiempo, y que cuando los conflictos de la edad lo agobien, sepa reírse del miedo para atravesar sus dudas con mas sabiduría al final del camino.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario