martes, 29 de mayo de 2012

Regreso a la capital

 La pena se desvanece, deja huellas en los ojos y en el alma, pero no en el cuerpo… hay quienes han dicho que de pena perdieron el color de su pelo o de pena perdieron sus dientes, yo de pena solo tengo el amargo sabor del llanto en la garganta.
Para las cinco de la tarde del viernes era un desastre, no tengo claro si hice bien las cosas, si puse atención al ramo o si llegué con cara de funeral a casa, partí a Conce tan tarde que todo apuntaba a que no llegaría al bus, pero llegué solo cinco minutos antes de que partiéramos rumbo al sur. Durante el viaje, no podría evitar pensar en él, algo de lo que habíamos hablado se había pasado de la ralla, me había pasado del límite entre dos desconocidos y tal vez estaba consciente de que al transgredirla lo alejaba? o al obviarla lo acercaba?….
Como fuere la respuesta de esa incógnita no la manejo yo, él debe responderla, yo solo puedo intentar responder porque quiero acercarme…  tenia tal cantidad de reclamos personales contra mi propio comportamiento que me quede dormida tratando de olvidar el tema central, ¿Por qué cuando estoy mal, algo en opera de un modo que no me agrada, y hablo de lo que no quiero hablar con quien ni siquiera sé si deba hacerlo?
Para las siete de la mañana cuando se prendieron las luces del bus, tenía un dolor en el costado izquierdo que no soportaba y los pies algo hinchados por el calor, mas tarde vería una herida que me dejo el exceso de calor en el viaje, pero debía de llegar primero a casa, ver a mi hijo y luego preocuparme del mundo.
Resulto cómica mi visita a casa, como todo lo que resulta de las coincidencias naturales, llovió tanto, el viento fue tan fuerte que no pude salir hasta el lunes de la casa, además hubo un apagón eléctrico y de agua potable todo el día sábado, ósea estaba encerrada en casa y sin distractores, para estar al pendiente de pequeño, que como consecuencia de la ausencia prolongada no me dejo solo ni para ir al baño.
En la tarde me di cuenta de que, todo saldría mucho mejor, pequeño había dado buena respuesta al tratamiento y aunque había que estar atentos, resulto que se encontraba mucho mejor comparado a como había estado.
Cuando la noche era evidente y estaba francamente exhausta por el viaje intenten recordar porque no podía conciliar el sueño en el bus, y otra vez sus palabras se quedaron en mi cabeza
“¿Te echo de la casa?”
“En realidad no puede, no es su casa, pero si pudiera lo haría.”
“¿Qué vas a hacer?”
“Nada, no puedo hacer nada por ahora… no puedo arrendar aun, sabes tener un hijo te hace responsable de la vida de otro, de un modo que jamás imaginarías te haría… saber que ese pequeño está mal y que es tu culpa es un sentimiento mas allá de lo lógico, lo peor es que no entiendo como mi papá puede hacerme esto… sobre todo ahora que soy madre, no logro justificar lo que hace mi padre…”
“Tranquila todo va a estar bien.”
No quise pensarlo, pero lo pensé- ¿Qué significa eso?, alguien me querría dar una clase de tranquilidad, o de estar bien… hasta donde tengo conciencia nunca he vivido tranquila, siempre he tenido conflictos, alegrías o cosas, no digo que son tremendamente complejos, pero en una vida como la mía, el tema no pasa por tranquilidad, pasa por sobrellevar el proceso, y por estar bien… bueno creo saber lo que significa estar bien… solo que no se cómo aplicarlo, para mí los únicos momentos con calma son los de dormir, y a veces ni siquiera.
Mi hijo me regreso al presente, y mis interrogante al mis pensamiento ¿de verdad me había expuesto tanto?, ¿por qué confió en él, hay algo en el que me ha dado luces de que es confiable?... ni idea. Por donde lo mire tengo un serio problema de límites con él, me estoy acercado de un modo personal y aunque siento que lo conozco, no tengo idea que piensa de mi realmente.
La noche llego con sus crujidos por la tormenta, acosté a Luca en su cama y me rogo que me acostara con él, le leí un cuento y me volví a preguntar cómo es que pequeño me quiere tanto, su cariño y amor es tan grande que no sé… a veces me preocupa.
Domingo de relajo, en aras de otro día de tormenta ordenamos el patio cuando esta amaino y parte de la casa, almorzamos en familia, y mis padres salieron al mall, comprarían un televisor para el segundo piso, con las chicas hicimos una receta de chees queck que me dejo más que satisfecha de mis artes culinarias, definitivamente aun tengo el tach.
Para variar en algún minuto estuve sola mirando el horizonte y pensando en él, ahora más tranquila solo quería volver a mi centro, y efectivamente mi calma interior ayudo a mi hijo y a mi madre a sobrepasar las peripecias del fin de semana, en el que la lluvia nos dejo un franco descalabro, así como varios techos sin sus revestimientos.
A las ocho de la noche figuraba con Luca viendo una película, y extrañamente mi hijo me dijo que quería que yo me buscara un pololo.
Me pregunte si se notaba que no tengo ganas de meterme en un relación o si no se notaba que no tengo con quien tener una relación, y por mucho que piense en él… seamos realistas no tiene ni pies ni cabeza, que llegue a generarme expectativas, si no hay como o por donde, y si hubiera un como siempre tendría la duda, ya que se dio con migo, se daría con otra?
Volví el lunes por la tarde después de una salida al centro comercial, y de darme cuenta que de talla promedio mi hijo no tiene nada, los pantalones talla 4 le quedan casi justos y solo tiene tres años (para quien no entiende, la ropa de niños se hace según la edad, talla 3 para los 3 años, etc.) y la parcka termino siendo talla 6 y le va a durar cuando mucho este invierno…. Que voy a hacer con este pequeño, crece cuarta por noche.
En el bus me distrajo mi libro, las películas que debo admitir estaban más que divertidas y obviamente el mecer del bus, casi no pensé en otra cosa que no fuera el relajado regreso a la capital, pero cuando pise el andén del metro tren, me asalto una duda, y si me lo topaba?... total estaba planeando bajarme en la estación que queda más cerca de mi micro, y si lo veía?
Le subí el volumen al audífono y me puse a cantar, total no conozco a nadie y dudo que alguien llegue a echarme del tren solo porque no tengo buena voz, cuando me bajé del tren y camine, me sentía como una tonta, porque pienso en él? Qué bien me hace tenerlo en mi cabeza, definitivamente tengo que sacarlo de ella, y la única manera que conozco de controlar mi emociones es siendo realista.
Resumen realista hasta ahora: no debo hacerme ideas falsas, aunque crea algo, si no lo verbaliza el otro las posibilidades de equivocarme son muchas. Dedo dejar de analizar las conversaciones, ya le dije todo lo que le dije, tengo que seguir adelante con lo mío, es más importante tener como meta traerme a pequeño que intentar entender de donde saque para sentirme cercana a él. Continua adelante, lo vas a ver otra vez y aseguro mi cabeza a que no se va acordar de nada de lo que le dije y si se acuerda no va a hacer comentario alguno, si hubiera querido hacerlo ya lo habría dicho. Estoy segura que pronto conoceré a alguien, que si de señal de interés, que si sea importante, que si quiera algo serio y con quien si pueda tener una relación porque estará soltero.
En definitiva, mejor simplemente dejo de pensar en él y si algo me lo trae a la memoria, distraeré mi consiente, sé que eso funciona.
En casa, estaba la luz del comedor prendida, aun así entre en punta de pies, la tía estaba despierta y cuando entre a mi pieza tenia tanto sueño que no me fije en nada más, quería irme a dormir por alguna razón me distrajo la tele un rato antes de apagarla y cerrar los ojos, siento esa calma que me ayuda a dejar mis ideas y relajarme finalmente.
Martes, aunque no puedo creerlo hoy no tengo remordimiento alguno de lo dicho y hecho, aunque empiezo a extrañar a Luca, ya siento como todo vuelve a su sitio, mi cabeza, mis ideas, mi mundo están en armonía.

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