Parte 2
“Hazme tuya, tómame, has lo que sueñas, deja de hablar.”
Se despertó sobresaltada, se levantó y se fue por un vaso de agua, se
miró en el espejo.
“Que rayos me está pasando?... otro de esos sueños extraños y la
sensación de que alguien la miraba. Porque no poder ser normal? Que tiene de
malo querer una vida sin estas cosas…”- pensaba con hastío de todo mientras que
caminaba con el baso en la mano. Porque no puedo ser normal…”
No quería alegar, pero lo hacía, no quería saber nada y sabía casi
todo, o por lo menos eso le decía su madre, su hermano fascinado con el lado
“B” de la realidad aprendiendo a hacer magia y a manejar los elementos a su
alrededor, el gran secreto de que podría inmortal y el miedo a no saber cómo
manejarlo, la tenían durmiendo a saltos, sin darse cuenta pensó en Julián,
todos sus líos empezaban y terminaban con él… quien era realmente Julián?,
porque se había quedado en la vida de ellos pese a todas las vueltas que él
había dado para que sus padres se quedaran juntos? Su madre decía que él la
había amado, pero como amas a una persona y la dejas a un lado para que se
quede el resto de su vida viviendo con un… clon… aunque no creía que fueran
realmente clones, las fotos de esa época de juventud de sus padres así lo
demostraba, ambos eran tremendamente parecidos, salvo que uno era vampiro,
había vivido cientos de años y el otro era un pariente distante que por alguna
razón del destino era físicamente igual al primero.
Miro otra vez su cama y no quiso meterse en ella, se quedó junto al
marco de la puerta y de pronto estaba pensando en Federic, en sus ojos, en la
sensación de su mano tomándola la suya, en sus pasos para mecerla como niña y
cuando abrió los ojos, él estaba allí.
“UF! Porque te aparece así?”- le dijo sobresaltada
“Porque estabas pensando en mí, creí que querías verme.”- respondió el
sonriendo y su corazón de ella dio un vuelco extraño.
“Siempre eres así con todas las chicas.”- le dijo intentado seguir molesta.
“No hay ninguna otra mujer que me interese.”- dijo él tan sinceramente, que ella no pudo seguir molesta con él.
“Parece extraño, eres guapo.”- dijo mirándolo mientra se sentaba en la cama y el se sentaba junto a ella.
“No podría haber otra chica, siempre has sido tú, desde que era un
bebe.”- le dijo con dulzura.
“Eso sonó mal… entre pedofilia y morbo…”- dijo a modo crítico.
“No era esa la intención.”- respondió serio.
“Cuál es tu intención?”- pregunto ahora que se había dado cuenta que él estaba serio y que quería ver su sonrrisa.
“Cuál es tu intención?”- pregunto ahora que se había dado cuenta que él estaba serio y que quería ver su sonrrisa.
“Acercarme a ti.”- le dijo seriamente, mirando atentamente cómo se
atoraba con el agua.
Después de recuperar el aliento, lo miró extrañada, era como si lo
conociera de toda la vida, era como si el supiera mejor que ella que esperaba
hacer, la distancia prudente para no alejarla de golpe, las palabras sinceras y
la manera en que esperaba que ella reaccionara, sin prisa…
“Que soñaste hoy?”- dijo él, rompiendo el silencio.
“Yo que soñé yo?- el esperó en silencio-… fue algo extraño, una escena
de otro tiempo, una pareja, ella le decía que consumaran su amor, él la
abrazaba y besaba con fuerza como si la vida se le fuera en ello., pero ella
estaba asustada y desperté.”
“Como era ella?”- dijo intrigado, aunque ella apenas y lo noto.
“Era como yo, pero no era yo… había un reflejo donde la veía y no era
mi cara, tenía el pelo más claro y los ojos color avellana el rostro más
redondo, además en sus manos tenían anillos grandes, parecía una persona
importante…”- dijo recordando como el otro se abalanzaba y la besaba.
“A quién besaba?”- dijo el serio.
Lo miro seria, esto ya parecía interrogatorio, que más daba el sueño,
era otro más dentro de la noche, el quinto?... pero él estaba serio esperando
que respondiera y ella lo miro a los ojos y se perdió en ellos.
“A ti.”-respondió como hipnotizada.
“Entonces hablas de mi mujer.”- dijo él algo mas tranquilo.
“Como puedes estar seguro de quien era la persona a la que veía?”- dijo
contrariada volviendo en si misma.
“Cuando aún era humano, hace muchos siglos ya, cuando la vida no se
medía en base al tiempo o los años, yo
amé a una mejer, ella era de clase alta y de influencia, mientras que yo era un
individuo corriente, que salvo mi atractivo físico, nada era importante. Ella
me amaba y quiso que su padre me aceptara, pero su padre no acepto la unión y
me echo lejos de ella, estaba destrozado, una noche mientras vagaba por un
campo lejos de todo lo que conocía y llorando su ausencia, tratando de morir
para no sentir esa angustia, conocí a mi padre, un hombre que parecía tener la
cura para mi dolor, no necesito convencerme de volverme vampiro fui yo quien le
rogó durante días, lo deje alimentarse de mí, lo deje vestirme y llevarme a
donde quisiera. Cuando volví a verla yo era un hombre de mundo aunque en
realidad solo habían pasado unos meses, un gran hombre me había apadrinado y su
padre quiso ofrecérmela, pero mi padre la rechazó dijo que solo aceptaría la
unión si ella estaba de acuerdo, en esos tiempo la palabra de una mujer no
valía nada, solo la de los hombres pero su padre accedió a lo que el mio pedía, pero yo tenía miedo así que esa noche fui a escondidas a buscar, deseaba ver sus ojos y
tener sus manos entre las mías, la encontré llorando junto a su cama, creyó que
era el producto de su imaginación hasta que me acerque suficiente y le limpie
las lágrimas y cuando eso ocurrió, la besé con fuerza como si la vida se me
fuera en besarla en sostenerla entre mis manos, en amarla, ella se asustó
mucho, termino tratando de alejarme y yo no cedí la despoje de sus ropas y ella
asustada por mi fuerza comenzó a llorar, cuando me di cuenta de que mi pasión
iba más rápido que ella, me alejé, pero para entonces ella estaba tan asustada
que se alejó de mi me miró con ira y cuando al día siguiente le pregunto su
padre si quería ser mi esposa, negó con la cabeza sin decir una sola palabra, nunca
más volvió a aceptar que me le acercara, unos años más tarde la casaron con un
príncipe, aunque no alcanzó a sobrevivir a su primer embarazo, supe que fue una
mujer feliz y sus más cercanos siempre dijeron que hablaba de un joven que amo
y que nunca olvidó… recuerdo que le rogué a mi padre que me volviera vampiro,
pero él se negó por completo hasta que supimos que ella había muerto.”
Terminó de hablar y ella no sabía cómo seguir hablando con él, este era
un hombre completo, con penas con alegrías, que podría hacer ella por él? Y de
pronto se dio cuenta de algo extraño.
“Crees en la reencarnación?”-dijo a media voz.
“Si, he visto muchas veces repetirse a las almas, cuanto más viejo te
haces, más eres capaz de reconocer las almas que se van repitiendo y aunque
pasen siglos sin que vuelvan a nacer, sé que volverán, por eso te esperé…”-dijo
dejando la frase en el aire mientras que ella se acostaba en la cama.
“Me esperaste… eso suena muy extraño-dio tapándose con el cobertor-…
vas a quedarte con migo?”- dijo con los ojos cerrados, para evitar ruborizarse
por la pregunta.
“Quieres que lo haga? Me puedo ir a la otra dimensión si lo prefieres.”-
respondió levantándose de la cama.
“La verdad prefiero saber que estas aquí y no que podrías estar
espiando desde el otro lado, francamente no es agradable que lo hagas, me
persigue que puedas verme en la ducha o algo así.”- dijo ella abriendo los ojos
y mirándolo parado junto a ella.
“Te he visto mil veces en la ducha.”- respondió divertido.
“Ok… no quería saberlo…”- dijo ella cerrando los ojos y enrojeciendo
completamente.
“¿Quieres que me quede?”- dijo el acostándose sobre las tapas.
“Sí.”- dijo ella acurrucándose entre las almohadas, estaba apoyada
sobre su lado derecho y el se acomodó junto a ella.
Después de unos segundos se volvió a quedar dormida. Federic la miraba
maravillado y algo inquieto, no recordaba la última vez que había dormido con
una mujer que deseara de verdad, si bien cada diez años buscaba una vampiro con
la que descargar su energía sexual, estar junto a ella era algo totalmente
diferente. Trato de dormir pero no lo consiguió y cuando ella se quedó
totalmente dormida él simplemente acarició su pelo, le hizo cariño toda la
noche como siempre soñó cuidarla, rayaba el alba cuando ella despertó.
“Hola- dijo bostezando- estas despierto, creí que te dormirías en algún
punto de la noche.”
“Los vampiros no dormirnos mucho con los años.”
“Quiero desayunar.”
“Que quieres desayunar yo te lo preparo.”
“Mmmm… no lo sé tengo que ver que hay en el refrigerador.”
Se levantó y sintió algo extraño, como si estuviera ebria, él la sostuvo
entre sus brazos.
“Estas bien?”- dijo preocupado
“Eso creo… me maree solamente”- dijo ella algo avergonzada.
“Deja que te lleve”- pidió él.
“No quiero caminar.”- dijo seria.
Siguió tomándole el codo aunque para ella no era necesario, estaba
cansada eso era todo, que más daba si eso la hacia frágil a sus ojos?... pero
no dijo nada, Maura era así le gustaba saber que podía hacer las cosas por ella
misma y Federic la conocía mejor que ella misma, así que ni siquiera intento
convencerla de lo contrario.
Desayunaron juntos y se fueron a la cama con la bandeja del desayuno,
así que mientras ella picoteaba el cereal, él leía el diario, mientras ella se
acomodaba en sus piernas él le contaba las noticias más absurdas y se reían,
mientras él la miraba volver a quedarse dormida, él se sentía en la gloria.
Ella despertó una media hora más tarde, la bandeja no estaba y él estaba
abrazándola de frente aunque mantenía una cierta distancia, ella se alejó por automático.
“Hola”- dijo él mirándola despertar y acercándola.
“Hola.”- dijo tratando de zafarse.
“Que vas a hacer hoy?”- le pregunto él.
“Hoy es sábado… no lo sé, quiero ir a la playa a bañarme un rato en el
mar.”
“Vamos”- dijo divertido de tanto tira y empuja.
“Creí que tendrías algo que hacer…”- dijo quedándose quieta.
“Quieres estar sola?”- pregunto el acercándose más aún.
“No lo sé, esta semana ha sido muy fuerte… después la cena de ayer y hoy
tu…”- le dijo apuntándolo mientras ella trataba de hacer espacio entre ellos.
“Te estoy invadiendo?”- dijo riendo.
“No es eso… no me molesta que estés aquí… como si me molesta Julián y
su presencia… me enerva ese… vampiro, no tu eres diferente, pero tengo miedo…”-
dijo mirando sus ojos y perdiéndose otra vez en ellos,.
“Mmm… el miedo es un indicador de algo… pero no tengo idea de a que le
tienes miedo, te va a tocar explicármelo en detalle.”-dijo el dejando que ella
finalmente se alejara de él.
“Es que me estoy acostumbrando a ti, a tu aroma, a tu presencia, al
modo que me siendo cuando estas a mi alrededor, pero que pasa si te vas? O
planeas quedarte? Por cuánto tiempo? Porque parece que me quieres y que estas
interesado en mi hace tiempo, que me has estado acechando incluso… pero yo
recién me vengo a enterar de todo esto hasta ahora y es… es raro, en realidad
que no me moleste, pero no me pidas que no me dé miedo, es que no sé a qué
atenerme contigo, no eres un chico al que este conociendo y no sé qué esperas
de mí tampoco, esto también da miedo...”- dijo ella acercándose a él y dejando
su cabeza apoyada en su cuello.
“Tienes razón pequeña Maura.”- dijo el abrazándola suavemente.
“No me digas pequeña”- dijo ella alejándose de golpe.
Federic comenzó a burlarse de ella y sin darse cuenta estaban peleando
con almohadas y riendo a carcajadas, Maura olvidó que no lo conocía y Federic
que ella tenía miedo. Cuando ella se dio cuenta de que está riendo con ganas de
verdad, se calló sentada en la cama riendo y mirándolo sentarse frente a
ella a una distancia prudente, ella simplemente se acercó hasta él y lo besó.
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