
Pasaron días enteros en los que no podía creer que estuviera aquí, pasaron mil cosas que no supuse ni espere sucedieran, tenia el alma entre ideas y heridas que no me bajaban saltar de alegría o llorar de rabia porque estaba en el limbo de mi propio organismo, perdía entre las cosas que hubiera preferido no volver a vivir jamás y las que quería con toda mi alma revivir, el amor como siempre fue algo que simplemente no estaba ni siquiera preparada para enterarme y de pronto me vi disfrutando de esa ser humano que apenas y conocía como si hubiera estado a mi lado toda la vida, creí saber quien era y en realidad nunca llegue mas allá de sus ojos, porque apenas y los vi cuando todo estaba hecho, no puedo explicar como fue entender que su alma no sería jamás lo que yo hubiera creído y que corazón era mas delicado que el mió, quizá porque el mío ha resistido mil batallas... Las cosas fueron dejando paso a que todo fuera con tranquilidad, nos desprendimos de una unión inequívocamente mágica para captar que la conexión no debió haber pasado de las coincidencias, y que ahora estábamos frente a frente, tal cual éramos, y no nos convencíamos el uno del otro.
Camine sola entre lagrimas de desconsuelo, pena de verdad y miles de cosas mas, el mar y la arena fueron el único consuelo útil, me faltaba el aire la mitad del tiempo y la otra me sentía perdida aun de mi misma, comprendía que para cualquier ser humano normal lo que he vivido en estos tres mese incluyendo la violencia y la decepción psicología de la familia seria casi fatídico y yo seguía no solo caminando sino que bien en caudaza. Opte por las vacaciones que se me dieron de casi tres semanas y empecé de nuevo, ahora con una idea diferente de todos y todo. Echando de menos tener un “El” para conversar, un él para abrazar y un él para amar, si lo lamento no se querer simplemente yo soy con todo o amo o no amo, no hay punto medio.
A pesar de estar en plena conciencia de mis limitaciones me siento feliz con todo. Las miles de dudas sobre el mundo se han disipado tengo un poco de esa armonía que extrañaba de mis días en la capital, mil veces me pregunte si volvería a sentirme libre de mis miedos y simplemente viviendo lo que sucediera, pensando en el presente y no en las dudas del devenir. Por alguna razón cuando la luz del camino atenuando y las dudas se van marcando como heridas en la piel, el corazo te hace reflexionar y vez que el cielo no es claro y te sientes abismada entre las mismas cosas que conoces y odias como las minia inútil de cuestionarlo todo, o las voces de los otros y sus preguntas repitiéndose mil veces y adquiriendo un valor diferente, una intención distintas hasta transformase en algo irreal.
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