lunes, 11 de noviembre de 2013

Noviembre 2013

Vuelve a mi mente el sueño, estoy despierta y lo recuerdo, pero no quiero pensar en él… no quiero.

Mi vida se ha vuelto un poco más divertida con las cosas cotidianas, ahora me río más con mi hijo que sale con frases armadas que no sé cómo se le ocurren y con las cosas simples que me a hace ver todo de colores y cuando estoy triste y quiero llamarlo, solo recuerdo que él se alejó y tomo una decisión y no puedo hacer nada, porque es un adulto quien tomo una decisión y buena o mala, será hora de aprender a vivir con ella.

La misma imagen, mis recuerdo me llevan durante el día a preguntarme si quiero o no continuar en esta ciudad, porque capital tiene la desventaja de volver a quienes viven aquí egoísta y huraños, gente que se vuelve inmune a la compasión o a la amabilidad, es tanto lo que se agreden unos a otros que no te das ni cuenta y le gritas a alguien “imbécil!” cuando se te atraviesa, y no quiero vivir más acá, pero aun no tengo trabajo en otro lado así que sigo buscando en mis ratos libres la posibilidad de irme…

Tengo que admitir que no me agrada tanto saber que estoy bien, porque él no está con migo, y me gustaría tener algún excusa para llamarlo y en eso el Che aparece y me dice algo… ese Che y sus mañas de hacerme sentir su diosa sexual… como si eso apaleara en algo el que estoy sola, lo declino con la misma diplomacia de siempre y me río tratando de imaginarme un amorío con un chico de 26 que me idolatra a ratos… Lo más divertido de todo esta última semana, no fue la última propuesta indecente del Che, sino que apareció un otro…  lo conocí hace UF!... mucho tiempo, no lo veo desde, creo que el mismo tiempo y entre una y otra cosa me había enterado de su vida, pero verlo fue extraño, lo salude como andaba con mi hijo todo fue superficial, simpático pero lejano y esa noche me escribe por Facebook, pero no me entero hasta la mañana sigueinte… el chat de face da para poco, así que entre mensajes cortos y risas por mi orografía, hablamos el sábado entero, el domingo y de pronto me di cuenta que él ya no estaba en mis pensamientos, la gran mayoría de las veces que me percato que esta ausente me parece extraño, esta vez fue diferente, creo que estoy asumiendo su decisión, que se supone que haga: odiarlo? No tengo ganas ni energía para hacer algo así, así que él y sus frases políticamente correctas se quedan en mi recuerdo, los momentos, las noches largas de conversación, las veces que lo vi mal y las veces que sentí que junto podríamos llegar al infinito, se quedan guardados junto con los sentimientos que siento van muriendo lentamente, aunque no sé qué hacer para que no duela, se que esta sucediendo y… y mientras leo el último mensaje del otro, me acuerdo de ese sueño, sueño que ronda mi cabeza junto con la canción "Stop!" de Erasure …

En mi sueño el llega y me saluda.
“Hola amor.”- decía él y me despertaba con un beso.
“Me quedé dormida?... lo lamento -digo despertando- la cena está en la cocina, te acompaño a comer?”- le decía tratando le levantarme y sintiendo el peso de un embarazo de 8 meses, mirando mi guata él la toca, me sonríe.
“No te levante, yo vendré con la bandeja”- y dándome otro beso, se va.

Mi sueño que me hace pensar en él, en que nunca le conté todo el sueño, y de pronto estoy triste porque lo soñé cuando recién comenzamos y perecía tan real... pero mi cociente racional me trae de regreso al presente y leo el texto del otro, me invito a salir, y pienso que me encantaría que esa misma química se repitiera con él otro… pero dudo, el otro tiene su historia y sus cuentos inconclusos, sirve de amigo y no pasa de eso, sirve para distraerme de la pena que me ronda y de la sensación de que estoy haciendo algo mal, que me persigue desde hace una semana y es que aunque soy experta en rehacerme y salir adelante, no sé qué me pasa con él que no logro arrancarlo de raíz para seguir adelante.


En fin, la semana comienza con luces de que va a ser más divertida que la anterior, para mi sorpresa el otro parece que hasta me va a ayudar con la niñera o algo así con tal de salir a comer el viernes y la verdad es que mi vida está en una etapa de calma y tranquilidad, descontando la tristeza que me ronda a ratos, y creo que me voy a arriesgas a salir, total comer algo rico y disfrutar de buena compañía no se da todos los días.

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