La noche me pareció eterna, no lograba conciliar el sueño y
cuando lo logré, soñé cosas que no tenían sentido, al menos para mí, su voz era tan nítida en mis
sueños, que me desperté con la sensación de haber hablado con él, que
contradictoria puede ser la mente, mi consiente quiere olvidar ese momento, mi cerebro no me deja hacerlo. Me miro en el espejo, aún tengo la
mariposa en el labio.
Sábado lo pasé estudiando Ingles con pequeño y más tarde con
la vecina que me contó un drama, que me hizo pensar en cuando aún estaba
embaraza y mis decisiones de ese entonces, en resumen yo estoy en paz con mi
historia y con lo que ha pasado desde que empecé este camino de ser madre,
porque sea bueno o malo, siempre sentí que hacia lo correcto, el destino ha hecho el resto como acercar a la familia del padre de mi hijo y no así al padre de mi hijo, así que mientras de mi vecina de veintiuno
años, aun no logra equilibrar sus emociones, trata de entender el universo y
pelea con molinos de viento, nos decidimos a quedar junto a ella, necesitamos de dos cervezas con jugo de limón y sal, mas tres cigarros (y deben haber sido las dos de la mañana) para que al fin me dijera "Tienes razón, en el futuro haré las cosas pensando que si lo viera mi
hijo, que podría pensar él de mi".
Volvimos a casa y mi hijo aun despierto, me dice que me ama,
me abraza y luego se mete en su cama, me sentí otra vez en esa parte de la
historia cuando estaba en paz con mi vida.
Me metí a la cama y me pregunté cómo no evité que todo pasara. Desperté después
de una noche extraña, los sueños los olvidé al abrir los ojos, así que empecé a hacer las cosas,
doblar la ropa seca, prepararme para estudiar otra vez y me di cuenta que aún
lo tengo en mi cabeza, cuando me pillo pensando en que si habrá tenido una
buena mañana... me miro en el espejo, la mariposa es apenas una sombra suave.
Salimos a la feria a comprar, mi hijo alega porque hay olor
a pescado, yo alego porque me pisa los pies con el carro, caminamos por todos
lados buscando los mejores precios y después de ir y volver compramos todo, de
regreso veo que es tan tarde que debemos almorzar y pasamos a una picada, un
lugar bueno, bonito y barato, que nos sirven casi de inmediato el almuerzo, la
comida rica, pequeño disfrutando y mi corazón en paz después de tanta vuelta. Volvemos a casa y mientras mi hijo juega yo me siento al sol, extraño las
tardes en Viña de estar al sol y en la playa, quisiera meter mis pies en el
agua y disfrutar del frío del mar. Volvemos a casa, seguimos estudiando inglés
y concluye la tarde entremedia de una cena rápida y una llamada inesperada. Me
miro en el espejo, la mariposa ya ni se nota, no puedo evitar preguntarme si
cuando desaparezca completamente él también lo hará de mi cabeza, o si mis sueños se cumplen, lo que ocurra aun no lo pienso, estamos acabando el día mi hijo en su cama durmiendo, yo preparo queques para la semana y aunque estoy cansada, me relajo con el aroma y la tarea, son las once cuando al fin me meto en la cama.
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