Personaje partió de mi casa la noche del martes triste, no sé
si fue porque entendía que su decisión lo alejaba o porque vio quien soy
realmente, pero el tema fue que partió y me robo un último beso.
Habíamos hablado de vernos y no fue hasta el martes que lo
vi, cuando llegó estaba agotado y nos fuimos directo al sillón, donde entre una
y otra cosa, terminó contándome una parte de su historia que yo no terminaba de
saber, porque la había omitido, la chica que había mencionado alguna vez, le
daba la oportunidad y la iba a tomar. Reconozco que me sentí aliviada, ahora yo
era quien debía omitir que, desde la llegada de Él, yo no lograba evitar las comparaciones
mentales y a mi edad no es necesario ser psicólogo para saber que si uno
compara es porque no estas realmente interesado.
La noche corrió mientras que mi insomnio me llevaba de una
parte a otra, entre la tranquilidad de haber concluido esta historia en los
mejores términos y la incertidumbre, ¿debería decirle algo a él? La conclusión no
llego ese día.
La tarde del viernes, no conectamos salvo un escueto mensaje
no dijo nada, el sábado quise hablarle y nada, el domingo… el domingo, mi
frustración habló por mí, así que vertí en el texto que le envié, lo que
sentía, pensaba y me frustraba de esta situación. Salirse de la norma en temas
emocionales, me hace a ratos pensar que la vida no es justa y en otras
circunstancias que en realidad tengo la ventaja, claro que, en este caso, no
había ventaja alguna, mi cerebro tenía claro que tenía que acabar todo con él, hasta
lo publique hace unas semanas, pero hacerlo, ese es un tema distinto, entre que
no sabía cómo hacerlo o como hablar con él frente a frente, fue necesario un
traspié de esos que hacer daño para centrar a mi cerebro con mi corazón y
separar las cosas.
La misma semana que había decidido enderezar el camino de
todo este embrollo, él decide desaparecer, tal vez fue mi sub consiente, el que
me jugo una mala pasa, porque ese domingo sentí como él retomaba sus viejos
hábitos de hacerme sentir la persona que menos le importa. Los detalles de lo
que le dije, están algo borrados, mi planteamiento sería que me iba, acababa
todo para mi antes de que mis sentimientos por el me lo impidieran, al día
siguiente leo su respuesta, y al parecer no entendió nada y como la tarea de
que entendiera no recaía en mí, simplemente lo dejé ir.
Después de todo esto, necesitaba distraerme, así que el miércoles
regrese a la plataforma de búsqueda de prospectos, debo haber mirado 100 fotos
y pasado de todos ellos, cuando una foto me dejó pensando “yo he visto a esta
persona”… al día siguiente después de revisar muchas veces el perfil lo acepté
y comenzamos a hablar, entre más hablaba, más me daba la sensación de que lo
conocía…
Personaje me habló y yo también, nos fuimos de una en otra
con frases escuetas entre “hola” y “descansa”, para finalmente terminar en una
solicitud de su parte para verme, que para responder demoré toda la mañana del
viernes, “no creo que te haga bien verme”.
El fin de semana siguió con sus cosas, las responsabilidades
de la casa, lavar ropa, ordenar y la reunión con mi prima en su casa, la
tranquilidad de estar en familia, hablar arreglando el mundo y terminar
alineando los planetas, para el domingo regresar a casa tarde después de ir a
la plaza con pequeño que perdió una muela.
Y de pronto tomo el celular y envío este mensaje un mensaje
sin siquiera darme cuenta y cuando lo envió lo releo, esta historia que se teje
desde hace unos pocos días y que por alguna razón fluye como el agua y me hace sonreír.
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