viernes, 10 de marzo de 2017

Ruido Mental (P_3)



Hace unos días, una amiga a la que he aprendido a querer pese a sus duras palabras me reclama que nada de lo que hago en realidad tiene algo de sentido y que ella ve que al final voy a salir herida de lo que sucede, en su discurso, hay palabras de una mujer que viene de vuelta, que ha visto como cometer errores y ha aprendido de ellos. 

Me quedo pensando, mi cabeza empieza esa operación inevitable de búsqueda y comparación, en la que reviso mis emociones y mis acciones, analizo sin emociones lo que sucede, llega a tanto este análisis que tardo un día entero en procesar lo que me dijo, el listado de comparación era mucho más de lo que quisiera enterar a nadie, entre ambos casos y la historia de tras de ambos.

Todo esto ocurrió antes de decir seguir sola, así que no había nada de donde tomarme para alegar, cuando la mañana del segundo día tenía más conflictos que resoluciones, me senté otra vez con ella y le dije por las buenas, que la estaba odiando, porque no había podido evitar pensar y analizar todo lo que ella dijo.

Volviendo al presente, escuchaba “mi marciana” de Alejandro Sans, y de repente me sentí volver cuatro años en el tiempo, cuando él me llama y me dice que necesita verme, porque se calma al verme, llega agitado, al abrir la puerta lo veo como un niño asustado, pese a tu tamaño, lo abrazo y lo siento calmar su respiración, hasta volver el color a su rostro. De pronto me pregunto, como es que la discografía de Sans me representa tan bien… o es que mi creatividad realista y mágica, simplemente amolda el recuerdo a lo que el canta… la siguiente canción es Un Zombi a la Intemperie”… reconozco que mi decisión sigue siendo la misma, aunque a veces es bueno recordar que lo amé.

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