martes, 27 de marzo de 2007

Traición

Camina, correo, sigue, ve... todos los adjetivos de una sola acción, no lograba realizar, extrañamente cansada, no hallaba el modo de llegar, verlo con las manos en la maza y decir si se acabo. Tal vez necesitaba que fuera al revés, decir que era mi culpa porque a diferencia de todo mundo, siempre he cometido yo los errores, estoy mas familiarizado con decir lo siento, de lo que nadie espera.

La ventana estaba abierta, tras las siluetas se entendía que no había ropa, no había pudor, solo el extasi entre dos seres humanos que disfrutaban sus cuerpos, los mire sin asco, observando, contando sus ritmos, sus irse y venirse por la habitación, sus peleas por controlar la situación... controlar la situación... controlar...

No podía más esto rebasaba los limites de mi propio desprecio, como era posible, me levante, solo que no tenía a donde ir, ellos ocupaban los espacios que me correspondían, estaban en mi casa, donde yo debía estar... Camina, correo, sigue, ve... me repetía de una u otra forma tenía que ir, mi cerebro reclamaba la falta tasita de control del cuerpo, mi corazón latía a mil y las veces que intente escucharme me di cuenta que hasta contenía la respiración, sin saber como, estaba paralizado en medio de ese lugar de sombras, mirando a mi casa, la ventana de mi casa... mi casa... yo debería estar allí...

Comencé a moverme lentamente, como si a medida que repitiera en mi subconsciente las palabras que sabía describían los hechos, pudiera comprender que ocurría. La voz clara de sus sonidos comenzó a ser audible, entre sin miedo atravesando la puerta, ni siquiera tuve que ser sigiloso, estaban a solo unos metros de mi, y me vieron sin siquiera entender que estaba frente a ellos... bastaron unos segundo para que ella gritara... ella, gritara... ella?... cuando levante la vista, supe que era cierto... era ella, su amante, la mujer que tenía aun entre sus brazos era ella... esa mujer....

Salí corriendo, como alma que la lleva el diablo, no pude mirar a tras, si hubiera sido mi vecina, mejor amiga, pero esa mujer que veía intermitentemente por mi calle antes de llegar a casa, la que compraba en el almacén cuando yo bajaba a comprar el pan, la que aparecía en el horizonte de mi vida como prospecto de alguien conocida, alguien amable... era todo un ir y venir de imágenes, entre las cosas cotidiana como sacar la basura, despedirme en la puerta del hombre que amaba, comprar el pan ...

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