Y la respuesta es asombrosamente, que no.
La explicación no es tan asombrosa en realidad, porque no es
que no me duela, es que me duele lo mismo que cuando decidí salir del circulo
en que me tenía metida esta relación, hace mes y medio, así que mi capacidad de
sufrimiento por él no ha aumentado, lo que me agrada, y no me sorprende su decisión,
lo que desconcierta a todos, incluida mi hermana… algo que sí debería
sorprenderme es que él tomó una decisión por fin…
Aunque tal vez no me sorprende que se quede allá, porque era
lo que creía él haría o lo que por deducción lógica ocurriría y lo más absurdo del
asunto es que como antes, ahora de verdad no me conmueve su decisión, después de
todo durante los últimos ocho meses le había repetido en todos las formas
posibles que si su felicidad era allá, se fuera allá y listo, porque aunque me
dolería es mejor tener claro el asunto sobre donde quería estar él y dejar a
un lado esa ambigüedad que había entre nosotros... y el decidido quedarse allá.
Bien, anoche me dormí sin pensar en él y aunque no sé qué
habré soñado, no desperté queriéndolo cerca, por alguna razón tengo la
sensación de que me quité un peso de encima, como sé que para mí querer es difícil,
dejar de quererlo va a ser una tarea que me va a tomar tiempo asimilar, o como ya
lo dije hace un tiempo, “Debo dejar de quererlo” y ese deber cuesta más de lo
que me agrada admitir, parece incluso lógico que sienta menos presión ahora
para olvidarlo, después de todo él se va a quedar allá y no va a volver, la
distancia va a hacer lo que mi corazón no logra hacer, desprenderme de él.
En fin, soltera de verdad, queriendo olvidar sin odio y
viviendo la vida en la gran capital, que cosa puede pasar?
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