domingo, 5 de noviembre de 2006

Para mis padres


Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Tomaba mis maletas porque todo estaba casi empacado, mi manera de decir gracias suele ser mas menos esperada, estaba muy agradecida de todo lo que había pasado ahora y realmente quería decirlo, así que arme un pequeño teatro armado con los pasos de cada uno de los integrantes bien delimitados... estábamos allí y no podía evitar las ganas de llorar, mil veces he viajado a cada de regreso y ahora partía de esta cuidad a la que no quiero, dejando a la gente que si quiero y no podía evitar la contradicción apretado mi corazón un poco mas. Mi hermana tomo las maletas y las puso en el auto. Corrí a despedirme de la mascota de todos y que tiene como ocho nombres diferentes… yo la llamo preciosa, porque se gano todo mi cariño y eso no es algo simple de conseguir.

Camine a la puerta de regreso y papá se acerco primero, me abraso con las ganas de no olvidar el abrazo y me dio un bezo en la frente. Luego mamá, me miro como diciendo no me hagas llorar… y me abrazo tratando de contener sus lágrimas. Me acuerdo que hace tres años cuando me fui por primera vez lejos de casa ella no lloro, solo se quedo mirándome en el auto a la orilla del Terminal de buses y me hizo señas de adiós, ahora estaba afectada, quizá porque era definitivo que no regresaría a su casa a vivir como la última vez.

Mis hermanas me miraron y me abrasaron en conjunto, luego les di un reglo pequeño a cada una, los había comprado durante mi estadía y los tenia reservados para ese exacto segundo. Mi madre se rió nerviosa y me apuro, mientras que mi papá se aseguraba de que todo estuviera bien sujeto y no me faltara nada, ni la ropa ni los libros, ni el celular… ni nada. En el auto sol, encendí el motor pensando en que sería un largo viaje por la carretera, quizá debía pasar a ver a alguien en el camino y la seductora idea se iba siendo espacio mientras que mis hermanas leían las notas y revisaban sus regalos. Mientras salía del estacionamiento de casa. Pude sentir las lagrimas correr. Mis padres habían entrado a casa, sobre la almohada de ambos una nota para cada uno, les llevaría por toda la casa buscando las pistas escondidas con regalitos miniaturas, y volverían a su pieza para ver el video de solo cinco minutos que había preparado para decirles adiós.

“La verdad no se si me duele mas partir ahora, o saber que es parte de mi futuro. Hay veces que me pregunté porque fui hija de ustedes dos, hay veces que me digo a mi misma eres el retrato de tu madre, y otras que se soy como el papá… nunca sabré quien de los es mas parte de mi, o a quien me parezco más… se que fueron lo mejor que tengo, que les debo mucho, así que aquí les dejo una parte de lo que les toca por ser patrocinadores de mi vida durante veinticuatro años, diez meces y nueve días. Los amo.”

Mis hermanas entraron con la última parte esta sorpresa. El sobre cerrado solo decía Papá y Mamá, Presente. Al abrirlo, los gritos de alegría y sorpresa se escucharon hasta en la calle… yo estaba al final del estacionamiento, doble el manubrio, mirando por el espeje retrovisor… y enfile camino por la calle.

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