viernes, 25 de octubre de 2013

El Viaje

Parte 1

Cerro los ojos y respiro profundo, estaba sintiendo como las emociones se iban a hacer más y más complicadas cada vez, pero no quiso mostrar descontrol solo respiro profundo y mientras hablaba dejó salir toda emoción hasta volverse simplemente ella.

"Deja tus llaves, deja mi casa y vete de mi vida."- habló lentamente como si quisiera recordar cada palabra dicha.

Cuando termino de hablar sintió ese mareo que le daba cuando olvidaba respirar y se concentró en respirar, pero no lograba controlarlo todo, sus manos temblaban. La mirada de él estaba destrozada, pero sabía que le había hecho daño, parado frente a ella no hacia nada, ella solo lo miraba tratando de acordarse de que alguna vez lo amo, porque francamente él había logrado acabar con todo esa tarde, en ese minuto cuando confeso no solo una infidelidad, sino que las consecuencia de ella.

“Vete de mi casa”- repitió en el mismo tono neutro, lentamente y dejando salir aire, junto al aire todo su rabia.

Pero él no se movía y ella se movió, camino, abrió la puerta y se la indico. El la cruzo, luego de un largo minuto de completo silencio y ella cerro tras de él, se quedo mirando el café pálido y de pronto comenso a golpear la puerta con los puños, comenzó a llorar, a llorando a gritos, gritos que él escucho apoyado del otro lado de la puerta llorando, se quedó allí hasta que la escucho tranquila y aunque dudaba si debía irse o no, sólo se levantó y camino sin pensar nada más.

Ella se durmió llorando, se despertó llorando, se lavó el pelo llorando y hasta desayuno llorando, enojada con ella, con el mundo, con su suerte, con su vida, pero nunca con él. Los anteojos de sol, su cabello bien peinado, su rostro maquillado después de mucho esfuerzo por dejar de llorar y su bolso en la mano, la acompañaban mientras cruzaba la puerta del edificio donde vivía.

Caminaba con desplante, como si nada pasara y no vio que la seguían, continuó con hasta el metro y se subió al vagón con la sensación de frió, pese al calor, y entro a su oficina donde dejo su bolso a un lado y miro todo tratando de hacerse el ánimo de armar su día.

“Clarita, llame al Sr. …”- ni se acordaba del nombre y fue su secretaria quien se lo recordó.

La mañana de tropiezos con la memoria, de estragos con su voz y de falta de aire la dejaron agotada, después de la última reunión a las cuatro de la tarde, salió de la oficina y no volvió, no le importaron los proyectos, la reunión de las seis, ni nada, salió y camino por el barrio a una hora en la que siempre estaba ocupada, a una hora que no había salido nunca...
Entro a un lugar donde vendían sales dogmatizantes, ungüentos naturales y cosas artesanales, caminó y compro verbena exótica, que calma y tiene olor a limón con algo mas, compro un guantero de semillas, compro un aceite para el dolor de cabeza, luego volvió a la oficina y después de unas disculpas escuetas a quienes las esperaban y una reunión corta porque no tenía paciencia, se quedó frente al computador mirando los vuelos a Cuba.

"Clarita, necesito vacaciones... cuantos días tengo disponibles?"
La secretaria llego con la suma y por increíble que sonara tenía medio año de vacaciones pendientes... medio año, ella solo quería una semana y se tomo dos. Saldría en dos días, necesitaba dejar Santiago, el caos, la rutina y su departamento.

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