lunes, 7 de octubre de 2013

Estas en mi vida (P70)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Parte 70

Desperté a Carlo y luego de explicarle a la rápida y sin detalles, le pedí que vistiera a Maura, que la llevara al Jardín esta mañana él, que esperara a Claudia y que le diera un biberón a Aquiles antes de irse. Le prometí que llamaría en cuanto tuviera alguna noticia y que volvería lo más pronto que me fuera posible, aunque sabía que nada de lo que le decía tenía mucho sentido para él y que se quedó con más preguntas que respuestas, Carlos se levantó y comenzó a hacer lo que le había pedido.


“Háblame más de eso de que Laila, ¿cómo puede llamarlo?.”- le pedí a Deméter.

Nos habíamos dividido, Laila con Odette, Federic Deméter y yo volábamos en la otra dimensión con destino a Argentina, no tengo claro que era lo que les decía que este era el paradero más probable pero ya me enteraría.

“Nuestro creador tiene una línea directa con nosotros, no importa en qué parte del mundo estés, puedes escuchar los pensamientos de tu creador si te necesita y responderle de igual forma, claro que responderle es más limitado que las preguntas que él puede hacer, o que puede decir por así decirlo. Verás uno puede decir una o dos palabras como ‘voy’, ‘espera’ o ‘llego pronto’ si estas en otro lado del mundo, y si estas en el mismo continente es más probable que le puedas responder algo como ‘llego en cinco minutos’, si estas en el mismo país puede responder algo más largo como ‘estoy en cinco minutos en tu casa.”

“Deméter pero ustedes no lo pueden percibir? Eso dijeron…”

“Si, un vampiro puede percibir a otro que este cerca, un vampiro que tenga lazos sanguíneos puede percibir a otro que esté lejos y uno puede… sintonizar por así decirlo a otro vampiro, aunque este en otro lado del mundo. Ahora estas habilidades se aprenden y como se aprenden se pueden aprender a controlar, al comienzo uno percibe levemente y sin control, luego podemos aprender a manejar que queremos sentir o recibir, etc.”

“Ya... y ¿por qué vamos a Argentina?”

“Vamos a Buenos Aires, específicamente.”-respondió él.

“¿Por qué?”- volví a preguntar desconcertada.

“Una amiga de Federic, dijo que lo vio hoy temprano, tal vez aún está cerca.”

“Laila tenía miedo, ¿a que le teme? ¿Como se podría haber ocultado de ustedes?”

“Meterse al mar, por ejemplo, eso lo deja indefenso y es realmente difícil de encontrar a un vampiro en el mar. Puede estar bajo el agua de día y de noche por mucho tiempo, o tal vez está en su casa de México, sé que en un momento hizo un hechizo para repeler a Laila, aunque eso fue hace mucho….”

“¿Julián tiene una casa en México?...”-estaba realmente extrañada.

“Si, en Estados Unidos, México, Italia, España, Australia y Grecia.”-respondió Demeter.

“¿Y ustedes?”- dije pensando, ellos tienen en el resto del mundo.

“Nosotros, la verdad es que también tenemos casas en todo el mundo, no es difícil, tenemos casas que mantenemos y cuidamos sin mucho esfuerzo, porque no necesitamos dinero para grandes cosas, vasta que conservemos algo de antes y lo vendamos en la actualidad a un gran valor, además no consumimos gran cantidad de cosas, claro que cuando pasamos tiempo juntos, preferimos estar en un lugar neutro como un hotel o algo así, para evitar conflictos.”

Miré a Deméter y entendí que la convivencia con sus hermanos no era tan perfecta como yo siempre creí y que tal vez había algo de humanidad en la relación que siempre han sostenido, algo que ni ellos reconocen. Llegamos en poco tiempo y entramos a la ciudad por la puerta de un bar, la amiga de Federic era una vampira de aspecto simple, pero cautivador, sus ojos reflejaban la sabiduría de los años y sus modales delicados la hacían ver frágil.

“Lo vi hace alguna horas en la madrugada -le explicaba a Laila- parecía extraño no miraba nada, caminaba como sonámbulo y sus ojos parecían llorosos.”

“Gracias Prisila, dime solo una cosa más, hacia donde lo viste caminar.”

“Hacia allá.”- respondió la chica apuntando el mar.

Después de caminar un par de cuadras, cruzamos a la realidad paralela y volamos en la dirección que había dicho la chica, volamos lejos sin encontrarlo, así que volvimos a la realidad y continuamos nuestra búsqueda por tierra, lo que fuera que tenía en la cabeza Julián tenía un rastro en tierra y no por aire.

“Trata de llamarlo tú.”- dijo Laila.

“No sé cómo se hace eso.”- respondí algo confundida.

“Recuerdas cuando empezaste a transmitir pensamientos fue sin que te nadie te dijera nada sólo lo hiciste…. Bien ahora es lo mismo, solo piensa en él y llámalo con la mente, cierra los ojos y trata de ver donde está, deja de pensar, sólo hazlo…”

“Si”- respondí algo incomoda.

Cerré los ojos y pensé en Julián, luego de un momento solo repetí en mi mente, ‘Julián, responde por favor, dónde estas?’ y sin darme cuenta con los ojos cerrados podía ver mi propio cuerpo, a los hermanos de Laila a mí alrededor y a Julián lejos, rodeado de algo que lo tenía como dormido.

Abrí los ojos y mirando a Laila salimos corriendo, ella había estado leyendo mi mente mientras yo trataba de llamar a Julián y vio lo que vi. Llegamos a un punto en que no sabíamos hacia donde ir y repitiendo todo encontrando el camino, Julián estaba enterrado cerca de la playa, al excavar encontramos agua y su cuerpo helado. Al sol con los ojos rojos, lo miré molesta, que se suponía que estaba haciendo al enterrase cerca del mar?... pero antes de hablar Federic respondió mis preguntas.

“Estaba tratando de morir. Existe una leyenda que dice que además del sol la mezcla de tierra y agua nos puede matar. Además como te explico Deméter, el agua hace que sea difícil encontrarnos, la tierra por su parte nos da sueño…. En fin, conjugados ambos elementos pueden ser las armas más letales par un vampiro, bastaba que durmiera aquí dos días y nunca más lo encontraríamos.”

“¿Por qué no despierta?”

“Por el efecto de la tierra en nosotros, nos provoca un sueño pesado sobre todo si es de día…”

Miré a Lila y ella solo suspiró. Apoye a Julián en mí y limpie su rostro, lentamente fue despertando y mirando como si no reconociera lo que había al frente. Después de unos diez minutos, todos atravesamos a la otra dimensión, Julián cubierto por una manta, Federic y Deméter lo cargaban y regresamos a mi casa a las diez de la mañana, entrando por la cocina.

“¿Dónde estabas?”- reclamo Carlo al verme entrar.

“Amor, te desperté y explique lo que más pude, dame unos minutos y te explico más.”

“Estas llena de arena… ¿está bien?, ¿necesitas mi ayuda en algo?- dijo después de abrazarme y besarme.

Claro que la necesitaba, era importante bañar a Julián y por lo que entendía el efecto de la tierra mojada les daba sueño a todos, así que tal vez Carlo podría ayudar a darle un baño a Julián… Entre los dos metimos a Julián al agua y lo mojamos, Carlo le había sacado casi toda la ropa y lo jabonaba mientras que yo revisaba algo para que se pusiera. Lo que no tenía ni idea era que el además de sueño, la tierra lo volvía vulnerable al sol y cuando salió del agua con su piel limpia comenzó a arder por causa del sol que entraba a mi habitación y entre los gritos Aquiles despertó.

Federic cerró todas las ventanas y cortinas de la habitación a velocidad de vampiro, Laila fue a buscar más pócima para que permaneciera al sol, Deméter ayudó trayéndole un bistec crudo para que Julián se recuperara más rápido de la quemaduras, mientras que Odette trataba de arreglar el desorden del baño para que mi casa no pareciera campamento por causa del barro la arena y el desorden. Mientras tanto yo trataba de calmar a Aquiles y terminaba dándole pecho.

Todos nos reunimos en la cocina, Julián dormía producto de la falta de la pócima que no solo le permitía estar al sol y también lo ayudaba a mantenerse despierto, cosa que yo no recordaba.

“No entiendo, ¿qué fue lo que hizo?”- dijo Caro.

“Trato de suicidarse”- respondió Odette.

Luego de explicarle los detalles de cómo un vampiro puede suicidarse, Carlo miro extrañado a los hermanos de Laila, porque él no sabía nada de lo que había pasado en los últimos tres días.

“Julián vino hace unos días y me pidió que te dejara y me fuera con él.”- respondí abarcando la mayor cantidad de información sin decirle detalles.

“¿Por qué hizo eso? “

“No lo sé realmente Carlo… Nunca he terminado de entender la cabeza de Julián.”-dije tan honestamente que nadie dijo más.

“Pero… tú lo rechazaste y él se intenta suicidar 2 días después?”

“Si y no… Yo lo rechacé, él volvió y yo lo rechacé, anoche parece que entendió que yo no lo amo y que a quien amo es a ti, o eso era lo que creía cuando se fue.”-respondí ahora agotada de tanta vuelta al mismo tema.

“¿Anoche?... ¿en que minuto?”-dijo mirándome completamente desconcertado.

“Cuando vine por un vaso de agua- me miró recordando ese hecho-… Después de que se fue no lo vi más… y hoy…”-dije sin dar más detalles y pensando realmente como le digo esto.

“Anoche después de que hicimos el amor, viniste por un vaso de agua- yo asentí con la cabeza-…me vas a decir, que ese pervertido estaba mirándonos hacer el amor?!”- dijo Carlo, con voz de alarma y enojo.

“Creo que sí…”-respondía algo intranquila.

“Ostia!… que es un hijo de puta… ¡qué coño cree que hace!… si es que no se puede tener privacidad en esta casa, es que ese se cree con derecho de qué?! Y por qué coño?!.... hijo de la gran puta!…”-dijo tan molesto que se puso rojo.

Carlo siguió molesto un buen rato, hablando más groserías que palabras y amenazando con hacer la prohibición si se enteraba de algo más, pero mientras que iba hablando del tema, entendía que yo no tenía nada que ver en la obsesión de Julián y que mi amor era incondicional a él, así que a medida que se iba tranquilizando me fue abrazando y besando el pelo, hasta que termino sin reclamo alguno y hasta conmovido con el intento de suicidio de Julián.

Cuando Laila regresó con la pócima todos estábamos de acuerdo en que Julián tenía que irse de mi casa, estar lejos por un buen tiempo y dejar que todo este mal rato se pasara antes de que se le ocurriera regresar y Laila entendió que no era en su contra el tema, sino que porque Carlo había encontrado su excusa para echarlos de mi vida y nadie tendría como detenerlo si Julián llegaba a colmarle la paciencia.

Entre los hermanos trasladaron a Julián al lugar más oscuro de mi casa que alguna vez fue el escondite de Julián y luego de eso, se fueron. Carlo había pedido el día excusándose en que Aquiles estaba enfermo, ninguno se quiso quedar en casa, así que salimos el resto del día y fuimos por Maura al jardín, después de pasear nos fuimos a casa de mi madre, donde nos quedamos hasta cerca de las nueve, los niños dormían en la parte de atrás del auto cuando regresamos a casa.

Carlo acostó a Maura y yo a Aquiles, nos reunimos en la cama donde nos abrazamos e hicimos el amor lentamente, él estaba tranquilo y yo solo quería sentir sus brazos rodeándome con esa fuerza que me encanta, me quedé dormida con la pura polera del pijama y creo que él desnudo, solo sé que esta vez era yo quien necesitaba abrazarlo y era yo quien le estaba dando tranquilidad. 

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