martes, 1 de octubre de 2013

Estas en mi vida (P. 68)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara


Parte 68
La primera semana en el hospital, la segunda con un pie en casa y el alta del médico finalmente cuando mi pequeño Aquiles tenía cerca de dos semanas. Es extraño como con un bebé en brazos uno pierde la noción del tiempo, todo se traduce a darle pecho y dormir.
Así que cuando llegamos a casa, Carlo decidió que necesitábamos ayuda para tener la casa ordenada y contrato a una muchacha que iba todas las mañanas a ordenar y preparar el almuerzo y yo la verdad estaba aliviada, porque la otra alternativa era que Laila y sus hermanos nos ayudaran, francamente no sé si era la maternidad o la noción de que necesitaba vacaciones de ellos, lo que me tenía reacia a reunirme con ellos como de costumbre. Además que dormía gran parte del día y la noche porque estaba funcionando como mi pequeño hijo y con excepción de la tarde cuando llegaba Maura del jardín, que tenía que levantarme y hacer cosas con ella como darle la cena y ayudarla con el baño, las tareas y arreglar su cama para dormir, yo dormía prácticamente todo el día.
Carlo está preocupado y cunado pequeño cumplió un mes, me pregunto si era normal esto de que yo durmiera tanto. Así que en la consulta con el pediatra, fue él quien le explico que mi caso salía de la norma, así que era probable que demorar un par de semanas más en ajustar mis horarios de sueño a los de un adulto, pero que no hacía daño realmente que durmiera como el bebé. Pero no fue necesario esperar mucho tiempo, lentamente fui recuperando mi horario de sueño normal y cuando Aquiles tenia mes y medio, yo tenía mi vida casi enteramente recuperada, o sea pintaba cuando tenía tiempo, iba a hacer las compras de la casa, me bañaba todas las mañanas (detalles) y estaba mi pieza lista y ordenada antes de las nueve, la muchacha tenía la misma carga de trabajo porque ya que le pagaba no levantaba ni un juguete, ni lavaba la loza y entre el desorden que armaba mi Maura cuando llegaba del jardín y el que dejábamos nosotros los adultos, la muchacha llegaba a ordenar y dejaba todo impecable antes de irse a las tres de la tarde.
Laila y sus hermanos habían venido a visitar mientras que dormía y no los había recibido, ahora que estaba despierta ellos habían decidido aparecer otra vez y aunque no estaba tan feliz de su visita los recibía un rato en casa, Laila fue la primera en decirme que entendía lo que sentía y que esperaba que pudiera volver a ser como antes, pero me preguntaba si yo quería que algo volviera ser como antes o no... y la verdad no lo sabía, valoraba tremendamente a Laila, pese a todo lo que su presencia en mi vida significaba, los hermanos de ella no habían hecho más que ayudar en mi vida, Julián con todos sus altos y bajos había demostrado ser capaz de amar a una mujer humana y recuperar algo de su humanidad, pero aun así con todas sus cosas buenas, tenerlos cerca era algo que me hacía preguntarme que quería realmente yo, después de todo ¿Cómo le explicaría a Maura en unos años más que ninguno de ellos envejecería nunca?, ¿Cómo lograría que Carlo superar su miedo a los vampiros?, Será que nunca más volveríamos a tener una vida más común y digo común porque la palabra normal o normalidad jamás se aplicó a mis vida, así que ahora que no existía no me molestaba en tenerla presente, pero una vida común con cosas más mundanas y no esta vida tan distinta que nos obligaría a todos a mantener a esto cinco seres alejados de todos nuestros amigos o familiares, quienes tal vez estaría con nosotros unos diez años? Y luego que diríamos a mi madre, a mi hermana, o a los niños?...
Nunca quise ser vampiro, nunca quise vivir eternamente, siempre he pensado que lo más bello de la vida es envejecer, la trasformación del cuerpo, la añoranza de aquel tiempo que era más atlética, más liviana, más ágil, más joven... porque al final son nuestros recuerdos y como los atesoramos los que le dan valor a la vida. Pero por otro lado había sobrevivido a tantas cosas que mi sola existencia era algo poco común, mi caso de cáncer estaba siendo investigado y rogaba al cielo para que nunca descubrieran que en realidad había sido Laila quien me había sanado y no la quimio.
Así la balanza con mi decisión se movía de un lado a otro y no lograba decidir nada en realidad. Mi vida parecía estar extrañamente estática, así que esa mañana que desperté temprano, acompañé a Carlo a desayunar y esperaba que llegara la chica del aseo me pregunté qué habría pasado con Julián?, hacía unas semanas que no lo veía y nadie parecía interesado en contarme donde estaba o que había pasado con él, sobre todo recordando lo que me había dicho el día que Aquiles naciera "...que me dejes estar cerca de ustedes..." y si eso era lo que quería, donde estaba ahora?
"Julián?"- dije en voz alta y el apareció junto a mí en la cocina, lo miré con reproche.
"Hola, ¿Estas de buen ánimo?"- dijo sonriendo.
"Si algo, dime una cosa, ¿cuánto tiempo llevas en la otra dimensión?"
"Llegué hace un momento, cuando Carlo salía de casa. Las escenas melosas de ustedes besándose no me agradan."
"Eres un caso"- dije algo divertida con su confesión y me senté con mi taza de café.
"Parece que estuvieras tomando una decisión?"
"Es divertido que ya no tengas libre acceso a mis pensamientos"- dije pensando en otra cosa.
"No, a mí me gustaba cuando podía entenderte atreves de tus pensamientos, ahora eres un misterio demasiado cautivador...- miro el suelo y luego levanto la mirada sonriendo pícaramente- claro que es interesante que a mi edad algo sea cautivador, no lo crees?"
"Cállate."-dije avergonzada.
"Uf!, yo creía que estabas de buen humor."
"Julián, si no fue necesario que dijeras esas frases cursis para conquistarme en el pasado, no es necesario que las digas en tu vida, porque para mí son cursis y no de buen gusto. Además, deberías respetar que estoy con Carlo, que es el hombre al que amo y con quien tengo una familia. Ahora déjate de mañas de galán, que quiero hablar contigo sobre un tema importante."
"Está bien, dime que querías hablar?"
Lo miré a los ojos, esa mirada añosa que había visto pocas veces y que con sinceridad me parecía la de un hombre completamente distinto a quien tenía en frente, me cautivó y comencé a exponerle mis conflictos con Laila y sus hermanos, lentamente fui desenrollando los sentimientos, las cosas increíbles que nos habían pasado, las cosas extrañas y las que me llevaban a no querer verlos. Todo esto era algo tan extraño, hablaba con un vampiro de las cualidades, virtudes, conflicto que acarreara la continuidad y la relación que sostenía mi familia con todos ellos.
Julián escucho todo con calma y pregunto algunas cosas que al parecer eran difíciles de asimilar para el como vampiro, porque los detalles lo hacían poner caras y que darse largo rato pensando, finalmente cuando tuvo una idea clara me pidió disculpas y se fue al living, al rincón donde guardaba mis libretas con predicciones. La chica que me ayuda a limpiar que se llama Claudia, habría terminado de ordenar el cuarto de Maura y se veía agotada de ordenar y cuando miro a Julián sus ojos centellaron, en su mente creía estar viendo a un ángel y Julián que leyó sus pensamientos aun cuando estaba volteado, no la miro, solo siguió en lo suyo y regreso a la cocina donde yo esperaba que dijera algo. Porque Claudia no lo había visto antes en casa, hoy cuando ella toco el timbre le abrí la puerta y la había mandado al cuarto de Maura donde sabía demoraría suficiente como para terminar de hablar con Julián de lo que hablábamos sin interrupciones y efectivamente había sido así.
"Toma, en este creo que vi en este cuaderno algo de lo que has mencionado ahora, la verdad siempre supe que ibas a tener que decidir si vivías con nosotros en tu vida tiempo completo o sin nosotros."
Claudia que estaba entrando a la cocina lo miro con curiosidad, pero Julián ni siquiera la miro o trato de explicar lo que estaba diciendo a la muchacha, que seguía confundida y encantada con este ser.
"Si aquí hay algo de lo que dices... aquí hay más...mmm..."
Leí mis predicciones, como si de algo ajeno se tratara, porque el hechizo que las manifestaba en las libretas no hacía necesariamente que yo estuviera cociente de lo que en ellas se escribía, por eso en alguna oportunidad conté que los hermanos de Laila tenían una libreta donde decía que los perdonaría, que estaba escrito mucho antes de que siquiera supiera que Mercurio trataría de raptar a Carlo. Habían tantas predicciones, que la letras era pequeña y como si la hubiera escrito a la rápida, para seguir escribiendo la que seguía, reconozco que algunas al leerlas las recordaba como si las acabara de escribir y no fuera el hechizo de Laila el que las manifestaba escritas en papel y las mantuviera lejos del grado de locura y abstracción que sufrí inicialmente cuando desarrolle este nuevo sentido. Miré la libreta que me colgaba de la muñeca, esa la había tenido que poner esta mañana, porque la anterior ya estaba llena, la libreta de papel delgado de esas que son de bolsillo, es extraño como las pude llevar incluso en el tiempo que estuve hospitalizada, aunque admito que me las colgaba al cuello, porque en las muñecas me habría molestado por la vía o los aparatos que me tenían monitoreando el corazón.
"Creo que esta es más clara." dijo Julián pasándome un cuaderno.
Lo leí con calma y luego le pasé el que estaba leyendo yo, el leyó y me miro con una sonrisa, algo de lo que había en sea hoja lo había hecho sonreír, tomé la libreta y leí la siguiente predicción.
"Los amantes, dejaran sus ataduras y se amarán con locura"
De que se reía, eso no decía nada fuera de lo común. Lo miré con curiosidad y dijo me trasmitió un pensamiento, "Si tú y Carlo son una pareja y la familia, quienes serían los amantes?", lo miré otra vez molesta.
"Señora, voy a limpiar su habitación."- dijo ella mirando a Julián.
"Si Claudia, ve y mira si Aquiles está despierto creo que es hora de su leche."
"Claro señora."-respondió la chiquilla.
Cuando la muchacha salió de la habitación, miré a Julián francamente molesta.
"Deja de decir estupideces, con Carlo no solo somos pareja, también somos amantes."
"Y si los amantes fueran él y otra persona?"
"Julián dices una pesadez más y créeme que te prohíbo la entrada a mi casa en ambas realidades."-lo miré en serio enfadada.
"UF! Porque tanta antipatía, yo no creía que fueras a terminar con nadie más, siempre creí que terminaríamos juntos y estos hace tres años y medios con Carlo, no sé qué decirte para explicarte que las cosas cambian."
Me levante, tan molesta que la silla se cayó al suelo y lo miré a los ojos directamente. Julián se levantó, me tomo las manos y me trato de abrazar pero no lo dejé, la leche me comenzó a caer por los pechos manchando mi polera y transparentándola, toda mi musculatura estaba contraída, parada rígida y molesta, tanto que me acerque y tomé un vaso de agua para tranquilizarme, le habría gritado de todo, francamente se lo merecía, pero Claudia podía escuchar y Aquiles despertar con los gritos. El tomo mis manos y me traslado a la otra dimensión sin que alcanzara a decir algo y se desató una argumentación...
"Es que eres un cretino, hijo de la gran... quien cresta te crees para decir algo así? Fuiste Tú quien me alejo de su vida. Tú decidiste por mí, nunca me has amado, amabas sentirte vivo, amabas estar acompañado de alguien que no te quisiera cambiar, amabas estar viviendo la vida con ganas porque hace un siglo que no tienes idea de lo que significa vivir la vida con ganas. A mi... tu nunca me amaste, si lo hubieras hecho me habrías acompañado en todo y no habrías creído nada, salvo en mí... Pero no.... Tu creíste en las predicciones de una mujer vampiro que te dijo que llegaría a amar a alguien más... Y nunca se te ocurrió pensar que serías tu quien colaboraría en que esa predicción se volviera realidad... Tú..."
El me dejó gritar y se fue acercando lentamente, yo lloraba, quería pegarle tan fuerte como me dolía mi pecho por su causa, lloraba pensando en que si no lo hubiera aceptado en mi vida sin pedirle nada, el nunca habría dejado que lo olvidara y en ese momento de fragilidad, Julián se acercó tanto que no pude evitar confundir la ira con pasión, dejarme arrastrar por sus manos que me apretaban contra su cuerpo, su intento de besarme el cuello, el pecho y regresar a mi cuello para decirme al oído.
"Déjame amarte..."- en un tono suplicante, que me parecía seductor.
Y mientras que sus manos apretaban mi cintura contra su cuerpo, su boca recorría mi garganta hasta llegar a la comisura de mis labios, sus palabras de deseo me mareaban, no fui capaz de resistir mucho más antes de mirarlo y besarlo yo, devolverle el abrazo con la misma fuerza, elevarnos y deshacernos de la ropa mientras que girábamos a medio metro del suelo, recordando, recorriéndonos, haciendo algo que de verdad no habría imaginado y cuando estaba desnudo sintiendo su piel un poco más fría que la mía rosando mi cuerpo, escuche a lo lejos a Aquiles llorar.
En un segundo me vestí, en otro cruce la dimensión y corrí donde mi hijo que lloraba en brazos de Claudia.
"Se lo iba a llevare a la cocina señora."- dijo la muchacha cuando me vio entrar corriendo.
"Gracias Claudia, no hace falta."- y tomando a mi hijo en brazos me acosté en la cama, saque mi pecho y el comenzó a mamar.
Cuarenta minutos después, Aquiles dormía terminado de tomar leche del otro pecho, mientras que yo trataba de justificar de algún modo en mi cabeza la falta de cordura de hace un rato y viendo cómo organizar mis ideas porque tenía la cabeza revuelta. Dejé a Aquiles en la cuna y le avisé a Claudia que me iría a bañar, eran las doce y media.
Entre al baño y cerré la puerta, miedo mi reflejo en el espejo, es extraño mirarse cunado uno esta desconcertada, porque en mi caso, mi rostro no reflejaba nada, prendí el agua y me metí a la ducha, mientras que me jabonaba pensaba en que definitivamente no era tan buena idea tener a Julián cerca y de pronto unas manos me empezaron a lavar el pelo...
"¿Que rayos haces aquí?!"- dije molesta en tono bajo para que nadie nos escuchara.
Peor Julián había decido terminar lo que habíamos empezado y aunque lo empujaba, lo retaba y le decía que se fuera, lentamente me fue convenciendo, estaba desnudo como yo, estaba abrazándome, estaba aquí y aunque me resistía, mi organismo reaccionaba a él como antes y no fue hasta que sentí sus manos en mi vientre que entendí que no se iría a ninguna parte si no hacía algo drástico. Sentí vértigo, sentí mi ira aumentar y aunque estaba dispuesta a estar con él, tenía claro que no me lo perdonaría, él me estaba besando el pecho y se veía concentrado, mi vértigo aumentó cuando me di cuenta que estamos en la otra dimensión y grité de ira.
"Haaaaaa!!!!!!!, Suéltame!!"- grite y lo empuje lejos.
"Pero... es que..."
"Córtala Julián, quien cresta te crees?"- grité molesta.
El avanzó hacia mí y yo puse una mano a modo de alto.
"Claro que mi cuerpo reacciona, claro que te puedo llegar a desear, pero eso no cambia las cosas Julián, no cambia que no eres capaz de amarme y que tomas decisiones sin preguntar, por lo único que te dije que te quedaras era porque creía que te ayudaría a afrontar tu decisión, pero si no eres capaz de hacer las cosas bien, de verdad no vuelvas."
"No puedo!, no sé cómo lo soportas, pero yo no... eres mía- dijo en ese tono diabólico que le había visto antes y que ahora ni me inmutó- tu eres mía...- y trato de acercarse pero yo no seguía con mi mano en alto impidiéndole acercarse.
"No. Entiendes?. No Julián, no somos la pareja que fuimos, no voy a traicionar a Carlo, no te amo como antes y no vas a estar conmigo, la respuesta es no. Entiendes?"
Julián retrocedió unos pasos, me miro con ojos tristes y algo de vergüenza, pero no deje que esa actitud me conmoviera, porque tenía la clara sensación de que el esperaba eso, además estaba desnuda frente a él y no quería darle pie a que retomara su iniciativa, francamente no sabía si la podría resistir una vez más.
Cruce a nuestra dimensión a un paso de donde estaba, y el agua tibia me tranquilizó, estaba molesta. Mientras que el agua se llevaba el shampoo y mi cabeza dejaba de dar vueltas, suspiré sin darme cuenta y dije su nombre, un segundo más tarde Julián estaba atrás mío desnudo, besándome haciéndome suya y volviendo a sentir otra vez todo dar vueltas a mi alrededor, el agua tibia se mezclaba con mu sabor, la sensación de que esto estaba mal, la noción de que su cuerpo se movía con el mío a un ritmo único, el placer y la amarga sensación de que estaba traicionando a Carlo...
Demoré tanto en la ducha que Claudia toco dos veces para preguntar si estaba bien y en ambas ocasiones debí sacar fuerzas para responder, porque estaba en un trance tan distinto a todo que no sé cómo explicarlo, cuando finalmente salí del baño, estaba en estado de extasía, habría dado todo por no sentirme así, pero así era como me dejaba una unión con Julián, en extasíe, con ganas de más y con el cuerpo marcado.
Vestida y lista para almorzar, me fui a la cocina, donde Julián me esperaba, le había borrado la memoria a Claudia, así que para la muchacha no había pasado nada fuera de lo común ese día, la sensación de que actuó sin preguntar me molestó tanto, que no puede evitar mirarlo feo, la muchacha se despidió unos minutos después y se retiró. Mientras que yo me serví un plato de comida y almorzaba frente a Julián que tenía otras ideas en la mente.
"¿Se puede saber por qué no me dijiste que le ibas a borrar la memoria?"
"Simple, creí que lo suponías, o sea dos horas en el agua no te pare extraño?... Además, no puso mucha resistencia, parece que le gusto."
"Julián nunca he sido celosa, deberías saberlo ya. Además la muchacha no le dirá nada a Carlo, esto no se va a repetir."
"Eso no es lo que dice tu cuerpo."- dijo tocándome la mano que tenía sobre la mesa.
"Mi cuerpo es mío, lo mando yo y no tienes nada que opinar tu."- dije molesta porque lo que decía era cierto.
Se acercó a mi cuello y comenzó a pasar la punta de su nariz suavemente de arriba abajo y sin darme cuenta me di vuelta y rodee su cuello con mis brazos, sin siquiera saber cómo estaba en el mesón, semi desnuda sintiendo repitiendo todo otra vez, su cuerpo, su ritmo, las sensaciones de vértigo, la ira, la pasión, la fuerza, sus manos marcando mi cadera y su éxtasi, porque contrario a todo lo que imaginaba el ahora tenía la misma sensación que yo, la misma necesidad irracional por concluir tenerme, sentirme y saciarse que tenía yo en ese minuto.
La tarde fue un ir y venir de encuentro, de reclamos, de reproches, de conflictos, de ira y de placer, tan complejos que por mucho que yo quisiera habíamos estado juntos todas las veces que uno estuvo cerca del otro, bastaba su roce para desnudarnos y mi solo suspiro para provocarlo. No me importaban las heridas del post parto, no me importaba que esto estaba mal, no me importaba nada, Julián había logrado desquiciarme, hasta que Aquiles lloró.
Estaba en medio de un volar atada a su cadera y placeres extraordinarios y mi hijo me sacó de golpe y porrazo de todo eso, no había tomado agua y no tenía leche, Julián se la había ido bebiendo, y debo decir que aunque no lo imaginaba lo excitaba mi leche... cosa que no quiero ni recordar.
Bajé al suelo, apoye mi pie y supe que había algo más en todo esto, porque racionalmente yo no dejaría jamás a Carlo, lo amaba y todo lo que había pasado durante el día tenía algún explicación lógica. Pero que era lo que había detrás de todo esto?, era Julián que había usado algún hechizo?, era alguien más?
"Julián- dije con voz confusa, mientras él se acercaba peligrosamente- esto no es normal..."
Julián me miró desde lejos y asintió con la cabeza.
"¿Qué nos está pasando?"- dije con la voz entrecorta y algo molesta.
Aquiles dejó de llorar y sentí que era porque Julián lo influenciaba.
"Déjalo en paz, es un bebé y tengo que darle pecho, así que vente, no quiero verte."
Corrí a la cocina y tome agua mientras me metía un brazo en la pollera y terminaba de vestirme, con la clara sensación de deseo en el cuerpo y no me bajaba la leche, así que fui hasta el refrigerador, tomé una de las mamaderas que usaba en la noche para cerciorarme que el bebé tomara toda la leche y la calenté a baño maría, hasta que estuvo tibia.
Entré a mi habitación y Julián sostenía a Aquiles en brazos y el bebé jugaba a hacer gorgoritos con la boca, la escena era tan bella que me habría encantado no interrumpirla, pero en vez de eso, sostuve a Aquiles en brazos y lo llevé a la cama donde se tomó toda la leche y se quedó dormido.
"Julián te dije que te fueras:"
"No puedo."- respondió extrañamente.
Tomé al bebé lo lleve a su cuna, le cambie los pañales y lo dejé de costado, se veía apacible, entre al baño, pero él me siguió y sin medir consecuencia me abrazo y comenzó a besarme, traspasándonos a la otra dimensión...
Quedaban quince minutos para que llegara Maura y yo no lograba salirme de transe, por más que en mi cabeza todo estuviera revuelto y sintiera que si salía de esa unión se acababa el mundo, era un vicio no un placer propiamente tal, Maura estaba por llegar y tenía que vestirme, tenía que volver y el me sostenía con tanta fuerza que me dolía, pero todo lo que hacía me tenía en éxtasi... ¿Cómo rayos vine a perder la cordura un día de verano cualquiera?... que está pasando con nosotros que parecemos hechizados o algo así?... y me preguntaba esto en voz alta y el solo seguía apasionado, ensimismado, disfrutándome así como yo de él.
"te amo... te amo...- gritaba Julián-... te amo... te amo..-su voz ronca de tanto gritar, sus manos firmes sosteniéndome y su ritmo acelerado y luego clamo, otra vez con fuerte y luego más calmo- te amo mujer que es lo que no entiendes?"
Y como si ese fuera el antídoto, supe exactamente qué pasaba con nosotros y logré separarme de él.
"Julián - dije sobre su pecho, tratando de recuperar el aliento- yo no te amo."
Julián paró en seco, sus ojos me miraron intensamente, sus manos me apretaron aún más la cadera y no pudo moverse más, porque aunque trato de recuperar le ritmo y sentir ese extasía que hace un segundo, lo miré y supe que estaba comprendiendo que se había equivocado, me moví solo un centímetro y el sintió mi cuerpo pero no lo provocó como antes, un segundo más tarde estábamos vistiéndonos y cruzando a la dimensión real.
"Yo... - trato de decir algo, pero no tenía palabras- lo lamento."
"No digas eso, no sé qué hiciste pero sé que no tenías mala intención."
"Sólo quería que recordaras como era estar conmigo,- dijo mirando el suelo- yo no te olvido, pero tú a mí sí."
"Julián nunca te he olvidado, pero eso no tiene nada que ver, tu fallaste como pareja, me hiciste creer que estabas alejándote porque creíste que no te quería, cuando en realidad estaba alejándote porque creías que era lo correcto para mi futuro y ni siquiera me dijiste la verdad, manipulaste tantas cosas en mi vida... que no te diste cuenta que me estabas perdiendo y cunado entendiste que no volvería contigo, te marchaste, ni siquiera conversamos el tema frente a frente, solo te marchaste... que quieres que te diga, me rompiste el corazón, ya no puedo amarte..."
"Antes de venir esta mañana tome la infusión de una hierba que hace que nosotros los vampiros seamos irresistibles a los humanos, el efecto dura cerca de un día."
"Eso explica muchas cosas."-dije mirando sus ojos.
"Lo lamento, no sabes cuánto lo lamento."-dijo avergonzado.
"Julián, ¿cuándo vas a dejar de tratar de manipularme? ¿Cuando vas a hablar conmigo las cosas primero y después hacer lo que se te ocurra? ¿Cuando?"- dije molesta y cansada.
Dio un paso hacia mí y sentí toda esa energía de él como algo irresistible, pero en vez de dejarlo avanzar, sólo lo miré a los ojos.
"Quiero que te vayas."-dije sin inflexión en la voz.
"Quiero besarte"- respondió él.
"Podrías escucharme, Maura llegara a casa en unos minutos."-dije mirándo su rostro.
"No, le enviaste un mensaje a tu hermana que la pasara a buscar te la traerá cuando llegue Carlo, aún tenemos una hora más...- dijo apoyando su frente en la mía y simplemente no pude resistir más.
Atravesamos a la otra dimensión donde podíamos movernos a muestra ancha, gritar y hacer lo que quise ramos, el me desnudo en un segundo y cuando entro en mí fue como la primera vez, como si nunca hubiera estado con él, el éxtasi me recorrió el cuerpo, la locura de sus manos se desató por mis pecho, apretando, moviendo, tocando, sintiendo y dejé que todos mis cargos de conciencia se quedarán en la otra realidad, esta vez tenía claro que no estaba engañando a propósito a Carlo, Julián me había hechizado y eso justificaba cada goce, cada grito de placer.
Pasaríamos casi dos horas unidos, antes de volver a la dimensión real y despedirnos sin evitar un último juego sobre la ropa peligroso junto a la puerta porque concluyo solo un segundo antes de que Carlo pusiera la llave en la puerta, dejándome completamente excitada cuando el entró y me besó, lo lleve a la pieza y mientras que desconcertado, me dejaba sacarle la ropa para hacer el amor y si esta era la gran diferencia entre la unión de Julián que dejaba con ganas de más, a la unión con Carlo que me dejaba completamente satisfecha. No puede evitar sentir a Carlo más hombre, más humano y comparar las manos de Carlo que me transmitían cosquillas por la piel y la suavidad con que me movía sin violencia, como sus besos me parecía dulces y su aliento entrecortado era algo simplemente me excitaba más.
"Te extrañaba"- dijo Carlo descansando junto a mí.
"Yo también"- dije y me voltee a él para darle un beso, que lo hizo sonreír.
"Tus pechos están tan granes"- dijo tocándolos.
"Te gustan?- dije acercándole uno al rostro y él lo tomo y acercándose más a mi volvía a sentir su cuerpo reaccionar, y aproveche de decirle al oído- ¡Quiero más!"
No fue necesario nada más, Carlo era así solo había que pedirle y daba todo, desarmamos la cama de un lado a otro haciendo cosas que hacía tiempo no hacemos y que recordar era agradable, lo sentí extasiado, lo sentí tan mío, que solo desaté toda mi pasión con él y mientras desataba todo complejo y lo dejaba amarme a su gusto, recordé el texto que había leído en la mañana "Los amantes, dejaran sus ataduras y se amarán con locura", y no puede evitar sonreír, yo tenía razón no era Julián siempre ha sido Carlo mi amante.

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