viernes, 30 de agosto de 2013

Estas en mi vida (P64)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Parte 64 - Otro rescate…


“¡Maura!”- dijimos al unísono.


Entramos a la habitación, tomé a mi hija en brazos y cerré los ojos, para cuando los abrí estábamos al otro lado y Julián estaba también allí, pero algo sucedía, al principio traté de hablarle pero él no respondía, finalmente me di cuenta que no me veía… aun sostenía mi hombro o su mano aún estaba allí pese a no verme y se me ocurrió que tal vez si podía sentirme, así que mirando su cara desorientada, tomé su mano y dibuje sobre el dorso una letra Y, que era la manera que antes usábamos para responderle que sí, cuando estábamos en público, ya sabes él me transmitía un pensamiento y yo escribía una  ‘y’ para decirle que sí o una ‘n’ para decirle que no, en ese tiempo yo no era telépata. Este gesto tan nuestro tan íntimo que ni siquiera lo había mencionado antes, lo sacó de su desorientación y luego de unos minutos se tranquilizó.


“Maura… Hija, ¿sabes dónde puede estar Odette y Demeter?”

“Si mamá, están allí” -dijo mi hija apuntando a un lugar de la ciudad y Julián movió su cabeza hacia dónde provenía la voz de mi hija.


Aunque yo no los había visto antes, supe que mi hija tenía razón, el problema era que no podía dejar a Julián solo en esta nada, tendríamos que volar para llegar más rápido, pero ¿como decirle?, miré a pequeña, miré a Julián…


“Maura, dile a Julián que vamos a volar hasta Odette y Demeter, que no suelte mi mano”


Mi hija se voltio y repitió lo que dije, Julián volvió a mover su rostro hacia Maura y aprecio escucharla, pero no supo de dónde venía su voz, solo respondió del mismo modo que yo lo había hecho antes, haciendo una ‘y’ en el dorso de mi mano, que según me dijo después, pudo ver por un momento mientras respondía.


Volamos y llegamos a la calle donde habíamos ingresado en esta dimensión, allí estaba Odette estaba agarrada del brazo de Demeter sin moverse, estaban tan quietos que parecían dos estatuas, Julián los vio y llegó antes que nosotras, luego de hablar entre ellos tres, algo que no escuche, porque en ese momento entendí que así como él no me escuchaba yo tampoco podía hacerlo, Julián me buscaba con la mirada y hablaba algo que no entendía pues no lo escuchaba, así que Maura voltea y me pregunta:


"¿Por qué no le respondes mami?"


Y entonces entendí, esta dimensión es en realidad de Maura, es probable que ella pueda verlos y hacerse ver por ellos... Así que le digo, pídeles que vayan a casa de Julián con nosotras y mi pequeña lo hizo, volvieron a elevarse y regresaron a casa de Julián, Maura y yo llegamos unos segundos después, mi pequeña debió pedirles que se tomaran de las manos mientras yo sostenía a Julián y así volver a reaparecer en la realidad.


Odette estaba algo incomoda y Demeter dijo que era la primera vez en mucho tiempo que se sentía solo y algo extraviado, luego de ponernos cómodos todos en el living la sensación de continuidad que atravesaba el ambiente, provocaba que Maura se incomodara y moviera cada cierto tiempo con una irritabilidad que aumentaba, hasta que llegó Federico y la llevó a parte, aunque la sola aparición de él provocó que Maura sonriera y saliera a sus brazos corriendo y diciendo ‘Feleric’.

 

Carlo, que se había despertado poco antes de la llegada de Federico, bajó a reunirse conmigo, al ver a los cinco vampiros reunidos no pudo evitar la sensación tensa de miedo e inseguridad por la calma que nos rodeaba, para él aunque estos cinco fueran amigos seguían siendo vampiros, criaturas que toman sangre y que son peligrosas, así que son de cuidado y el resto eran de temer, tardó en dejar ir sus miedos y soltar su tensión mientras que Odette nos contaba cómo estar en la ‘Dimensión de Maura’ era para ella una experiencia nueva que en sus dos mil y algo de años, no tenía idea podía tener.


Unas dos horas más tarde, cuando Carlo ya se había empezado a relajar y comenzó a hablar con los cinco, llevé a Maura a comer algo al balcón para darles privacidad, no quería enterarme de que le habían hecho o como lo habían hecho Mercurio para traerlo hasta acá, ni nada, sólo quería creer que estaríamos bien y con eso yo era feliz, aunque las marcar en su cuerpo dijeran otra cosa, quería creer que pasarían sólo había que darle tiempo.


Cuando caía el sol entramos a la casa, pequeña estaba cansada no había dormido su siesta entera y su mal talante frente a los vampiros la tenía más difícil que de costumbre, así que la hice dormir y la dejé en la habitación que Julián nos había dado a nosotros, regresé al living donde hablaban del secuestro y como Carlo había tenido la fortuna de no ser transformado en vampiro gracias a la poción, como Mercurio se había hecho una furia y había roto reliquias del puro enojo y como él había visto pasar el día y las horas con miedo a no vernos nunca más.


“Creo que no soportaría otra tortura similar…”- dijo Carlo y no concluyo su frase porque yo entre a la habitación.

“Hola, ¿ya estás mejor?”- dije acercándome a darle un beso que los cinco vampiros observaron con total curiosidad.

“Si, estoy mejor.”

“¿Vamos a comer algo?”

“Pero si no necesitas ir a la cocina para cocinar. En esta casa, Juliancito – dijo Odette- tiene un hechizo que te permite tener en frente  lo que desees comer.”

“Eso es extraño”- dijo Carlo y luego de un segundo se echó a reír.


La noche fue larga, la conversación se extendió por temas simples y por temas complejos, cuando nos fuimos a dormir con Carlo tuve la sensación de que comenzábamos una etapa distinta en nuestras vidas, ahora éramos los dos conscientes de este lazo que teníamos con los vampiros, todo se está reformulando y aunque no sabía si era bueno, era algo que quería aprender a vivir, las últimas horas antes de encontrarlo había afianzado la sensación de que sin Carlo en mi vida, nada tenía sentido realmente, porque ni todo el amor de Julián, ni toda la eternidad podían compararse con la sensación humana de placer, amor y compañía que me daba Carlo.


Al día siguiente comenzamos el regreso a casa, el viaje en avión no fue sospechoso gracias a que el pasaporte de Carlo tenía el timbre de ingreso al país gracias a Julián. En el avión Maura se portó genial, sin vampiros a la vista jugó, rió y fue premiada por la azafata para ir a conocer la cabina donde el capitán la dejó acercarse a los controles, cosa que la dejó tan alucinada que no dejó de hablar de otra cosa en el resto del viaje.


Chile

En Santiago veníamos tan agotados, que nos quedamos en la casa de Santiago, pasamos la noche y a la mañana siguiente aproveché de ordenar un poco y arreglarla, hacía un buen tiempo que no veníamos así que estaba algo sucio todo y la verdad nos servía para cambiar de escenario. Al día siguiente le pedí mi médico el oncólogo, que le diera una licencia médica a Carlo, porque había faltado dos días al trabajo, Cristóbal no tuvo problemas y ni siquiera preguntó por qué había faltado originalmente al trabajo. Pasamos unos días más en la capital y regresamos el domingo en la noche…


“¿Estás bien?”

“Si, algo cansada y mareada, no debe ser nada”

“Después de conocer tus antecedentes médicos, eso no es bueno, porque no vas al médico”

“Está bien, mañana voy.”


Así que el lunes, dejé a Maura en el Jardín y partí rumbo a la Clínica Reñaca, donde encontré al médico que me había tratado la última vez, hace cuatro años cuando Maura estaba recién nacida y yo al borde de la muerte por el cáncer, él me reconoció de inmediato, no necesite decir nada porque estaba tan mareada que cuando se acercó me afirme de él y mientras me pedía exámenes de rutina, hacia las preguntas de rutina me pregunta: 


“¿Fecha de su último periodo menstrual?”


Y lo miro, miro mi teléfono y busco en la agenda… este mes nada, el mes anterior… nada….


“No lo recuerdo- respondo y sigo buscando, hasta que llegó a tres meses está mi nota-. Hace tres meses”

“Ya, entonces hazte este examen y con el resultado veo si necesitas algo más”


Extiende un papel y me levanto algo mareada, voy al laboratorio donde me hacen la misma pregunta y la enfermera me dice:


“Claro, este examen es para ver si estás embarazada.”

“¿Yo embarazada?”- dije con extrañeza.

“El resultado está en media hora, ¿lo quiere esperar?”

“Lo quiero esperar…”- dije en un tono de voz que parecía más una pregunta que una respuesta.


Así que espero los treinta minutos más extraños de mi vida y entremedio llamó a Laila para contarle lo que estaba pasando y obviamente que ella aparece en menos de diez minutos junto a mí y espera los últimos minutos tomando mi mano y yo mirando el infinito que se extiende por la ventana.  La enfermera sale, sonríe y me entrega el resultado, miró el papel como si fuera dinamita, luego lo abro y leo el resultado… 


¿positivo? Positivo… ¿positivo?- pienso sin entender nada.


“¿Quieres que llame a Carlo?”- dijo Laila sacándome de mis pensamientos.

“Yo… No, quiero decir si!?… No sé…”

“¿Qué tienes?, ¿no te alegra?”


Laila habla pero la escucho lejos y sentada en el auto la miro como si quisiera que entendiera la maraña de ideas que tenía en la cabeza, tantas cosas y sin orden alguno que no podía terminar de entender desde qué quería, hasta como quería hacerlo… y finalmente le digo.


“Se supone que soy inmortal, ¿y además que puedo tener hijos?”- con un tono de voz incrédulo

“Si eres inmortal, ¿Qué tiene que ver tu fertilidad?”

“¿Mi hijo será inmortal también?”

“No lo sé…”- responde Laila, que recién comienza a entenderme.


Conduce ella, porque no logro hilar ideas, vamos a buscar a Maura al jardín, tengo tantas preguntas, tantas emociones mezcladas, que no logro saber que siento, un hijo, voy a tener un hijo.


Estas en mi vida (P 63)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Preparativos


Recordar lo que sucedió no me gusta, puedo admitir que fué por eso que demoré en escribir, tenía una sensación en el pecho tan extraña que no podía definir y que hasta hoy me agobia pensando en la cantidad enorme de cosas que podrían haber salido mal esos días. Más escribo esto porque es necesario dejar el testimonio y para seguir adelante este es el mejor modo de hacer las cosas para comenzar a sanar, escribirlas y sacarlas de mi cabeza, tal como lo dijo Cristóbal hace años atrás, escribir es lo mejor para superar el cáncer, pues también lo es para los eventos traumáticos.


Bueno íbamos en el avión, durante el viaje tenía un nudo en el estómago compuesto por una mezcla de pánico, ira y más miedo, además la clara sensación de que todo esto estaba revuelto en mi pecho, así que sentía apretado el pecho a ratos y a ratos el estómago. A veces tenía que recordar respirar, porque no lo hacía. A ratos miraba a mi Maura y solo trataba de sonreírle a medias, para olvidar un poco todo y sobrellevar mejor esta angustiosa travesía entre dos continentes, confinados en un avión y sentada al lado de Julián, ahora esto era necesario porque él había salido de Chile usando el pasaporte de Carlo y vaticinando el futuro era la mejor alternativa para que en caso de ser necesario, Carlo pudiera regresar a casa.


Al final, lo único que tenía claro, fué que Julián había usado su influencia en mí, para que me durmiera cuando debía hacerlo, porque en 12 horas era lo único que podíamos hacer en el avión, su influencia fue lo que me ayudó a no pensar, porque todo el viaje era una carrera contra el tiempo.


Maura estuvo en mis brazos todo el camino, aunque Julián parecía agradarle, bastaron dos horas para que mi pequeña comenzara a sentir la apatía que la había visto generar hacía los vampiros en casa cuando empezamos a pasar tiempo con ellos desde hace cerca de un mes, yo entendía esa sensación de no querer tenerlo cerca, lo que ya había explicado antes esa ‘La Continuidad’ que se sentía estando al lado de un vampiro. Así que él tuvo que influir sobre mi hija para que no se pusiera llorosa o inquieta.


“¿Cómo estás?”

“¿Qué clase de pregunta es esa Julián?”- respondí fastidiada cuando abrí los ojos y me di cuenta que ya habíamos aterrizado.

“Calma, todo va a estar bien.”-dijo él sonriendo.

“Calma, calma… calma”- repetí en voz baja con los ojos llenos de lágrimas, mirando a Maura en mis brazos dormir.


España

Julián nos abrazó y aunque traté de calmarme, no lo conseguí, él la tomó en brazos para bajar del avión, en la terminal había una gran cantidad de gente, pero la verdad la fila avanzaba rápido y cuando cruzamos policía Internacional, habíamos estado solo unos diez minutos esperando o eso me pareció, a la salida del aeropuerto, una especie de calor me recorrió el cuerpo y no me gustaba para nada la sensación.


El taxi, la casa de Julián, la inevitable espera para ver a Laila y sus hermanos, la necesidad de gritar contenida en la garganta, la expresión de mi hija al ver aparecer frente a ella su pastel favorito porque en casa de Julián se manifiestan las cosas que uno desea comer, tener o hacer y la inevitable sentencia de que el hechizo que había bebido Carlo ayer, podría dejar de hacer efecto en cuestión de días o de horas, esto si lo habíamos elaborado bien tal vez dudaría los cinco días que se suponía. 


Con Maura en mis brazos trataba de controlar la angustia de saber que no teníamos claro donde estaban y que si no lo encontrábamos pronto, no podríamos hacer nada para detener a Mercurio, hicieron que mis sentimientos se mezclaron de un modo extraño, tomé aire y de pronto simplemente desaparecí. La verdad no supe cómo lo hice, no sé a dónde fui, solo sé que estaba en el mismo lugar que antes, que tenía a Maura en brazos y no había nadie más a mi alrededor y de pronto en un total desconcierto regresé frente a Julián quien me miraba con cara de miedo, pero no me dijo nada.


Laila tenía en sus manos el cuadro que había pintado, Odette y Demeter crearon una fórmula similar a la que había dado a beber a Carlo para Maura y para mí, además trajeron lo que había quedado del hechizo de Carlo y me lo entregaron sólo por si acaso, todos trataban de ayudar y eso era bueno, aunque mi cabeza estuviera revuelta, tenía un sin fin de emociones contradictorias, se los agradecí de la mejor forma posible.


Entre Demeter y Federic comenzaron a investigar la ciudad en busca de la calle que había pintado y cuando no tuvimos resultado alguno en eso sentí que en mi pecho crecía la angustia así que volví a mirar el cuadro, lo tomé en mis manos con el lápiz pasta en una de ella y solo rallé encima, no tenía claro que hacía, solo hacía rayas y formaba figuras… luego de terminar lo miré y parecía que había creado una suerte de paralelo, había distanciado la que era una sola calle en dos, había puesto faroles, nombres de tiendas y había hecho una calle anterior. No terminé de mirar los cambios y Federic tomó el cuadro mostrándoselo a Laila y ella solo dijo “Ya sé dónde es”.


Mis brazos los sentí caer a mis costados y el lápiz rodó por el suelo, cómo si por fin pudiera relajarme, aunque ahora sentía que todo estaba armando una suerte de telaraña de la que no me podría librar y que me apegaba más y más al posible futuro que predije para Carlo, solo quería encontrarle, me sentía culpable por no haberle dicho nada de esto antes, por no haberle dado la fórmula en el desayuno o haber hecho las cosas diferente de algún modo.


Julián tomó mis manos y las levantó hasta topar con sus labios, lo miré extrañada y luego entendí que estaba despidiéndose, pero no sabía porque lo hacía, luego Odette busco el bolso de Maura, Demeter la tomó en brazos y salimos a la calle los cuatro, caminamos por la calle lentamente, las tiendas que había aprendido a conocer tan bien como si fuera mi cuidad, la gente y el ruido me parecían tan falso como si este fuera una realidad virtual, un sueño, uno del que no despertaba.


Llegamos a un punto en medio de la calle, Demeter miraba en los edificios, Odette me miraba a mí y Maura estaba en completo silencio, de pronto mi pequeña sólo dijo “papá” y apuntó con su mano hacia un punto entre lo edificios, no supe si era norte o sur, pero hacia allá nos dirigimos, Maura seguir apuntando el camino guiándonos y nosotros la seguimos, porque después me explicó Demeter que mi hija tenía la capacidad de “encontrar” y era muy probable que fuéramos en el camino correcto.


De pronto Odette y Demeter se detuvieron sosteniéndome por el hombro, voltee y los miré extrañada, ellos me respondieron mentalmente que había más vampiros cerca y que había un rastro de Mercurio reciente, afirme a Maura en mis brazos inquieta por la información, todos seguimos caminando, ellos iban atrás de nosotras, mas por alguna razón dos pasos después estaba completamente sola con la sensación de haber vuelto a ese lugar que no era la ‘otra dimensión’ que conocía, sino como una realidad paralela del mundo real que luego de unos segundos se volvía borroso como cubierto por una cortina todo y finalmente todo era blanco, negro y escala de grises, ademas de vacio, donde a pesar de poder ver a todo a mi alrededor, edificios, calle, el cielo, no había nada más, por un segundo me quedé parada sin hacer nada, en mi cabeza la comparación me reportaba que la primera diferencia entre la otra dimensión y esta era el silencio, luego que no podía ver la ‘primera dimensión’, luego que estábamos solas allí, en ‘el bolsillo de tiempo’ o ‘la dimensión de Laila’ se podía ver mi alrededor, uno podía distinguir donde estaba la división de espacios como a través de las ventanas gigante y se podían escuchar las cosas que pasaban al otro lado en un ruido, si los sonidos eran apagados como amortiguados, más bastaba ponerles atención y uno podía escuchar, aquí en cambio no había absolutamente ningún ruido, nada…


Maura de pronto pareció dormida, yo estaba de pie donde mismo, algo más tranquila, de pronto escuche la voz de Julián en mis pensamientos.


“Recuerda tu condición es diferente a la nuestra, hay cosas que aun te quedan descubrir y vivir, la vida puede ser muy larga para ti, aunque se pasé en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo que vivas ahora va a enseñarnos sobre tus propias condiciones, tienes nuestra fuerza, nuestras habilidades y nuestra inmortalidad, solo te diferencias en que no necesitas la sangre y nunca sentirás la sed…”- esa conversación en el hospital, cuando logró conciliar que Laila me hubiera vuelto inmortal, hace tanto tiempo recién parecía tener sentido para mí.


Maura dormía envuelta en este silencio absoluto y aunque no quería moverme porque no sabía para dónde hacerlo, recordé el cuadro que había pintado, Julián a un lado, Carlo al otro, Maura conmigo en medio… Y entonces solo lo supe, al principio caminé rápido luego miré y me convencí de que nadie me vería, así que salte y comencé a volar, cuándo estuve cerca del lugar que se parecía a mi cuadro miré las ventanas, esperando ver algo que me mostrara que estaba pasando en el otro lado de esta realidad… Así que entré por un pasillo y comencé a correr por las escaleras, aunque en realidad levite sobre ellas, cuando llegué hasta donde sentía era el lugar correcto cerré los ojos y solo atravesé a la realidad…


Frente a mí Carlo atado a una silla, junto a él dos vampiros distraídos, la habitación estaba a oscuras y mientras procesaba lo que había a mi alrededor, solo cerré los ojos, necesitaba creer que nada malo nos podía pasar, necesitaba creer que podría sola con todo y por eso mientras que percibía como los vampiros recibían mi presencia, simplemente desaparecí antes de que me vieran y reaparecí junto a la venta, bastó que apareciera y que tomará las cortinas para ver como la piel de los vampiros comenzaba a soltar humo y luego a brotarles estelas de sangre que al desprenderse del contacto con su piel se volvían cenizas, dejando una estela de cenizas tal como las que había dejado Laila en mi casas hace años. Uno alcanzó a abalanzarse sobre mí y yo solo estiré mi brazo tan firme como una lanza y lo atravesé antes de que llegara a desaparecer completamente, en una suerte de estallido que dejaba mi brazo lleno de polvo y cenizas gritando al caer. 


Cerré las cortinas y me acerque a Carlo, aún no habían iniciado la transformación su cuerpo estaba intacto, sus ojos adaptándose a la poca luz, sus manos atadas a la espalda y no pensé solo actué, apoye a Maura entre él y yo, saqué de mi bolso la botella con lo que quedaba del hechizo para evitar la transformación que me había pasado Odette y se la di a beber.


Carlo estaba medio inconsciente y la verdad no opuso resistencia, pero creo que fue porque sabía que era yo, cuando reaccionó abriendo los ojos y vio a Maura en sus piernas, lloró y sus lágrimas sólo rodaron por sus mejillas, yo le acaricie el pelo y susurré en su oído ‘Lo lamento, lo lamento’.


Dos segundos más tarde estábamos en esta nueva dimensión, la nada silenciosa que ahora sí tenía colores y que aún no tenía claro cómo llamar, porque ahora la consideraba mi dimensión personal, me sentí segura, en calma para besarlo y ayudarlo, Maura despertó cuando la dejé en el suelo y desataba a Carlo, mi pequeña se abalanzó a los brazos de su padre gritando:


“Heche tú… He tí papá…”

“Si cariño soy yo.- respondió Carlo tomándola en brazos- ¿Dónde estamos?”

“Esta es una realidad paralela, es mi realidad paralela o algo así, la verdad todavía lo estoy descubriendo… Sólo puedo decirte que estamos seguros, que aquí no hay nadie más que nosotros y que podemos volver a casa.”

“¿Pero cómo vamos a volver?”


Sonreí divertida y solo me elevé por el cielo, esta era la segunda vez que Carlo me veía volar, aunque la verdad la anterior no me vio volar propiamente tal, solo estaba levitando sobre el suelo, lo cierto es que ahora si volaba sobre los edificios. Llegamos a la casa de Julián, donde atravesamos sin problemas a la realidad justo frente a la puerta de la casa, donde me esperaba Julián con cara de pocos amigos, luego de abrir la puerta y literalmente invitarnos a pasar, fue él quien nos ayudó cuidando a Maura mientras que nosotros nos dábamos un baño de tina y nos poníamos al día, tranquilizando el alma y el cuerpo.


Confieso que desnudarle me provocaba tantas cosas que no era lo normal, tenía la necesidad de ver qué estaba realmente bien, así que recorrí su cuerpo con esponja, recorrí su espalda con cariño para liberarlo del dolor que tenía por estar sentado por dos días en la misma posición, miré como su musculatura se relajaba y sentí como se volvía más seguro, más alegre y más tranquilo, tanto que lo que me provocaba de él no fue necesario decirlo, él simplemente se volteó a responder mis sensaciones con las suyas, devolviéndome a ese nosotros que me hacía sentir que todo estaba bien, esa sensación que conocía como nuestra.


En la habitación vestidos con la ropa que había puesto Demeter en las maletas y con la confianza de que pronto todo esto acabaría y podríamos volver a nuestras vidas, nos recostamos en la cama, Julián tocó la puerta y entró con Maura y una bandeja con comida.


“Maura escogió el menú”- dijo entregándo nos la bandeja donde había helado, dulces, candys y una taza de chocolate para cada uno.


Después de jugar con nuestra pequeña, comer algo de lo que nos había traído y dejar a Carlo dormido, Julián me llamó a un lado.


“¿Qué pasa?”-pregunté extrañada.

“No quise decirte nada antes, pero Odette y Demeter no han vuelto.”-dijo en voz baja.

“Pero…"- no supe qué decir.

“Federic salió a buscarlos y Laila está buscando de modo psíquico, pero no los encuentran, Laila cree que tal vez atravesaron contigo y no han vuelto porque no saben cómo regresar… la verdad no sé qué pensar.”

“Pero… para atravesar tendrían que haber estado sujetos a mí de algún modo y cuando atravesé no había nadie más... Yo no los vi junto a mí… ¿Y qué otra cosa podría haber pasado?”

“Entiende, es probable que no atravesaran hasta donde tú estabas, que quedarán en algún punto intermedio, nunca has atravesado con un vampiro, solo con tu hija viva y Carlo, otro hombre vivo…"-dijo él dándole un sentido nuevo a la realidad en la que había estado.

“¿Qué propones?”-dije sin más preámbulos.

“Cruzar contigo…”-Dijo Julián.

“Pero Julián y si no llegas hasta donde estoy yo, ¿Cómo vas a volver a esta realidad?”

“Laila me va a ayudar.”- resolvió él.

“Bien, entonces vamos.”- respondí mirando a Carlo dormido en la cama y sintiéndome extraña al dejarlo solo.


Laila nos esperaba fuera de la habitación, había preparado un colgante con algún tipo de conjuro para atravesar y regresar conmigo o sin mí, Julián se lo colgó al cuello y yo cerré los ojos unos segundo, pero por alguna razón no atravesé al otro lado, luego de mirar a Julián, la respuesta vino sola. 


“Maura”.


miércoles, 21 de agosto de 2013

Agosto 2013

Me quería dejar llevar por la alegría, ya sabes eso de saltar y gritar, pero la verdad no pude algo me detuvo. Los 'sólo que'… 'sólo que'… mejor no comentar los detalles, el caso es que estaba alegre y sonreía sin poder evitar la sensación de que todo sería interesante…

Resumen, esta semana fue de gatos y vueltas, sin ánimo de ofender a los gatos, andaba regalona, con poca paciencia, con ganas de acurrucarme y que me hieran cariño, en fin como un gato y las vueltas, fueron las cosas que no logre solucionar por mucho que lo intentara con mi hijo, el aseo de la casa y la oficina, vueltas en temas que cansan porque a lo largo del día son tediosos y se repiten una y otra vez del mismo modo, dando vueltas y vueltas…

En fin, miraba mi sonrisa y no quería verla, era realmente este era un momento para saltar y 'sólo…

Cambiando de tema, tengo un reclamo indignado a esta semana, bajé de peso… si soy delgada y bajar es algo que a muchas personas les gusta, pues a mí no… siempre bajo de peso, parece que mi organismo me quiere regresar a los 25 años y voy a terminar pesando otra vez cerca de 50 kilos o menos, lo que podría ser interesante, pero que a mí no me agrada del todo, porque me doy nervio… si, me da nervio mis brazos huesudos, mis costillas marcadas y que la ropa me quede grande, prefiero verme más rellenita que un esqueleto con un poco de carne, además lo único que sobresale es mi trasero y la verdad es que no me puedo estar dando vuelta a retar a todos los que lo miran con cara de “Mmm … carne…”, porque a), no siempre me doy cuenta y b) cuando me doy cuenta me pongo roja…  y tal vez sea agradable alguna vez mantener un peso que me permita tener pechos… que es el otro efecto secundario de bajar indiscriminada de peso…

Retomando lo anterior, sonreía alegre y feliz, creo que al fin me pueden estar saliendo las cosas mejor, a grandes rasgos Luca esta saludable, me quedo en mi casa hasta nuevo aviso, he logrado hacer los arreglos para el cumpleaños de pequeño y créanme es muchos lo que voy a hacer, mi prima me prestara su casa, así que tendré mucho espacio para toda la producción, conseguí como imprimir las invitaciones que hice y se van a ver como compradas de bellas, diseño exclusivo, etc., tengo un panorama claro sobre las cosas que hay en mi vida y como moverme con ellas, afiatadas mis relaciones amistosas con mis amigos y estoy tranquila sin penas, sin sobre saltos, así que de verdad es para saltar de alegría, pero mientras más feliz estoy… más difícil es la vuelta cuando pasa algo y lo que me pasa es que tengo miedo.

No sé si es racional, no sé si esté bien, solo sé que tengo miedo de festejar mis alegrías, tengo una sensación de desconfianza a esta tranquilidad que no sé qué tan saludable puede ser… pero es así, me rodea esa incertidumbre y miedo a los rincones oscuros de mis emociones, creo que lo que más me afecta es saber que él no está junto a mí, para decirme “todo va a estar bien”, para hacerme cariño cuando ando como gato, aunque esta de algún modo bizarro que ya ni discuto, porque cuando pasa algo sobre mi vida y lo busco, suele ser buen consejero y cuando nos vemos podría decirse que somos buenos amigos… aunque apenas y nos conozcamos realmente… está desapareciendo y reformulándose en mi vida, no sé qué tan bueno es realmente, pero eso sucede y tengo desconfianza a avanzar y toparme con él diciendo “porque no me quede contigo” y me carga esa posibilidad de un arrepentimiento, porque cuando yo avanzo… yo no retrocedo, en más de una ocasión he dicho “si una reacción no funciona, no va a funcionar, no insistas”… Así como he visto a esos otros irse y volver arrepentidos porque no hay otra como yo… y créanme no hay nadie como yo, así como no hay nadie igual a otro, etc, los he escuchado decir "porque te deje"… Pero el tema no va por ese lado, va por el lado racional, no creo justo hacer líos por todo, no soy celosa, no me paso películas sobre lo que el otro hace, cree o piensa; no ando controlando a nadie, si le llamo y estas ocupado no insisto, etc.
Cosas que no suelen hace mi genero y que yo hago, no porque sea una persona tan extraordinaria, sino que porque el día de mañana si estoy ocupada y te cuelgo, espero entiendas que es eso y nada más; si me vez extraña dame tiempo, casi nadie entiende como funciona mi cabeza y suelo pensar cosas diferentes al común así que no te pases películas, ya te diré yo que me pasa y como norma siempre digo lo que me pasa, luego de que lo entiendo y no antes porque me puedo arrepentir de lo dijo y lo detesto; si llegas a sentir celos (que puede suceder), ni se te ocurra armarme una escena, y por el amor de Dios, no armes líos, busca las soluciones o solo acompáñame, nadie dice que necesites ser perfecto o tener todas las respuestas, a mi me vasta conque seas un ser humano con defectos y virtudes… si así soy yo… y si aun así, las relaciones con el sexo opuesto son un tema, más que un hecho concreto.

En fin, estoy feliz, aunque contengo la alegría y tengo miedo a esta felicidad...

miércoles, 14 de agosto de 2013

Estas en mi vida (Parte 62)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

¿Dónde está Carlo?

Bajé del auto, camine despacio, con miedo y pidiendo al cielo que todo estuviera bien, la verdad no tenía idea si es que Carlo había alcanzado a entrar a la casa, o si había alguna otra sorpresa aguardándome… tome las llaves y cuando iba a insertarla alguien abrió la puerta y entre risas, Odette me explicó que estaba por salir y que coincidimos en la puerta.

La actitud despreocupada y las risas me alertaron, por alguna razón la risa de Odette no concordaba con su expresión. Salió rumbo al mini market y yo entré cerrando la puerta, basto que cerrara para que Federic me abrazara.


“Estas bien… estas bien…”

“¿Qué pasa?- pregunté sin recibir respuesta…- ¿Y Carlo?”


Laila miro a Demeter, el miro a Federic y yo miré para todos lados, ¿Dónde estaba Carlo?, nadie dijo nada. Luego de un diálogo mental entre los cuatro, Laila desapareció tras decir una frase a medias en voz alta y Federic me sostuvo por los brazos, sin dejarme ir tras ella.


“¿Qué está pasando?”- dije por lo bajo con rabia en la voz.

“Maura está por despertar- respondió en un susurro- y no quiero que se altere, así que ve a verla y sonríele cuando abra los ojos, ya ha sido más que complejo para ella estar con nosotros dos horas y medias para que ahora despierte y perciba que hay algo raro en el ambiente… piensa en ella, todo va a estar bien.”


Miré a Federic, desarmada, no podía decirle que no, simplemente no podía decirle nada… Como le explico a mi hija que pasó dos horas con los cuatro si sé que para ella esto no es fácil soportar la continuidad de los vampiros ahora que ya no era un bebé, por qué sí al principio no le afectaba a los dos años pero ahora a los cuatro, tenía cambios brusco de estado de ánimo… Ha hace unas semanas había elaborado esa teoría que explicaba porque a nosotros los mortales nos molestaba la presencia de los vampiros después de un tiempo determinado y como no tenía como explicarlo mejor lo definía como “La continuidad”, la capacidad de no ver horas, no ver días, no verse alterados fácilmente, esa suerte de calma continua incluso para hablar y moverse, según mi parecer, era la que provocaba el rechazó al poco tiempo y la tendencia a la locura, que créanme a veces me he preguntado cómo no he llegado a ella en estos últimos años.


Camine al cuarto de Maura y cuando abría la puerta mi pequeña despertó, le sonreí como había dicho Federic y ella corrió a abrazarme, luego de tomarla en brazos la lleve a mi pieza y nos quedamos allí ella jugaba yo leía un libro, aunque admito que no leía nada y daba vuelta las hojas con cierta regularidad para que pareciera que sí, cada vez que mi hija llamaba mi atención cerraba el libro y miraba lo que me mostraba como si nada pasara, aunque en mi cabeza veía a Mercurio esperando al atardecer para comenzar la transformación de Carlo y rogaba para que no perdiera efecto el preparado que le había dado a beber esta tarde.


De pronto solo me levanté y caminé al living, revisando los lienzos que tenía pintados y buscando algo, pero no sabía qué exactamente y entonces lo vi, la escena que había pintado compulsivamente la primera vez, la escena en que había alguien cubriéndonos a mí y Maura, con Julián a un lado y Carlo al otro… ‘Esta escena… Es en …’- pensaba.


“Se lo llevó a España”- dijo Laila entrando al living en ese minuto.

“¿Cómo?”- dije sin entender nada.

“Al parecer la pócima no hizo efecto de inmediato, calculamos mal el tiempo, así que alcanzó a inmovilizarlo el tiempo suficiente para raptarlo… Estuve recorriendo la calle, buscándolo y no lo encontré, así que busqué en la mente del señor de la panadería el vio todo y a la vez no vio nada… porque todo ocurrió en una fracción de segundo… suficientemente rápido para acordarse pero no para saber qué pasó exactamente, sus recuerdos no fueron simples de entender tampoco, porque todo ocurría tras la persona que atendía así que tampoco prestó atención… “


La miré y la verdad es que seguía hablando, esto es lo único que recuerdo que dijo con claridad, yo no entendía nada. Miré el cuadro y la miré a ella, luego le mostré la escena y Laila no dejó de hablar en ese instante. Demeter llegó a nuestro lado con dos bolsos, Federic tenía a Maura en brazos y cuando entendí que estaban haciendo los miré con odio… Con rabia… ¿Por qué rayos había pasado esto?… ¿Por qué no le dije antes a Carlo lo que ocurriría?, ¿Por qué no le di la pócima antes?, ¿Por que no calcule mejor el tiempo?


Julián entró por la puerta de mi habitación con Odette y traían los pasajes de avión para mi, Maura, me extendió los pasajes y luego me dio un beso en la mejilla que me puso en movimiento como autómata, todos salimos a la calle donde nos esperaba Laila en el auto, partió como alma que se la lleva el diablo rumbo a Santiago, mientras yo miraba por la ventana el tránsito.


Cuando Laila formuló una oración que nos hizo entrar en la otra dimensión al dar vuelta una calle, no presté atención realmente ni si alguien nos vio o si debía ser prudente lo que hacía, porque estaba sin capacidad de reaccionar, en la otra dimensión donde no había tránsito y podíamos correr sin problemas, Laila apretó el acelerador de mi auto, así que llegamos a Santiago en 35 minutos… El viaje es de hora y media desde la puerta de mi casa al aeropuerto. Aparecimos estacionados en el aeropuerto, caminar a la puerta de embarque parecía tortura y esperar para abordar tambien, además me esperaban 12 horas de vuelo… 12 largas horas y por primera vez en mi vida no quería estar sola con Maura, como me callaría lo que estaba pasando.


Para mi sorpresa, Julián tomó mi mano y el pasaporte de Carlo, entramos juntos a policía internacional, en realidad era una alivio saber que estaría conmigo y con la pequeña.


Estas en mi vida (Parte 61)

Salir del caos, entrar al mundo real... veamos que pasara

Inicia la venganza de Mercurio


Creo que nada de lo que ha pasado llamaría la atención a simple vista, ya que básicamente son las mismas cosas que hacemos siempre, Maura yendo y viniendo al jardín, Carlo saliendo de casa a las 8 y llegando a eso de las 6 de la tarde, yo visitas a la casa de mis padre, también la casa de mi hermana, salidas al supermercado, viajes por la costa el fin de semana, una escapada con Carlo a Bailar un viernes por la noche (mi mamá y papá cuidando a Maura), pintar cuadros para vender específicamente y ver el tema de la galería de arte, hablando con la chica de la galería, poniéndome al día de los cambios de la galería que no tenía cómo saber porque no hablábamos desde que mi hija nació… 


En fin, todas cosas cotidianas, simples y detalles muy mínimos que marcaban las posibles amenazas, los detalles eran tan pequeños que para cualquiera que los apuntaba era una exageración, primero fue una persona en la calle, luego la sensación de que me estaban vigilando y la inevitable pregunta de si era paranoia o realidad, por lo que había dicho Federic, pero es que era algo que uno no olvida, “A llegado la hora de protegerlas”… Y esos detalles que pasaban casi inadvertidos, casi invisibles me hicieron deducir el tema…


Aunque tuve ayuda de parte de mis libretas, para entender cuál era el asunto y cómo se estaba conspirando en mi contra, todo fue extraño y demasiado simple... Es que debo admitir que los vampiros tienen paciencia para planear y no tiene la urgencia emocional para atacar al enemigo, así que el plan se había ido realizando a paso tan lento que era casi inevitable para que cuando se concretara fuera exitoso, así que tuve que verla.


“Laila esto es… simplemente horrible.”

“Lo lamento, pero es lo que ellos quieren que suceda, debes ser consciente de que si modificas algo en tu vida, tu rutina o la de Maura, se van a dar cuenta que sabes algo, van a cambiar el plan, para comenzarlo todo otra vez, debes entender que a nosotros no nos importa cuando suceda algo, sólo nos interesa que suceda… Podemos pasar años planeando y si hay algo que se aprende a lo largo de nuestras vidas es que todo se puede cobrar, solo hace falta un buen plan y además considerar sus posibles vías de escape y reajuste.”

“Laila, cuando Julián me advertía que ustedes tenían un lado oscuro, no llegue jamás a dimensionar la maldad que guardan, debo admitir que nunca jamás imaginé que podrían ser así de mordaces, oscuros y perversos, ¿Acaso la maldad de Mercurio no tiene límites?”

“No, la maldad de ninguno de nosotros tiene límites, la única manera de no ser así es considerando los sentimientos de ustedes y lamentablemente Mercurio no considera jamás los sentimientos de nadie, salvo los suyos propios.”

“Tengo que admitir que esto me pone la piel de gallina.”- dije sobando los brazos para quitar la sensación que tenía. 

"El planeaba que te volvieras su vástago para castigarme a mí y a Julián por haberte invitado, ahora que no puede hacerlo, cree que podrá por lo menos contribuir a que pierdas algo tomando a Carlo... es así de simple."

"Es horrible... Es realmente horrible..."- negué con la cabeza.


Laila se levantó y luego de despedirse cruzó a la otra dimensión, quise relajarme así que me elevé un poco y levite por casa ‘acostada’ de espaldas, era lo que siempre hacía cuando quería relajarme, así que era algo que no sospecharían, así como hablar con Laila por horas, o tomar un té en la mañana y un café por la tarde… Todo lo que hacía parecía exacto a lo que siempre hice… Sólo que en mi cabeza daba vueltas que si yo no me hubiera enfrentado en Colombia a los vampiros, si Laila no hubiera debido entregar su poción para soportar la luz del sol, Mercurio no tendría la posibilidad cierta de capturar a Carlo y volverlo su vástago con las consecuencias que eso tiene... Estaría sometido a sus instrucciones hasta que tenga 100 años y por lo tanto vivir bajo las reglas de Mercurio por todo ese tiempo...


Mientras volaba por la sala, tenía un ojo sobre mi hombro y la inevitable sensación de persecución que me alteraba el ánimo a ratos y que controlaba repitiéndome que esta era la única manera de salvar a mi familia del posible futuro que me había planeado Mercurio y créanme las predicciones eran atroces, Mercurio se cobraría de la muerte de Luisa, la hermana de Laila y de mi invitación a la comunidad, con Carlo... Mi Carlo.


Con un pincel en mano y lienzo enfrente, deje a mi mano moverse por la tela formando figuras, luego pintando a groso modo, para terminar pintando los detalles de un paisaje, cuando eran la hora de ir por Maura, mi celular pitó dos veces y deje todo de lado para cambiarme la ropa y salir por mi hija. La sensación de que estaba cerca del desastre se acentuaba, la cercanía con ese desastroso final era tan palpable que podría decir que iba en el recorriendo en el carril del costado, todo esto me distrajo y casi chocó como tres veces, para cuando llegué por mi hija, la patibularia me obligo a sentarme en una silla y tomar un vaso de agua con azúcar argumentando que estaba muy pálida, pero la verdad solo quería correr a casa y ver llegar a Carlo sano y salvo.


Para cuando regresamos los veinte cinco minutos, que demoró en llegar Carlo, me parecieron una tortura, pasaban demasiado lentos y bastó la voz de Carlo entrando por la puerta, para acelera el reloj, así que sin darme cuenta eran las dos de la mañana y yo no pegaba un ojo mirándolo, sintiéndome extrañamente nostálgica y queriendo que sus brazos nunca se fueran a despegar de mi... 


Entonces supe que no podía decirle nada a Carlo, en el segundo que le dijera que Mercurio estaba buscándolo para vengarse de nosotros, Mercurio lo sabría y entonces buscaría un nuevo plan, uno tan elaborado como este, uno tan complejo y lento que no me diera cuenta en qué momento inició y cuando se gavillaría... Era mejor saber que Mercurio actuaría el día y a la hora que lo haría ante la incertidumbre, porque francamente no la soportaría, ya tendría tiempo Carlo de perdonarme por haber callado y ya tendría modo de solucionar las cosas con él... Porque su vida es ahora lo más importante. 


La mañana previa a ese día fue más difícil de lo que imaginé jamás, me dolía la garganta y cuando Odette entro a mi casa, llevaba algo que me obligó a beber y que me dejó un poco aturdida, Laila llevó a Maura al jardín mientras que Odette me obligaba a salir de la casa a comprar al supermercado para poder hacer una cena como la gente, aunque ambas sabíamos que esto era solo una fachada para aparentar normalidad y no era necesario.


Volvimos al medio día con dos bolsas de ropa y las compras del supermercado, la mirada de Odette era de alegría ella no había comprado ropa nueva hace tanto tiempo que se sintió libre de hacer y gastar, la acompañe a todos lados entramos a mirar hasta por si acaso  y cuando era demasiado notorio que esto a mi no me interesaba nos íbamos de la tienda. Finalmente fuimos a las compras del supermercado, que debo decir fueron más fáciles que las de ropa. Quizá sea bueno explicar que los vampiros tienen dinero, mucho considerando que no lo usan prácticamente para nada, así que si ella hubiera querido comprar la tienda entera, no sería problema para ella, por eso cuando hace años Julián me ‘heredó’ dinero, fueron dos mil millones, porque de verdad él no dimensionaba cuanto era mucho.


En casa ella preparó todo mientras yo pintaba y la verdad esto no era tan extraño tampoco, yo solía dejarla cocinar y ella simplemente no me daba oportunidad de preparar nada, dado que sus recetas eran mucho más elaboradas, ricas y agradables que las que yo sabía, me faltaba media vida para poder llegar a ser tan buena cocinera como ella…


En fin, faltaban dos para las cinco de la tarde y salimos rumbo al jardín, a buscar a Maura, todo de acuerdo al elaborado plan de respaldo que habíamos hecho... En el jardín, pedí el baño y desaparecí en la otra dimensión, Laila hipnotizó a la patibularia para que dijera que me quedaba a una reunión de padres. Luego de eso le daría la mamadera a Maura quien debía tomarse la leche con las hierbas que la protegerían de cualquier vampiro que no fuere Laila, Julián, Federic, Odette, Deméter y Julián, así que mi hija estaba a salvo, lo único que faltaba era encontrar a Carlo y darle a beber el hechizo que habíamos armado con Laila hace una par de noches y que demoramos cerca de un mes en elaborar correctamente y que podría evitar que Mercurio lo transformara en vampiro en algo así como 5 días, si todo salía bien.


Así crucé media ciudad volando de la mano de Julián y tratando de pensar que todo saldría bien, aunque la angustia me tenía el corazón apretado. Llegamos a la oficina de Carlo y aunque parezca extraño, él ya se había ido a casa, así que tratamos de seguirlo a casa, pero cada vez que estábamos a punto de alcanzarlo algo sucedía, finalmente lo encontré en la panadería a media cuadra de casa.


"Hola amor, pensamos lo mismo"- dijo divertido.

"Así parece."- respondí devolviéndole la sonoriza.

"Que traes en la mano?"

"Es sólo agua, ¿quieres?"- respondí pasándole el hechizo y él abrió la botella y luego de un trago me la devolvió.


Le sonreí y tomé su mano, caminamos hacia el mostrador y atravesamos al otro lado, Carlo pareció extrañado, el silencio, no había nadie a nuestro alrededor y luego de dos segundo entendió todo, yo esperé a que fuera asimilando lentamente lo que había pasado.


"¿Estás bien?"

"Si."

"¿Sabes dónde estamos?"

"...¿En la otra dimensión?"

"Si, ahora podemos hablar tranquilamente, pero tenemos poco tiempo, así que bebe esto -le pasé la botella- y yo te explico."

"Pero..."

"Carlo tienes que creerme, tú necesitas beber esto."

"Esta bien."


Así que en los cerca de dos minutos que tenía, expliqué todo lo que sucedía lo más condensado  simple y rápido que pude, cuando terminé Carlo me miraba algo mareado.


"...¿Entiendes lo que te digo?"

"Siii -dijo como desinflando la letra i-... Entiendo..."

"Bien debemos volver, tu vas a volver a casa, yo estaré allí. en unos veinte minutos, los hermanos te van a estar esperando, yo voy a llegar en colectivo, se supone que estoy en el jardín infantil de Maura. Bien te llevaré hasta el otro lado, pero no cruzaré."


Carlo se acercó a mí y me abrazó con fuerza, me besó con fuerza y luego de eso lo dejé junto al pilar donde habíamos desaparecido, con la bolsa de pan llena y una mirada extraviada.


"Recuerda actúa normal"- le susurré antes de desaparecer para volver al jardín de Maura.


Julián reapareció junto a mi en la otra dimensión y luego de una mirada de significado que no supe entender, me acompañó hasta el jardín de Maura, me dejó en el baño y desapareció.  Luego de subirme al colectivo y emprender el regreso de casi treinta minutos, mi corazón se soltó un poquito, el miedo daba paso a la esperanza, si todo estaba bien encontraría en casa a Carlo, Maura y Laila con sus hermanos, tal vez incluso a Julián... El brillo del mar, la idea de miedo y la esperanza se mezclaban.


'Que todo salga bien, por favor', repetía mentalmente. 'Que todo salga bien...'